—Castigados, ¿por qué? Por “arruinar” un aburrido evento escolar, —dijo la joven dando giros por la sala de clases —no es mi culpa que los maestros tengan tan poco gusto, deberían agradecer que animamos las cosas ¿no?
Jon y Lizzy se mantuvieron sentados en sus asientos en completo silencio, como si hubieran hecho algo malo. Pero para Mina, ellos no habían hecho nada malo, excepto darles a las personas del pueblo un poco de verdadero entretenimiento. Pero estaba segura que los maestros no lo admitirían.
—Mina ¿puedes sentarte?, me pones nervioso.
Jon lucía bastante asustado, «supongo que nunca estuvo castigado en su antigua escuela, y menos por un motivo tan grande como lo fue nuestro show. Aunque insisto que es injustificado» pensó la chica.
—Tranquilo, no te pasará nada. Al fin de cuentas no hiciste nada, solo te quedaste parado mientras me robaba el público.
—¿Qué se suponía que debía hacer? —preguntó desconcertado.
—Pudiste haberte unido a mí cantando —sugirió con tono de obviedad.
—¿Es una broma?
—No, de hecho, Lizzy debía unirse también —agregó.
Mina estaba un poco desconcertada con su amiga, ella debía cantar los coros y acompañarla en el escenario, pero no lo hizo. En su lugar se había quedado petrificada como Jon.
—Sí, pero pensé que ibas a salir al final de nuestro acto, no en medio de este —se excusó —. Tuve que apresurar el baile hasta el final.
—Oh, creí que ya estaban terminando —comentó indiferente.
—¡Mina! llevamos practicando los pasos hace meses —la regañó Jon.
—Ni siquiera pude tomar el otro micrófono —agregó Lizzy aún preocupada por el cambio de planes.
—¿Tenían otro micrófono?, ¿hace cuanto tenían planeado esto?
—¿Como dos meses? —preguntó Lizzy buscando la confirmación de Mina.
Ella le hizo una seña de su mano que le indicó que más o menos ese era el tiempo, aunque no estaba segura, y de cualquier forma, eso era lo de menos. Lo importante era que el plan había sido un relativo éxito.
—Lo cierto es que casi la mitad de la clase sabía que íbamos a hacer algo, incluso sobornamos a los de secundaria para poner la canción en el momento adecuado —dijo orgullosa de su arduo esfuerzo conjunto.
—Ustedes no tienen ni una pizca de arrepentimiento ¿verdad?
—¿Por qué lo tendríamos?, no hicimos nada malo, además es culpa de los maestros por poner estudiantes disconformes a cargo de la música —se excusó levantando los hombros —. Todos saben que los de secundaria no son confiables.
—Igual creo que debiste esperar al final para salir, ¿qué pasó? —preguntó Lizzy con intriga.
Lo cierto es que ellas tenían planeado esto desde hacía tiempo, Lizzy suplantaría a Mina con el asunto del baile y ella aparecería al final para cantar, con ellos como acompañantes. Pero en cuanto empezaron a bailar juntos, algo en Mina la hizo querer detenerlos, no estaba bien y ella lo sabía, por lo que tuvo que adelantar sus planes. La idea de Jon y Lizzy bailando le revolvió el estómago
«¿Estaré celosa de ellos?» pensó por un instante. «Na, debe ser lo que comí antes del espectáculo» rectificó.
—De igual forma salió todo genial —proclamó viendo que sus cómplices esperaban una respuesta suya.
—Sí, fue muy divertido. ¿Siempre se divierten así? —les preguntó con entusiasmo la joven mientras se soltaba el cabello.
—No siempre resulta bien, por lo general termina con alguno de nosotros…
En ese momento la puerta se abrió y tres caras enojadas aparecieron justo detrás de la maestra Lisa. Dos de ellas eran muy conocidas por Mina, su mamá y Ana, pero la tercera en entrar era la que lucía más enojada. No fue sino hasta que se dirigió directo a Lizzy que la chica se dio cuenta de quién era: era su mamá.
La hermosa mujer que había visto un par de veces cuando iba a su casa estaba irreconocible por su expresión enojada. Incluso llegó a sentir más miedo que con la madre de Jon, y eso ya era decir mucho.
—¿Estás escuchándome Mina?
El tono severo de su mamá la hizo voltear de nuevo hacia su dirección, se veía furiosa y confundida «¿qué le habrá dicho la maestra para que tuviera esa cara? Probablemente algo fuera de contexto» se excusó.
—Antes de que te enojes déjame explicarte lo que sucedió.
—Soy toda oídos —contestó.
Con calma la joven le explicó a su furiosa madre todo lo que había sucedido y la razón por la que habían hecho lo que hicieron (aunque a sus ojos Jon y Lizzy no habían ayudado mucho). No fue de extrañar que ella no entendiera las razones al instante, obligarlos a hacer un acto contra su voluntad, y posteriormente preparar el suyo propio, no era algo que sucediera todos los días, por lo que Mina le dio un par de minutos para procesarlo.
—Entonces, debido a que fuiste obligada a participar de la obra convenciste a tus amigos de interrumpirla y preparar tu show musical con tus propias reglas a escondidas de los maestros y el resto del público. ¿Algo así?
—Exacto —exclamó al ver que había entendido todo a la perfección. «Como esperaba de mi madre» pensó orgullosa.
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Editado: 13.09.2024