Aiden emergió del portal oscuro de la prisión dimensional, su cuerpo resplandeciendo con una belleza intensificada por la oscuridad y una aura sombría que lo envolvía.
Sus alas negras y rojas se desplegaron con majestuosidad, y sus ojos violetas brillaban con una intensidad peligrosa. Había logrado escapar de las cadenas del rubí del crepúsculo, pero la oscuridad se había apoderado de su ser.
—Erebos... pagarás por esto —murmuró Aiden, su voz un eco de frialdad y determinación.
En el campus de la universidad, Daniel e Ian estaban desesperados por encontrar a su amigo. Cuando vieron a Aiden emerger, Daniel sintió una oleada de alivio y se apresuró a acercarse a él.
—¡Aiden, estás bien! —exclamó Daniel, su voz llena de emoción.
Pero Ian, con solo una mirada, comprendió lo que le había sucedido a Aiden. Sintió una energía oscura y peligrosa que emanaba de su amigo, una transformación que lo había cambiado profundamente.
—Daniel, no te acerques. Algo ha cambiado en él —dijo Ian, su voz firme mientras sujetaba a Daniel del brazo.
Aiden, caminando por los pasillos de la universidad, emanaba un aura sombría que parecía absorber la luz a su alrededor. Su belleza se había intensificado, atrayendo más atención que nunca antes. Pero esta vez, Aiden hizo uso de esa atracción como un arma.
El hijo de Gabriel comenzó a sembrar discordia entre las chicas de la universidad, cortejando a algunas y generando envidia en aquellas que quedaban fuera de su visión. Entre los chicos, su carisma y atractivo cautivaban a las novias, sembrando celos y resentimiento en los novios.
—¿Has visto a Aiden? Es como un imán —decían las chicas, sus voces llenas de admiración y envidia.
En menos de una semana, la universidad se convirtió en un campo de batalla emocional. Las malas vibras se respiraban en el ambiente, afectando a todos los estudiantes y profesores. La tensión y la discordia se extendieron como un incendio, alimentado por la presencia oscura de Aiden.
Ian, observando el comportamiento de Aiden, pronto se dio cuenta de que su amigo era el responsable del caos allí presente.
—Daniel, Aiden es el causante de todo esto. Su aura... su presencia está afectando a todos —dijo Ian, su voz llena de preocupación y amargura.
Daniel, al escuchar las palabras de Ian, sintió que estaba viviendo en una pesadilla. No podía creer que su amigo, el guardián del equilibrio, fuera ahora el origen de tanta discordia.
—Esto no puede estar pasando... Aiden no puede ser el causante de todo esto —murmuró Daniel, su voz temblorosa.
Aiden se mantenía alejado de Daniel e Ian, continuando con sus ataques sutiles. Anónimamente, comenzó a agitar a la prensa para que se pusiera en contra de la universidad. Los periodistas, siempre en busca de una historia sensacionalista, empezaron a publicar artículos críticos y escandalosos.
La universidad en caos: ¿Quién es el responsable? Decían los titulares.
La presión mediática aumentó, y la reputación de la universidad comenzó a tambalearse. Los estudiantes y profesores vivían en un estado constante de estrés y tensión, sin saber quién estaba detrás de todo.
En su lujoso recinto, Erebos sintió una mezcla de confusión y furia al enterarse de que Aiden había escapado de la prisión dimensional y se había liberado de las cadenas del rubí del crepúsculo.
—Esto no es posible. Nadie escapa de esa prisión —gruñó Erebos, su voz llena de ira.
Decidido a enfrentar a Aiden, Erebos se dirigió al campus de la universidad. Cuando los dos se encontraron, se contemplaron fijamente a los ojos, cada uno con una mezcla de amenaza y desafío.
Aiden y Erebos se observaron, sus miradas llenas de hostilidad. Aiden, con su nueva apariencia y poder, representaba una amenaza que Erebos no había anticipado.
—Has cambiado, Aiden. Pero eso no cambia nada. Aún caerás ante mí —dijo Erebos, su voz un susurro venenoso.
—No sabes con quién estás tratando, Erebos. Te destruiré y tomaré tu lugar —respondió Aiden, su voz resonando con una frialdad implacable — La Orden Del Crepúsculo será mía.
Erebos, al ver el terrible cambio en Aiden, comprendió que su enemigo había evolucionado de una manera que podría desafiar incluso su poder. La batalla entre la luz y la sombra, ahora encarnada en Aiden, prometía ser más feroz y devastadora que nunca.