21 de marzo de 1985
A la mañana siguiente, una vez concluido el tan esperado evento, y ante la inesperada corta desaparición del príncipe en medio salón, el reino y la familia real se encontraban exasperados, los primeros se concentraban en saber si el rumor de una posible candidata al trono era cierto, y en caso de que asi fuera, en la identidad de la posible princesa. Y los segundos, sobretodo el par de reyes, en conocer si su hijo había logrado su objetivo.
En el palacio, a horas tempranas, rápidamente el príncipe bajo a la cocina, entro sin previo aviso ante los altos chefs que se encontraban preparando el desayuno, los cuales instantáneamente se sorprendieron al notar la presencia de su majestad.
- Busco a Nadine Moreau – Proclamo el príncipe, mirando fijamente a el personal. La mayoría volteo a ver a Alexander, uno de los cocineros, ya que el príncipe desconocía que en realidad Nadine era la hermana menor de Alexander, y que únicamente había asistido esa noche al palacio con el objetivo de ayudar a su hermano con los preparativos. - ¿No ha venido a laborar el día de hoy? – Pregunto David, frustrado al no obtener respuesta inmediata.
- Disculpe Majestad, Nadine es mi hermana, no labora oficialmente en el palacio, lo que pasa es que llegue a un acuerdo el jefe de cocina para que pudiera asistir a ayudarme con los detalles del ba… - En eso, fue interrumpido por el príncipe.
- Acompáñame Alexander, necesitamos hablar – Ordeno David, por lo que nerviosamente, y al mismo tiempo, apresuradamente, Alexander camino fuera de la cocina hacia el jardín, en compañía de David.
El hermano mayor de Nadine esperaba un regaño por su parte, y esto causo que su corazón se acelerara rápidamente. Ambos se encaminaron al jardín principal, Alexander esperaba con ansias saber el motivo por el cual el príncipe deseaba hablar a solas con él.
- ¿Me va a llamar la atención, majestad? – Pregunto Alexander, al no escuchar palabra alguna del príncipe, a pesar de llevar un leve rato caminando por el jardín.
- Nada de eso Alexander. El motivo por el cual te pedí charlar es para preguntarte acerca de tu hermana… - Respondió David, seriamente.
- ¿Es que acaso cometió alguna falta o error, ayer por la noche? – Pregunto el cocinero, deseando que sus sospechas no fueran ciertas.
- En lo absoluto, chef. ¿Puedo saber si tu hermana posee un grado en gastronomía? – Cuestiono David.
- La respuesta es que no, majestad. Disculpe. – Contesto Alexander, seguro de recibir una llamada de atención.
-Lo entiendo, entonces supongo que dispusiste de ella como mesera… - Afirmo el príncipe.
- En efecto, majestad. Observe que se trataba de una fiesta importante, y la cocina se propuso el cometer la más mínima cantidad de errores – Respondió Alexander, un poco aliviado.
- ¿Entonces puedo suponer que ya cuenta con experiencia en esa área? – Cuestiono David, suavizando el paso.
- Asi es, alteza. Ha laborado como mesera en distintas cafeterías y pequeños restaurantes desde que tenía la edad de 17 años – Respondió Alexander, pensando en que el motivo de la charla fuera una oferta laboral para su hermana.
- ¿Qué está estudiando actualmente? – Cuestiono David, mientras seguían recorriendo el jardín.
- Estudia un pregrado en literatura y lengua, en la Universidad de Caltuch – Contesto el chef.
- Cuéntame sobre ella, de ser posible – Menciono David, mostrando interés en conocer lo más posible sobre la joven misteriosa de ojos de Esmeralda.
- Nadine, que en francés significa esperanza, acaba de cumplir 19 años, es la menor de mi familia. Su actitud es medianamente tímida, posee un carácter introvertido, a la vez que amable, noble y esplendido, su afición es la literatura y el arte. – Compartió Alexander, al mismo tiempo que se cuestionaba el repentino interés del hijo real de la familia.
- Me gustaría conocerla mejor, sería un honor para mí tener una charla con ella en los jardines del palacio – Afirmo David, con total sinceridad.
- Lo comprendo, pero los fines de semana ella trabaja en una cafetería, tendría que ser por la tarde, a las 3 pm, aproximadamente – Comento Alexander.
- Esa hora está bien, no hay problema – Contesto David, mostrándose seguro.
- Entendido, yo se lo notificare – Respondió el chef, ante la orden del príncipe. ‘’Seguramente le ofrecerá un empleo permanente en la residencia’’ pensó para sí.
- Puedes volver a la cocina, gracias. – Ordeno David, Alexander realizo una reverencia, para acto seguido volver a sus labores.
El príncipe volvió a el palacio y se dirigió a su alcoba. Salió al pequeño balcón de esta, a tomar aire fresco, y a pensar detenidamente en si estaba realizando a elección correcta: ‘’Digna de llevar la corona’’ ‘’De buen carácter y con una imagen intachable’’ ‘’Una joven que el pueblo adore’’ ‘’Leal como esposa, de buen corazón’’ ‘’La madre ideal para tus futuros hijos, quienes tomaran tu lugar cuando sea la hora en que abandones el trono’’ ‘’Una princesa impecable que parezca sacada de un cuento de hadas’’...
Y a la par que recordaba todos los requisitos y condiciones que le había impuesto su familia a lo largo de su vida acerca de cómo debía ser su futura esposa, la imagen del rostro de su elegida aparecía en sus recuerdos, y de pronto el sonrió, al percatarse que finalmente consiguió lo que tanto esperaba, agradeciendo al universo por el regalo que le había mandado.
A la hora de la comida, como ya era usual, se volvió a retomar el tema, con la diferencia de que esta vez se mostraba mayor inclinación ante la respuesta de él joven heredero al trono.
- Cuéntanos, hijo, ¿Lograste tu cometido? – Pregunto primeramente la reina, mostrando gran interés ante la respuesta.
- Madre… a pesar de haber sido por poco tiempo, te respondo que sí, he encontrado a una posible candidata para que me acompañe como el próximo rey – Anuncio David, causando una mezcla de alivio y sorpresa entre sus familiares.