Las feas también podemos

Capítulo 7

 Al volver a casa despues de aquella cita nos sentamos en los escalones de la entrada. Estuvimos platicando de varias cosas y de pronto se puso un poco serio y me dijo un lindo "te quiero".  Me abrazó fuerte y cuando le dije que también lo quería desde hace mucho tiempo, sus hermosos ojos me miraron con un poco de nostalgia, como si quisiera decirme algo mas pero acarició mi mejilla y nos dimos un beso y un largo abrazo en silencio y después se marchó. 

El día que volveria a Estados Unidos Sofy y yo lo llevamos al aeropuerto. Leo habló muy poco y no dejaba de abrazarme, no es que me molestara porque yo tampoco quería que se fuera pero me preocupó un poco porque se miraba muy pensativo. Sofy se despidió de el y regresó a su auto para darnos unos minutos a solas.

— No quiero irme. — me dijo mientras me tomaba de la cintura. 

— Y yo no quiero que te vayas. Pero te voy a estar esperando.

— Lo sé pero ahora todo lo que quiero está aquí, siento que un mes se me hará eterno. Solo quiero que sepas que te agradezo que no me olvidaras en todo el tiempo que teniamos sin vernos.

— Te juro que lo intenté pero no pude. Siempre fuiste un lindo recuerdo pero ahora eres más que eso. 

— Y yo te juro que pase lo que pase siempre serás una de las mejores cosas que me han pasado. Eres mi princesa. 

— Te quiero.

— Tambien te quiero. —  Me dijo y me dio un pequeño beso en los labios y otro en la frente. Nos dimos un ultimo abrazo y nos dijimos adiós.

Mientras lo miraba desaparecer entre la gente senti una ligera opresión en mi pecho. Ya no era mi apariencia ni mis inseguridades las que me preocupaban, sino la vida real. Esa que había pasado frente a mí y no me habia tomado la molestia de ser parte de ella porque siempre me comportaba como un detector de errores; como observando pequeñas manchas de humedad en un lienzo en blanco y me olvidé que estas no desaparecerían con sólo mirarlas sino pintandolas con hermosos colores vibrantes.

Ya estaba lista para "pintar" mi vida pero me di cuenta de que no puedo usar la misma técnica que uso para los negocios porque me olvidaba de una cosa: para ganar dinero no necesitas crear vinculos afectivos con tus clientes, no intervienen sentimientos y no duele el corazón cuando pierdes un poco porque sabes que algún día lo recuperaras pero en la vida real tienes que demostrar amor para que tenga sentido y arriesgarte aunque no tengas idea de cuáles serán los resultados pero pocas veces me lo había permitido. 

Me quedé parada con una sensación de alegría por haber tenido la oportunidad de recuperar a una persona que fue importante en mi vida, que extrañé durante muchos años y que fue mi primer amor imposible. Mientras lo miraba alejarse sabia que cualquier cosa podría pasar porque aunque yo estaba segura de que él me quería era consciente de que cuando las circunstancias cambian  los sentimientos pueden hacerse vulnerables.

Digo todo esto porque si yo no lograba dejar de pensar en la aún esposa de Leo y sentia tristeza por ella aun sin conocerla, ya imaginaba lo que él sentiría. Y es que según me platico, ellos se separaron porque tenían muchos desacuerdos y el solía viajar mucho por trabajo asi qué se alejaron antes de que terminaran en algo peor. Yo solo deseaba que aquella mujer se recuperara y no solo porque queria estar con Leo sino también por su pequeño hijo. 

Aun asi queria concentrarme en lo positivo y no me quedaba mas que esperar a ver que nos depararia el destino cuando regresara así que seguiría con mi vida normal pero ahora con una mejor percepción.

— Últimamente te veo más relajada — me dijo mi madre mientras cenabamos dos semanas después de que se marchó Leo. 

— Si un poco.

— Estás haciendo ejercicio o algo?

— No, pero creo que si debería.

— De cualquier forma me gusta verte así aunque yo supongo cual es la razón. O mejor dicho ya se a quien darle las gracias por tu buen humor. — dijo sarcasticamente. —  Por cierto, cuando regresa? 

— Pues tenia planeado regresar en dos semanas pero le ofrecieron trabajar en otro proyecto y está pensando en aceptarlo. 

— Pensé que ya se iba a venir para acá a vivir.

— Sí pero está ayudando a su ex esposa con su tratamiento para el cáncer y es algo costoso. 

— Entiendo, lo importante es que se mantengan comunicados y ya veras que pronto va a regresar.

— Si eso espero.....

Cápitulo largo. Espero que lo disfruten. Besos.

La tercer semana de espera fue un poco rara. Mi madre regresó con mi abuela y me estuve quedando en el hotel con Audry, la habitación donde ella vive es prácticamente un departamento en el segundo piso solo que prefiere ignorar que tiene cocina y baja a comer al restaurante. Ya llevaba dos semanas sobria y casi no habia salido con sus amigas y además creo que Sofy habia estado evitandome y Leo se habia estado comunicando menos así que invité a mi hermana al cine. 

Tenia mucho tiempo que no saliamos solo nosotras dos. Se veía muy contenta y yo también lo estaba. Traté de no preocuparme por el hecho de que soy casi invisible cuando salimos juntas y disfruté el momento.

Cuando regresabamos al hotel quiso que pasaramos a una taqueria a la que soliamos ir hace tiempo. 

— Issa, ese es el auto de Jhoan. — Me dijo mientras buscaba donde estacionarme.

— Tal vez vino a cenar con Vale a veces la trae aquí.

— !está con Sofy! — exclamó cuando pasé frente a la taqueria y me estacione un poco mas adelante.

— Estás segura? 

— Si ahorita que nos bajemos vas a ver que si.

— Te pregunto porque si están ahí no vamos a bajarnos. 

— Porqué no? Yo tengo hambre. 

— Pues vamos pero pide los tacos para llevar. — No quería incomodar pero quería verlo con mis propios ojos. Despues de todo yo había ayudado a que convivieran un poco más mis dos mejores amigos. 

Audry ni siquiera se detuvo a pedir la cena sino que se fue directo a donde estaban Sofy y Jhoan, al parecer la curiosidad es mas fuerte que el hambre. Yo me esperé para ordenar y mientras lo hacía miré de reojo hacia donde estaban ellos y comencé a sentirme un poco nerviosa. Me preguntaba porqué Sofy habia estado evitandome. Ademas se veian muy bien juntos y Johan se miraba muy contento. Eso estaba bien porque al parecer ambos habíamos encontrado nuestra media naranja pero muchas cosas pasaron por mi cabeza al verlos juntos y me senti un poco incómoda.



#2246 en Novela romántica
#871 en Otros
#280 en Humor

En el texto hay: humor, autoestima, romance

Editado: 21.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.