Ángel sentía algo raro en el aire. Tal vez estaba aburrido y solo era su imaginación, pero podía asegurarlo.
Pensaba en visitar a Maura por las suyas un día cualquiera, pero recordaba que ella era una mujer ocupada y comprometida con su trabajo. Aparte de que vivía en otra ciudad.
Prendió la televisión y pegó un salto.
Incendio en la entrada norte de Claro Verde: bomberos descarta reacción natural.
Para rematar la situación, el celular sonó.
—Ángel —comenzó Karol—, ¿sabes algo del jefe?
—Tenía una reunión.
—Ah, no, nada entonces —dijo al escuchar a Carol hablando con él—, puede que te llame, así que estate atento.
—¿Tiene algo que ver con los incendios en Claro Verde?
—No.
Ángel veía truncada su visita a Claro Verde y, por ende, su oportunidad de conversar un rato con Maura.
Las noticias anunciaban que debido a fuertes vientos el fuego amenazaba con alcanzar las primeras casas. Bomberos trabajaba arduamente para controlar las llamas y los caminos estaban cortados debido al riesgo de caída de ramas de árboles encendidas hacia los vehículos.
—Vamos con el ingeniero Ambiental Patricio Arcano, que ya se encuentra en el estudio —decía la presentadora—. Muy buenos días, Patricio, ¿podrías contarnos un poco qué está pasando?
—Muy buenos días, Anaís, quisiera comentar que he estado revisando los registros y encontramos muchos factores en la gestación de este megaevento que hoy lamentamos.
—Factores como cuáles, por ejemplo.
—Son muchos. Aquí los tengo anotados. Primero tenemos el factor del ecosistema: en el bosque de Claro Verde habitan muchos animales. El problema es que los animales comenzaron a morir de hambre hace unos años y los sobrevivientes fueron enviados a reservas para su sanación y conservación. Los animales que fueron quedando basaban su dieta principalmente en insectos y en carne. La carne comenzó a escasear cuando los carnívoros terminaron de comerse a los insectívoros y los insectos como las termitas terminaron por comer buena parte de los árboles. Pasaron por lo que se le llama una “fase logarítmica” en la que presentaron una curva de crecimiento exponencial en respuesta a la baja de insectívoros. Esto altera el ecosistema y deja que las hierbas crezcan demasiado.
››La sequía, otro factor importantísimo, terminó convirtiendo las hierbas altas en yesca por varias hectáreas de terreno. Eso nos da una mecha de varios kilómetros esperando a ser prendida. También tuvimos una ola de calor que facilitó esto y el viento que se dirige a la ciudad. Ese viento siempre en esta época del año presenta una crecida y eso significa más contacto entre una superficie ya prendida y las ráfagas de aire. Por lo demás, también impide que se apague el fuego por vía aérea.
—¿Qué sugiere, Patricio?
—Sugiero que guarden los baldes con agua para la última instancia y vayan a llenar carretillas con tierra si es que no tienen un extintor a mano.
Anaís se puso el dedo en el oído y Ángel volvió a respingarse.
—Ajá… Patricio, nos acaban de llegar informaciones sobre el inicio de esto. Se ha registrado la caída de un relámpago durante esta mañana que inició esto.
—Bueno, estamos con tormenta solar y masas de aire chocando —contestó Patricio—. No me parece raro. Nuestra magnetósfera debe estar vuelta loca.
«Mierda, esto es peor de lo que creí. ¿Tendrá algo que ver con todo eso? Mejor espero la llamada del jefe» se decía Ángel con cierta esperanza de tener que ir a Claro Verde.
Apagó la televisión y prendió la cafetera; un café le haría bien a pesar del calor. El café de grano molido soltaba un aroma que lo calmaba a ratos.