21 de junio, 2,035.
Queridos hijos:
En estas cartas plasmaré mi vida de principio hasta ahora.
El momento en que fui creado.
La primera vez que sentí algo más que ira.
Cuando reencarné en este mundo como un humano.
Cuando me invocaron. Cuando perdimos el juicio final.
Y cuando ustedes llegaron a mí,
Espero que esto responda todas sus preguntas.
No es un adiós mis pequeños, es un hasta luego.