Horas antes
Xue Yang tenía todo listo, solo faltaba que JingYi trajera a esos tres estúpidos. Si esto salía bien, Lan SiZhui, Jin Ling y Ouyang Zizhen, dejarían de lastimar a su Xian-gege, solo esperaba que nada lo complique.
Estaba todo fríamente calculado, no había ningún hueco en su fabuloso plan, pero eso no quitaba su ansiedad.
El menor tenía que mantenerse serio para que nada, saliera mal. Una vez que, esta broma salga como él quería, entonces los dejaría en paz.
Su sonrisa se ensanchó cuando los escuchó acercarse. Sin embargo, no contaba con la presencia de los mayores.
Vió entrar a JingYi nervioso siendo seguido de los tres estúpidos, pero no les pasó nada a ellos. No obstante, no podíamos decir lo mismo de cierto líder de secta.
Todo sucedió tan rápido que, Jiang Cheng, no tuvo tiempo para poder moverse. El cuenco cayó sobre su cabeza bañándolo con un contenido de dudosa procedencia.
Un silencio se formó en el lugar hasta que la estruendosa risa de Wei WuXian, se escuchó. Xichen abrió la ojos nervioso, y WangJi, él formó una pequeña pero como visible, sonrisa.
El que no la pasó muy bien, fue Jiang Cheng, quién aún seguía quieto y en shock. Los juniors esperaban la típica reacción del mayor. ¡Hasta Lan WangJi esperaba un a reacción violenta por parte de su cuñado!
Sin embargo, esto no ocurrió, lo que sorprendió a todos en la habitación.
El líder de Yunmeng había formado una sonrisa mientras miraba al Xue Yang.
—Estoy impresionado, mocoso —habló el Jiang—. Pero la próxima vez que hagas esto, te romperé las piernas.
Xue Yang solo se cruzó de brazo y formó un puchero. ¿Por qué le salió mal esto?
Los mayores rieron con ternura, entendiendo que el menor estaba protegiendo a Wei WuXian.
El Patriarca caminó hasta Xue Yang y lo tomó en brazos.
—A-Yang, tienes que disculparte —habló WuXian entre risas.
—Me disculpo, Tío Cheng —murmuró—. Pero la próxima vez, mire hacía algún lado.
El mayor gruñó y salió apresuradamente, necesitaba un baño urgente. Xichen lo siguió, luego de despedirse de los demás.
Ahora, debía idear algún plan para calmar a su gruñón y tierno esposo.
Después de que Xichen y Jiang Cheng se fueran, Wei WuXian observó a Xue Yang.
—A-Yang —murmuró el Patriarca—. Tienes que disculparte con ellos, y lo sabes.
El menor de cruzó de brazos y formó un puchero. Sinceramente, en sus planes no estaba disculparse con esos tres.
Sin embargo, no podía ir en contra de las palabras de su Xian-gege. Se sentía manipulado con palabras dulces y eso no le molestaba en absoluto.
Quizás, en un futuro, usaría el mismo método con alguien. De solo pensarlo, una radiante sonrisa se formaba en su rostro.
Ahora, debía pensar en algo que, no involucrara al feo y amargado líder Jiang. Pero, ¿Cómo iba a hacerlo? No lo sabía, sin embargo, estaba seguro que llegaría a encontrar la respuesta.
—Esto aún no ha terminado —habló y luego se fue, necesitaba empezar con su nuevo plan cuanto antes.
Los juniors sintieron un pequeño escalofrío, Xue Yang tenía una mirada que les daba algo de miedo. Una pequeña vocecita en sus cabezas, les decía que no lo hicieran enojar.
Olvidando eso, miraron a JingYi, pero este solo se despidió de los mayores y salió en busca de Xue Yang.
Iba a ser difícil para esos tres jóvenes conseguir el perdón de JingYi. Por eso, se les ocurrió una breve idea que incluía a Wei WuXian. Sin embargo, no estaban muy seguros de si el mayor iba a aceptar, después de todo, su relación aún no era como antes.
WuXian, al sentir el nerviosismo de sus pequeños pollitos, soltó una leve risa. Sea lo que sea que estuvieran pensando, él, iba a ayudarlos.
—¿Por qué están tan nerviosos? —preguntó con diversión.
—Xue Yang —mencionó Jin Ling.
WuXian rió con diversión, sí, su pequeño A-Yang era igual a cómo recordaba. Sin embargo, también era completamente diferente a aquel joven cultivador.
—Quieren algo de ayuda con él —afirmó el Patriarca.
Los jóvenes asintieron. Si iban a acercarse a JingYi para ganarse su perdón y, quizás algo más, debían distraer a Xue Yang.
Sabían que sería difícil, porque ninguno se separaba del otro, no importaba si era estrictamente necesario.
En todas partes y todos los días, se verían a JingYi y Xue Yang juntos. Jugando o haciendo algún tipo de travesuras.
Esperaban poder lograr lo que tenían pensado, sabiendo que luego, necesitaban ganarse a Xue Yang.
Otro lugar de Gusu
Luego de que la broma no saliera como Xue Yang había querido, el menor, decidió distraerse con los conejos mientras pensaba en alguna otra cosa. No quería dejar esto así, y buscaría la forma de mantener a esos tres alejados de JingYi. No obstante, algo dentro de él, le decía que por más que buscara o hiciera algo, el mayor, terminaría perdonandolos.
Eso provocaba una pequeña sensación de molestia en su pecho, el simple hecho de pensar en como JingYi los perdonaba y se alejaba de él, no le gustaba. Se sentía tranquilo y bien al lado del adolescente, no dejaría que lo alejaran. Pelearía por tener a JingYi junto a él, sin importar las consecuencias.
Quizás, le pida ayuda a su tío amargado y a su Lan-ge sonrisas. Ellos lo iban a ayudar, si eso no ocurría, siempre podría recurrir al chantaje o al llanto.
Ciudad Yi / Casa de los ataúdes
Fue curiosidad, no lo sabía. Sin embargo, Xiao XingChen sintió la necesidad de volver a ese lugar. Un lugar donde pasó momentos muy buenos y otros, no tanto. Los recuerdos aún seguían nítidos, sobretodo los de Xue Yang.
Volver a ese lugar, fue un indicio de no querer perder el recuerdo de Xue Yang, porque su ausencia, estaba matandolo levemente. Había empezado a extrañar al menor y eso lo asustaba.
«¿Por qué, Xue Yang? ¿Por qué tu ausencia es tan desgarradora?»