Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le dire)

XLV

Cuando la profesora escuchó nuestra idea te miró significativamente, como diciendo “¿él está de acuerdo con esto?”

Vos simplemente te encogiste de hombros divertido y dijiste que fue tu idea.

Ella como respuesta rió.

Ahora la incógnita estaba en donde nos juntaríamos a hacer el trabajo.

Y para mi más mala suerte todas las miradas me apuntaron a mí, incluida la tuya.

En esos momentos te consideré realmente masoquista porque si íbamos a mi casa, ahí estaría mi mamá.

Y si estaba mi mamá eso solo significaba una cosa: preguntas y más preguntas para ti.

Y vergüenza y más vergüenza para mí.



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En el texto hay: tristeza, amor, amor adolescente

Editado: 20.11.2020

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