Las Chicas Perfectas

SETENTA Y TRES

Sindy había recibido la visita de su padre, por lo tanto ahora se encontraban ambos en la sala de visitas. Las oscuras ropas de la joven la deprimían más aún de lo que ya estaba. No le permitían siquiera usar colores alegres.

Cuando Gay la vió se le estrujó el corazón, ya que era consciente del intenso dolor que su hija padecía, pero nada podía hacer por él. No solo su amigo Nick quería que sea castigada sino él también lo deseaba.

Era lo más indicado, ya que las acciones de la joven ocasionaron intenso pesar en los demás.

Gay, si bien entendía el dolor de su hija al creer que el amor se su vida le fue infiel, no compartía sus acciones. Incluso se ocupó de que su sobrino también sea castigado.

Pero lo cierto era que esa vida a Sindy le afectaba más que cualquiera, debido a que toda su vida estuvo encerrada y con Anthony empezaba a experimentar la libertad.

Sindy vestía pantalones negros, camisa negra, pulover negro, zapatos negros, miraba el suelo sin dejar de llorar aunque se quitaba las lágrimas con furia.

- Sindy, mírame hija
- ¿Por qué? 
- Hija ¿entiendes por qué estás aquí?

- Porque no deseas que sea libre padre - recién lo miró a los ojos a su padre - Siempre me tuviste encerrada, este fue tu verdadero objetivo. Aislarme de todos y de todo.

- Sindy lo que hiciste es imperdonable. Secuestraste a Ana y la drogaste
- Nunca le habría hecho nada si...si...si Anthony...

- Entiendo que te haya dolido lo de Anthony, pero en vez de tomartelas con Ana debiste acudir al mismo Anthony.

- Habló quien jamás tuvo pareja ¿qué puedes saber tú del amor padre? Después de todo no te enamoraste nunca. Tú me adoptaste ¿recuerdas?

- Sigues siendo tan cerrada y no te permitiré salir de aquí, ya que no eres capaz de entender el motivo real del por qué Nick y yo tomamos esta decisión.

-¡¿A ustedes no les importa nadie más que ustedes mismos?! ¡¿Qué más podría esperar entonces?! ¡Anthony es igual a su padre! ¡Solo sabe pensar en su propia persona!

- Sindy ¿no estarás hablando en serio verdad?
- Muy en serio

- Anthony te ama de verdad, Misa te mintió por órdenes de Adam. Él fue el causante de todo.

- Si eso fuese cierto, Anthony mismo me habría venido a ver y sin embargo no apareció.

- Dejé órdenes específicas de no permitir que nadie que no sea yo te vea. Por lo tanto si vino, no le permitieron verte Sindy.

Sindy miró a su padre asombrada, no se esperaba aquello. Gay en verdad la había aislado de todos y de todo. Solo pudo llorar de la desesperación que sentía.

- No te saldrás con la tuya padre - dijo ella  entre lágrimas de desesperación - Verás cómo lograré escapar de éste lugar y de tí. Maldito.

El dolor de Sindy era tan intenso que le nublaba la mente, solo anhelaba ver a Anthony, suplicarle perdón por haber sido tan idiota y besarlo hasta perder el sentido.

Pero Gay jamás aceptaría aquello, ya que ese pelirojo solo quería conservarla solo para él.

-Hija....yo no...
-Cállate por favor.

Cuando Gay quiso tocarla, Sindy apartó su brazo con furia mirandolo con ira intensa.

- Nunca fue mi intensión hacerte daño mi niña.

-¡Tú siempre me aislaste del mundo! ¡Me tuviste encerrada en tu mansión durante toda mi vida y ahora me anularás como persona. Maldito...¡Maldito! ¡¿Por qué directamente no me matas?! ¡Sería más misericordioso!

Pese al intenso rechazo de su hija, Gay la abrazó con fuerza soportando sus golpes. Sindy se sentía asfixiada y desesperada.

Pero finalmente cedió al abrazo de su terco padre, solo para llorar con mayor intensidad en su hombro.

- Liberame papá, por favor te lo pido. Sácame de aquí.
- Ya mi niña, tranquilizate.

 




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