>>Antes del desastre inminente II<<
Recuerdo que nunca antes había visto algo de esta magnitud durante mis 17 años de mi vida; nunca creí capaz de ver y sentir algo que fuera capaz de crear en mí una sensación tan inaudita y hermosa.
Recuerdo que anteriormente de este suceso, yo había escuchado música de distintas orquestas sinfónicas... y me transmitían una sensación de tranquilidad que hasta hoy en día me entregan ese placer; pero nunca antes había escuchado una en vivo.
Lo que más me gustaba de la preparatoria en la que estudiaba era que llevaban sorpresas que nunca uno pudiera imaginar y esta vez, tampoco fue la excepción.
Salía tarde ese día debido a un examen de matemáticas que anteriormente había reprobado y el profesor había dado la oportunidad de poder reponer, por lo que decidí hacerlo al igual que muchos de mis compañeros en el horario fuera de clase.
Al estar en el salón de clases, me pareció escuchar música de una canción que yo ya había escuchado más de una vez: "William Tell - Overture" no iba a mentir que escucharla le hacía sonreír, porque a pesar de ser tan usada para millones de películas de acción, no dejaba de imaginarme a un vaquero en su caballo al sonar las distintas tonadas de aquella canción.
Agradecia que había salido un poco después de haberla escuchado, porque a pesar de relajarme también me distraía. No lo podía evitar.
No esperé a nadie; y bajé extasiada dirigiéndome hacia donde provenía la música, cuando llegué a la explanada me puse en una de las orillas con la desventaja de cómo había iniciado ya hace tiempo el concierto sinfónico me tocó verlo de pie, sin embargo eso no parecía romper el ambiente que había creado y algo raro sucedió.
La música provocaba que vibrará todo, incluso sentí mi cuerpo vibrar; la sensación... no había palabras para describirlo, tenía mi piel de gallina.
No había conocido nada antes que me hubiera provocado la misma sensación.
Cerré mis ojos, para balancearme mínimamente al compás de la música que sentía y escuchaba; para abrirlos cuando escuché: "El Bolero de Ravel", música que había escuchado en una película cómica y no pude evitar sonreír ante los recuerdos de aquella película.
Suspiré para quedarme un poco más a pesar de que después sabía que tenía que irme debido a que no había avisado que iba a llegar tarde y me fui a un paso lento, con todo mi ser deseando quedarse.