Me mira directamente a los ojos. Su pupila se convierte en una espesa niebla y hace que mi respiración se ralentice.
—¡Deja de hacer eso, Tenemo! —gritan ambas mujeres con furia.
Y, luego de eso mi respiración se normaliza y este ha desaparecido, en su lugar solo se halla una espesa niebla.
—Lo he visto por algún lado —digo tratando de recordar.
Ambas me observan con sorpresa, luego de un silencio incómodo.
—No creo que lo hayas visto, Tenemo nunca ha salido de aquí —responde la de trenzas blancas.
—Eso no podemos confirmarlo querida, Titania—acota Jorich arreglándose la melena que le cae por el rostro.
—Yo le visto en algún lado —vuelvo a responder.
—¡Basta de charlas! vamos a ver qué has preparado de desayuno querida Jorich—Responde Titania saliendo de mi habitación.
—Arréglate, pequeña. Ahí hay algo de ropa limpia…—ordena Jorich.
Finalmente me dejan sola, sigo intentando recordar el rostro…
—¡Eres una soplona pequeña inmunda! —se oye una voz chillona.
—¿Quién es? —pregunto buscando con la mirada.
—Yo, mírame estoy en frente de tus naricesss—dice el pequeño duende moviendo con furia sus manos.
—Pensé que eras un muñeco —respondo nerviosa.
—¡Pues, fíjate que no! ¡Así que no abras la boca! —grita muy enfadado —Porque te irá fatal si lo haces—finaliza.
—Grea, ¿qué ocurre? —dice entrando Titania.
—El duende, el muñeco…—digo apuntando el lugar.
—¿Cuál duende? —pregunta
—Ahí en frente tuyo —respondo —ya se está yendo por los libros —digo desesperada.
—¡No lo veo! —responde muy alterada —¡si lo ves atrápalo, por favor!—repite sacudiendo su melena e inmediatamente todo el lugar se convierte en hielo.
—¿¡Qué está ocurriendo!?, ¿¡qué es todo esto…!? —grito agarrándome la cabeza.
—¡Jorich! —grita
Jorich entra inmediatamente y me abraza.
—Tranquila, pequeña Grea—me susurra.
—Alguien estuvo aquí con Grea, un infiltrado; lamentablemente no pudimos verlo, ¿Qué clase de magia es esta? —dice Titania limpiándose la frente.
—Esto es peligroso, ya se enteraron…no puede ser, tienes que llevártela, Jorich.
Jorich se queda en silencio.
—¿Qué está ocurriendo? —pregunto.
—La llevaré a la Hermandad de Sarah Solart —acota.
—Sí, informa a la otra hermandad, pídeles que estén alerta—dice y sale.
Jorich me ayuda a vestirme y me hace trenzas al igual que ella alrededor del cuello. No rechisto, me quedo quieta. Salimos a la sala y Titania me entrega un manto morado con bordados extraños y un colgante en forma de dragón con los ojos de perla.
Titania se despide de Jorich y me da un beso en forma de Cruz.
—Esta casa me es familiar, aquí estuve yo. El fuego no dejaba de arder... —digo y ambas me tapan la boca y me hacen una señal de silencio.
—Vámonos pequeña —ordena Jorich jalándome de la mano y al mismo tiempo cubriéndome con su manto.
RELATA TITANIA
Desde hace siglos las tres hermandades han sobrevivido gracias a su inteligencia y astucia. Aun los puritanos y esos predicadores aldeanos nos persiguen, sí, señores la persecución y la masacre continúa, ya no en Salem. Abandonamos Salem hace siglos, ahora Salem es un lugar turístico, según se cuenta que cada Hallowen los lugareños se visten de brujas y otras cosas que nos desprestigian haciendo de nosotras una burla y el hazmerreír de los niños ¡Imagínense que nos imiten!; los humanos son muy atrevidos, sin embargo, eso poco o nada nos importa. Salem ya no es nuestro.
Dejamos atrás a Salem, aunque de vez en cuando la Hermandad de SARA WARREN suele visita el lugar para ver si aún hay uno de nosotras, esto ocurre solo en las madrugadas cuando todos duermen, afirman que han cambiado mucho a Salem, no es el mismo Salem, ahora es extraño y sus habitantes son más extraños que parecen cuerpos flotantes con vestimentas extraños.
Actualmente en nuestra comunidad se rumorea que existen espías, que quieren destruir a las tres comunidades y a algunas otras esparcidas en el mundo de los humanos, dicen que esas esparcidas son más peligrosas que nosotras porque viven con los humanos ocultando su naturaleza. Que su cuerpo soporta cambios y son muy difíciles de acabar con ellas, son las llamadas “Las aves fénix de Salem” que renace siempre.
Sin embargo, nuestra hermandad siempre se ha mantenido en el silencio, como la sombra y la noche. Respirando y observando las desgracias, sin poder interceder en el mundo de Las Dos Patas. Sin poder defender a las nuestras. Poco a poco estamos exterminándonos.
RELATA JORICH
Aquella mañana, cuando la niña nos contó del muñeco y de Tenemo, mi miedo enterrado salió a flote. No podía imaginar lo que iba a ocurrir. Tenía que salvar a la niña de inmediato. Ese es mi misión desde que nací, proteger a los de afuera.
Caminamos por el bosque de inmensos pinos y gigantes girasoles salvajes. Estos girasoles solían cambiar de color cuando se aproximaba el peligro, lo cual confirmaba mi temor. Caminamos lo más rápido, sin embargo, los chirridos de las hojas secas se agudizaban cada vez más, así que inmediatamente cubrí a la niña con mi manto de invisibilidad.
A mitad del trayecto, las voces provenientes de los musgos gigantes empezaron a susurrar;
—Peligro, P-e-l-i-g-r-o-o, co-rrree…Corre Jorich.
Esto era un aviso de que alguien venía siguiéndome. Tenía que usar la joroba de la inteligencia antes de que ocurra algo trágico. Me incliné hacia los musgos, indiqué a la niña la dirección y el lugar a donde tenía que llegar. Grea es muy inteligente, porque su mirada lo dice todo, sus ojos verdes me indican que lo hará. La niña sale corriendo del musgo, mientras yo me pongo a toser para así evitar el sonido de las pisadas.
Continuo mi marcha con la tranquilidad en los pelos, el sonido cada vez se aproxima, esto hace que tome un descanso debajo de los pinos gigantes. Cuando siento la respiración en la nuca.