Entro en la oficina de mi padre en nuestro hotel de Austin. No imagino de que querrá hablarme, la verdad es que todo ha ido fantástico desde que el idiota de Eduardo sacó sus narices de las finanzas, al igual que en el hotel de Bahamas donde el nuevo gerente está haciendo un excelente trabajo.
—¿Querías verme padre? —pregunto al entrar.
—Así es hijo, siéntate por favor. —Le tomo la palabra y ocupo el asiento frente al escritorio—. Quiero decirte que has hecho un excelente trabajo en la empresa —empieza a decir—, la verdad me siento muy mal por no haber confiado en ti antes y quiero que sepas que estoy orgulloso de ti.
—Gracias, significa mucho para mí oírte decir eso. —«No puedo creer que esté escuchando a mi padre decir estas palabras.»
—Nos has demostrado a mí y a tu madre que te tomas en serio tu papel en la compañía y que además eres bueno, nunca habíamos visto clientes tan contentos hasta que estuviste a cargo; así que hemos decido dejar a tu cargo nuestro más nuevo y ambicioso proyecto. Un nuevo hotel en Londres, Inglaterra —anuncia sin más—. Como sabes, desde hace mucho queríamos entrar en el mercado europeo y tú serás perfecto para llevar el proyecto a cabo, claro que tendrás que mudarte a Londres por un tiempo indefinido pero te prometo que valdrá la pena. Así que, ¿qué dices hijo?
—Padre esto es maravilloso, me honra que confíes tanto en mí como para hacerme cargo de este proyecto. Prometo no defraudarte —le digo con honestidad mientras estrecho su mano.
—Sé que no lo harás hijo, y ten presente que te estoy dando total libertad creativa para rediseñar y organizar a tu gusto, quiero que pongas todas tus brillantes ideas en este hotel y lo vuelvas un éxito.
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Esa misma noche organicé una cena especial con Kat para contarle la buena noticia. Estoy tan emocionado por la idea de hotel de Londres, siento que por fin estoy recibiendo de mis padres el respeto que siempre quise.
«Admito si alguna vez dudaron de mí fue gracias a mi inmadurez y a todas las estupideces que hice antes pero este es el momento de demostrarles que he cambiado. Ya casi hemos terminado de cenar y aún no puedo quitarle los ojos de encima a los apretados jeans de Kat que moldean a la perfección su esbelta figura, su ajustado top negro y su rebelde flequillo adornando su frente, será mejor que le cuente la noticia rápido antes de que empiece a desnudarla con las manos y no solo con la mirada.»
—Tengo una noticia que darte —le anuncio.
—¿En serio? porque yo también tengo una noticia que dar, pero habla tú primero —me dice con una sonrisa.
—Bueno pues hoy tuve una conversación con mi padre y quiere que me ocupe del nuevo hotel en Londres.
—¿En Londres? —pregunta consternada.
—Así es, tendría que mudarme por un tiempo y... —Hago una pausa y tomo sus manos— quiero que vengas conmigo —le propongo.
—Taylor eso es genial pero... —Lentamente separa sus manos de las mías— yo no puedo ir contigo.
—¿Por qué no?
—Taylor tengo una oferta de trabajo en una aerolínea internacional y voy a aceptarlo —me suelta.
—Pero, piénsalo si vienes conmigo yo podría mover mis influencias y conseguirte un buen trabajo en Londres, incluso puedo cómprate tu propio avión y...
—¡Taylor no! No quiero que muevas tus influencias ni que me compres nada. Este es mi sueño y quiero logarlo gracias a mi propio esfuerzo, no por tu dinero.
—¿Y qué hay de mis sueños Kat? ¿Qué, no cuentan?
—Por supuesto que sí Taylor, tus sueños son muy importantes y estoy muy feliz por ti pero, ¿es este en verdad tu sueño? Porque a veces pienso que tú solo quieres probar algo.
—Yo, no lo sé —contesto frustrado.
—Pues tal vez deberíamos analizarlo.
—¿Y qué pasará con nosotros?
—No lo sé Taylor, yo creo que es mejor que me vaya, ambos tenemos mucho en que pensar —dice poniéndose de pie y caminando hacia la puerta.
—Kat espera no te vayas. —Pero es muy tarde, ella sale del apartamento sin mirar atrás.
Me quedo totalmente solo sentado en la mesa reflexionando sobre lo que dijo Kat.
«¿será que tiene razón? ¿qué solo quiero demostrar que mis se equivocaron? En toda mi vida siempre di todo por sentado; por eso las fiestas y mi falta de interés, porque no importaba lo que hiciera mi destino ya estaba sellado, nunca me preocupé por hacer mi propio destino; la verdad es que nunca me importó mucho el hotel hasta que vi que mis padres no me creían capaz de manejar el negocio y me empeñé en demostrarles que sí podía.»
Me llevo las manos a la cabeza y masajeo mis sienes suavemente mientras aún le doy vueltas a mi dilema mental, tengo que aclarar mis ideas y llegar a una conclusión o de lo contrario puedo perder a Kat para siempre.
Me siento confundido y desorientado, no quiero decepcionar a mi padre ahora que por fin me he ganado su respeto pero al mismo tiempo debo ser honesto conmigo mismo y no tomar una decisión de la que después me arrepienta por el resto de mi vida.