Lapis Vitae

Prefacio

En un lugar donde la obscuridad era todo lo que existía, una silueta femenina se vislumbraba en el suelo, esta mujer estaba acostada en posición fetal y su apariencia era particularmente llamativa.

Su cabello que estaba regado por el suelo, era tan brillante que parecían hilos de oro, en su cuerpo se dibujaban líneas doradas que resaltaban más por su piel morena.

De repente empezó a emitir una tenue luz y ella comenzó a cambiar, su cuerpo se hizo más pequeño, como el de una joven, su cabello antes como el oro ahora se estaba volviendo blanco y lo que antes parecía oro fusionado a su cuerpo ahora se veía como cicatrices, estas eran muy notorias pues se podía ver a simple vista que las heridas fueron letales en su momento.

Mientras esto sucedía, a un lado se formaba una puerta, de ella se podía ver luz y se escuchaban voces lejanas.

Pero no paso mucho tiempo para que la fémina volviera a cambiar, ahora las cicatrices iban desapareciendo, el cabello cambiaba de color a un café oscuro y se encogía hasta llegar a la cintura.

En el momento en el que terminaron los cambios, la joven abrió los ojos, dejando ver por un breve instante el universo mismo antes de volver a unos ojos marrones.

La chica se encontraba desorientada y un poco nerviosa, pero al poco tiempo se tranquilizó y trato de levantarse. Con un poco de dificultad se puso de pie y se acercó a la puerta que para este momento ya se encontraba abierta.

En esta se podía ver a unas personas riendo y jugando, la joven pudo reconocer a las personas y una leve sonrisa apareció en su rostro, dio un paso hacia adelante y estaba por acercar su mano a la entrada pero, un llanto llamo su atención.

Al darse la vuelta pudo ver un espejo y en este se podía ver a un bebe en brazos de su madre, esta se veía cansada pero con una sonrisa en su rostro, la joven enseguida reconoció ese rostro cansado pero feliz, pero antes de que pudiera apreciar bien la imagen que tenía enfrente, la escena cambio a una donde una niña estaba aprendiendo a caminar, su madre la esperaba con los brazos abiertos y ambas se veían realmente felices.

La joven estaba embelesada con la escena pero un crujido la saco de su ensoñación, al buscar el lugar de donde provenía ese sonido, pudo encontrar una rotura en una parte del espejo, alarmada corrió hacia el espejo pues tenía un mal augurio, sus ojos empezaban a cristalizarse al ver lo que pasaba.

El espejo se empezaba a quebrar cada vez más y la joven no lo pensó dos veces antes de abalanzarse y atravesarlo, contrario a lo que pensaba solo sintió como se sumergía en algo parecido al agua, la intriga pudo con ella así que abrió los ojos.

En este espacio pudo ver muchas escenas de la vida de esa niña, en la escuela, en su casa, con sus amigos, con su familia y la joven no pudo hacer otra cosa más que soltar las lágrimas que había contenido hasta entonces.

Esa niña que veía reír y otra veces llorar… era ella, eran sus recuerdos, esos que pensaba que habían desaparecido con el tiempo, pero no, seguían allí… esperando su momento para emerger nuevamente.

Vago por un rato entre recuerdos, hasta que se encontró con una puerta, no sabía que pasaría pero aun así camino hacia la puerta y la abrió cegándose por un momento, poco después sintió su cuerpo pesado y perdió el conocimiento.




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