CAPÍTULO UNO
"Todos creen en la persona que aparento ser. Dicen que soy sincera y leal, pero nadie lo valora.
Dicen que soy amable y tierna pero no ven la parte real de mí. Mi verdadero yo. No dejo que ellos lo hagan. ¿Por qué? Sencillo. Porque a nadie le gusta relacionarse con una persona que miente con cada sonrisa, con cada gesto. Con una persona que lucha por controlar día a día sus pensamientos, intentando no dejarse llevar por ellos. Intentando ser fuerte.
Estoy rota, losé, mi alma grita todo el tiempo anhelando ser escuchada y rescatada. Pero... ¿Rescatada de qué? Ni yo misma lo sé. Y es que ¿A quién quiero engañar? Soy un caso perdido, dudo que alguna vez pueda ser salvada. Sin embargo, vivo esperando que suceda.
Sueño con algo que sé que no sucederá, pero no pierdo la esperanza de que al menos alguien quiera intentarlo."
Leo y releo lo que escribí y sonrío satisfecha con el resultado. El quinto capítulo de mi blog "Las historias de Paris" está terminado y me encanta como ha quedado.
Pulso el botón de publicar y cierro sesión. Aun me cuesta creer el éxito que tiene y en tan poco tiempo, solo han pasado dos meses desde que publiqué por primera vez, sintiéndome tan tonta por creer que alguien podría leerme, sin embargo, aquí estoy hoy, revisando mis redes sociales, leyendo los cientos de comentarios de mis pequeños Parisinos, que es como se hicieron llamar aquellos que esperaban semana a semana que publicara. Todos los días recibo hermosos mensajes de apoyo y agradecimientos, al parecer todos han encontrado en Paris una parte suya.
Eso me llena de emoción, me hacen ver que soy capaz de transmitir con palabras todos los sentimientos que quería transmitir, que ellos pueden sentir todos aquellos sentimientos que embargan día a día a Paris. Hablar con ellos mediante Twitter, Facebook e Instagram me hace ver que realmente son muchos los adolescentes que se sienten confundidos, tristes y solos en el mundo y apesta saber que a los adultos que los rodean no parece importarles en lo más mínimo. Creen que por ser adolescentes no tienen problemas, pobres ingenuos, cualquiera diría que jamás pasaron por esa etapa. ¿O es que acaso al crecer olvidas lo que sentiste a los quince? No los entiendo, tengo veinte y aún recuerdo lo que sentía a esas edad y espero recordarlo siempre, no olvidar los frágiles que podemos llegar a ser en esa etapa tan dura, no quiero perderme a mí misma y convertirme en una más del montón.
Una hora después decido que ya ha sido suficiente, debo leer los libros de la universidad y además he contestado mucho de los mensajes y comentarios de mis lectores. Voy a cerrar Instagram cuando veo que me llega una notificación, ruedo los ojos por mi poca determinación a la hora de estudiar y presiono el pequeño botón prometiéndome que será el último mensaje que responderé.
Un tal @EA93 ha subido una foto donde aparece una cita de "Las historias de Paris" y me ha etiquetado, algo muy normal en realidad, aunque hay algo que llama mi atención y es la descripción de la foto.
@EA93: “I do not know if what you write you really feel or just write for writing, but I can not stop reading, I have the feeling that you write about me, that you know me and that scares me.”
(No sé si lo que escribes lo sientes realmente o solo escribes por escribir, pero no puedo dejar de leer, tengo la sensación de que escribes sobre mí, que me conoces y eso me asusta.)
Recibo mensajes como ese todos los días, chicas y chicos contándome lo identificados que se sienten con Paris, lo mucho que entienden cada palabra escrita y lo feliz que están de poder ver que alguien se ha animado de escribir aquello que muchos piensan y nadie puede decir en voz alta, pero hay algo en esas palabras que me hacen sentir que el realmente no exagera al decirlas, que el realmente siente la desolación y vacío del que habla Paris y me hace sentir la imperiosa necesidad de sacarlo de eso, de ayudarlo, de hacerle ver que no todo está perdido.
Quiero ser yo quien lo salve a él o ella, solo yo.
"¿Pero qué diablos estoy pensando?"
Me largo a reír por la estupidez que pasó por mi mente y cierro la aplicación.
Tomo mis libros y decido que lo mejor será que me ponga a estudiar, no puedo ir por la vida pensando en que debo salvar a toda persona que me escribe solo porque cree que "Las historias de Paris" está basada en sus vidas.