Era un frío día de invierno cuando mi vida cambió.
Pareciera hace todo una vida.
Tres movimientos se dieron en la parálisis del tiempo, con fracciones de segundos de diferencia.
El primero, detuvo mi corazón. Despojándose de sentimientos comunes.
El segundo, invadió mi mente. La lleno de confusión y bruma.
El tercero, activo mi alma. La voz llegó y me dio un poder inmensurable que diezmó mi razón.
En tres movimientos cambió todo. En un bosque no muy alejado de mi casa, un día de frío, durante una tormenta eléctrica. Mis sentidos se abrieron y descubrí un mundo más allá de todo lo que conocía.
Fue un despertar.
O al menos eso creía.