Las Jones.

46. Final.

CANCIÓN DEDICADA: Aitana - No te has ido y ya te extraño

Narrador omnisciente 

***

Dolor y amor. La vida les estaba enseñando que la vida es eso; el bien y el mal. 

Teorías, esperanzas y sobre todo dolor. ¿Cómo se asume que un hermano este posiblemente vivo?

Ninguna de ellas cuatro lo sabía manejar, ni sin vida en ese momento.

Aitana sin querer regresar a clases, con el corazón roto y con mil cosas encima. La citación sobre el suicidio de Maro, ya había llegado y eso la tenía mal. Guzt y ella tenían que enfrentar lo malo que hicieron en el pasado. Lionel por entablar lazos con Armado, se salvo, traiciono a sus amigos y eso era algo que se añadía a su lista. Sus amigos y su familia la apoyaba, pero no era del todo cierto, se habían roto; Lionel y sus amigos, en su familia su hermana mayor y su padre se evitaban. Se sentía agotada y sin fuerzas para enfrentar lo que se le venía. 

Aina, con un ex novio que la seguía llamando y haciéndola sentir menos. Tenía a Pablo, pero él mismo le había dicho, que la estabilidad emocional y el autoestima dependencia de uno mismo. Quería tener eso, pero le estaba costando mucho y decirle a su padre en tanto caos, no era lo mejor—eso pensaba ella—.

Sofía era la más tranquila en todo esto, pero tenia pena con los Collins, rabia con su tía y sobre todo lastima por lo de Mateo. Lo llamaba todo los días y aunque él seguía siendo borde, ya no igual que antes, se empezaba abrir con ella, con más facilidad. La confianza se estaba empezando a generar y de allí podría salir un historia de amor. 

Y Layla... era un mar de emociones. Lo de Edward, lo de su padre, lo de los Collins, lo de Santiago y lo de Jeremy. Aunque tenia apoyo, se sentía asfixiada, no quería estar con la indiferencia de su padre o con que su vecino no se asomara a su balcón. No le gustaba las criticas por no hablar antes o las palabras ofensivas de muchos de su familia. Quería respirar y en ese lugar no lo iba a lograr. 

Sobre su mesa de noche, estaba un vuelo de avión. Después de cuatro días, tomo la decisión de irse. En la universidad habían convocatorias para Médicos en Fronteras y aunque todavía no tenia su titulo. Las practicas servían mucho y a ella le gustaba eso. 

Lo que si le dolía era dejar a sus hermanas. Ella era consciente que ambas la estaban pasando mal, cada una a su manera. Sabía de la citación de Aitana, sabía de los problemas de Aina y sabía que la rubia estaba mal por la situación con los Collins. Su amistad con Santiago, paro, él la ignoraba. 

—Ay Dios, dame fuerzas —suspiro y echo su cabeza para atrás, sentada en la cama. 

Alguien toco la puerta, guardo el boleto en su cajón y dio el permiso para pasar. Su hermana Aina, paso y se sentó en su cama sin decir ninguna palabra. Ambas permanecieron en silencio, hasta que la pequeña hablo.

—Se que este favor no te va a gustar, se que tienes mil cosas en la cabeza. Pero de verdad lo necesito —su voz se entrecorto. 

—Aina, ¿Qué pasa? —Ella le paso su teléfono y le mostro un mensaje reciente de Gustavo —se la pasa enviándome mensajes y no quiero volver a lo mismo. Antes era la decepción lo que me separaba de él, ahora es el miedo.

Eso estremeció a Layla. Aina tenía miedo y ella lo entendió. 

Leyó los cuarenta mensajes entre el día anterior y ese en la tarde. Un enojo la recorrió al leer uno es especifico "¿Qué no vas a volver?, si no lo haces te quedaras sola. Por ser tan fea, tan poca persona y sin nada de personalidad." 

—Estoy va a parar —dictamino. 

En su cabeza ya estaba lo que iba hacer y aunque eso la iba a meter en problemas, le valía madres cuando se trataba de su hermana pequeña. 

—Voy a ir a hablar con él —informo y se levanto de la cama —. No voy a permitir que te siga tratando de esta manera. 

—Yo voy contigo — hablo Aina y su hermana negó —. Yo soy la única que le puede dar el ultímate, soy yo quien lo tiene que pararlo. 

Layla no supo como tomarlo, pero cuando su hermana le lanzo una de sus miradas tranquilizadoras, entendió que era lo que ella quería hacer. Aina salió de la habitación y fue hasta la suya por el abrigo. Al salir con este, Aitana salió de su cuarto. 

— ¿Para dónde vas? —inquirió.  

Aitana tenía sus ojeras que últimamente eran habituales y ya casi no salía de su cuarto. Aunque ambas seguían siendo las misma, en cuanto la hermandad. Ambas sabían que era un factor a mejorar, querían volver a ser las gemelas de antes. No estas, que no se apoyaban mutuamente. 

—Voy a salir con Layla —dijo — ¿Quieres venir? 

Sabía que era lo mejor para su hermana. 

—Sí —respondió —¿Llamo a Sofía?

Aina lo medito y asintió. Ella fue hasta la habitación de la mitad y toco, la rubia estaba jugando en línea con Grace.  

—Pase —grito a quien estaba afuera de su habitación, su hermana entro y le hizo seña para la salida. Sofía frunció el ceño al no entender y Aitana puso los ojos en blanco.

—Vamos a salir ¿Vienes? —ella se quedo meditándolo unos segundos y afirmo con su cabeza. Se despidió de su mejor amiga y se puso las zapatillas. 

Ninguna de las dos sabia lo que iban hacer Aina y Layla, pero teniendo en cuenta de que tenía que ver con el mensaje de Gustavo. Algo no muy bueno sería. 

Salieron las cuatro de la casa, en el coche de Layla a casa de los Haase. Nadie dijo nada, pero estaban dispuestas apoyar a su hermana menor. Al llegar todas se bajaron y Layla fue la primera en caminar y tocar la puerta. Luego de unos segundos fue abierta por una mujer con los ojos rojos y dos de las Jones entendieron el porque. 

—Layla —musito —¿Qué haces acá?

—Necesito hablar con sus dos hijos —respondió seca. 



#284 en Joven Adulto
#1703 en Otros
#98 en Aventura

En el texto hay: vecinos, ex novio y mentiras, playboys

Editado: 23.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.