Las nubes no son de algodón

Capítulo 21: Katherine

—¡Son unos brutos! Miren lo que han hecho. 

Sabía que este día había sido demasiado perfecto, en algún momento uno de mis tontos hermanos tenía que arruinarlo todo; lo que no me esperaba es que lo hicieran en conjunto. 

Me agacho sobre Taylor para inspeccionar que esté bien. Gracias a Dios no sangra, pero está inconsciente. 

—Oye, el chico tenía que ganarse su entrada a la familia, es la tradición —dice Lucas desenfadado. 

—¿Tradición? ¿De qué están hablando? 

—Hemos retado a pelear a todos los que han querido salir contigo —me dice James con descaro—. Y él es el único que ha aceptado —concluye con admiración. 

—Además, es tú culpa que haya salido lastimado, él estaba ganando hasta que nos interrumpiste —aclara Lucas. 

—¡No puedo creer que estén tan enfermos! —Los reprendo furiosa—. ¡Solo cierren la boca y ayúdenme a llevarlo adentro! —les ordeno. 

Los chicos se colocan cada uno a un lado de Taylor, se agachan para tomar sus brazos y ponerlos alrededor de sus cuellos. Lo levantan y lo llevan adentro, hacia el cuarto, mientras yo busco una bolsa con hielo en la cocina. Subo rápidamente al cuarto, justo a tiempo para verlo despertar. 

—Kat, ¿eres tú? —Pregunta soñoliento. 

—Sí, soy yo, ¿estás bien? —digo poniéndome a su lado y colocando la bolsa de hielo en su mejilla izquierda, donde recibió el golpe. 

—Hola chicos. —Levanta la mano débilmente mirando a James y Lucas. 

—Hola chico bonito —contesta Lucas—. Siento lo de dejarte inconsciente —dice algo apenado. 

—Descuida.

—Pero, ¡hey! Cualquiera que pueda aguantar ese golpe es más que bien recibido en nuestra familia —lo apremia James. 

—Gracias, significa mucho para mí, ni siquiera me dolió. 

—¿Pueden dejarse de tonterías y largarse de aquí? Taylor necesita descansar. —Los chicos ponen sus manos en forma defensiva y salen cuidadosamente del cuarto evitando pasar muy cerca de mí—. Y tú eres un idiota por haber caído en sus juegos —lo reprendo. 

—Fue divertido hasta que me desmayé —dice en forma de broma—. Además, no sé porqué, pero es reconfortante saber que no eres la única psicópata de la familia —dice entre carcajadas. 

—Eso no fue gracioso —digo frunciendo el ceño—. Ahora échate a un lado chico bonito porque esta psicópata se quedará aquí a cuidarte toda la noche. —Pongo la bolsa de hielo en la mesita de noche y me acuesto en la cama, junto a él. 

—¿Estás segura de que es buena idea? —pregunta mientras me abraza—. Tuve suerte de sobrevivir a un golpe de tu hermano, pero no creo poder despertar si recibo uno de tu padre. 

—Descuida, yo te protegeré —le digo acurrucándome. 

—Lástima que no te divertirás tanto conociendo a mi familia como yo conociendo a la tuya. 

—¿Conocer a tu familia? —Siento que mi corazón da un vuelco al escucharlo decir eso. 

—Claro, les he hablado mucho de ti, están ansiosos por conocerte. Puede que sean algo aburridos pero te agradarán. En fin, buenas noches, cielo. 

—Buenas noches —le digo fingiendo una tranquilidad que no siento en lo absoluto. 

(*******)

—¿Qué voy a hacer Stephanie? Quiere que conozca a sus padres.

Después de despedirme de Taylor al día siguiente corrí con mi amiga para contarle mi dilema. En este instante mi Amelia imaginaria está comiéndose las uñas por los nervios que le provocan el tan solo pensar en la idea y yo hago uso de toda la fuerza de voluntad que poseo para no imitarla. 

—¿Y que tiene de malo? —me pregunta confundida— Él vino aquí a conocer a tu familia, es lógico que quiera que conozcas a la suya. 

—Es que tú no entiendes, sus padres son ricos y refinados, yo jamás les agradaría. —Exhalo un profundo suspiro de desaliento mientras le explico el porqué de mi preocupación. 

—Creo que estas exagerando, es decir, es cierto que eres imprudente, testaruda y algo grosera. —Trato de no sentirme ofendida por esas palabras pero resulta un poco difícil no hacerlo—. Pero Taylor te ama y seguro sus padres también lo harán. 

—Tal vez, pero creo que sería mejor si intento mejorar mi personalidad. 

—¿Y cómo piensas hacer eso? 

—Solo hay una persona que puede ayudarme.

(********)

—¡Aquí estoy madre! ¡Conviérteme en una dama! 

—Katherine cariño, estás aquí, la verdad no pensé que estuvieras hablando en serio —mi madre me recibe en su casa de Boston. 

Después de hablar con Stephanie, decidí que la única forma de convertirme en alguien más elegante era tomar clases de cotillón con mi madre, así que la llamé y le pedí su ayuda, lo que por supuesto ella aceptó con gusto. 




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