No podía creerlo. Pero ahora todo cobraba sentido... El número cinco, una vida misteriosa, las letras de los sectores de la biblioteca en los que se encontraban los libros, ¿Cómo no lo había descifrado antes?
Bueno, mejor tarde que nunca. Ahora sabía quién era el chico, y sabía que la medalla había sido un anzuelo. Pero lo que el pescador no sabía es que ésta pecesita podía llevarse la carnada sin ser pescada. Nadie lo esperaba, pero Ashley también podía demostrar que aquí nada es lo que parece ser.
Al caer la noche, el detective Chad estaba en su oficina de trabajo, muy concentrado con una taza de café en mano, organizando y estudiando las carpetas del caso de Hanna Col para llevarlas consigo a la investigación.
Pasados dos minutos tres golpes en la puerta lo interrumpieron, desviando su atención.
-Adelante. -dijo en alto, sin sacar la vista de la lectura.
- ¿Acosando señoritas en las fiestas de la playa? Que ocurrente su nuevo pasatiempos detective McCarthy.-entró el oficial Sullivan a la oficina, entre risas burlonas y gastadas, deslizando un sobre sobre el escritorio de Chad.
Lo abrió con expresión confusa.
-¿Una orden de alejamiento por invasión de espacio personal y acoso? Y hacia la señorita Ashley Rogers - sonrió sólo al leerlo, levantando una ceja, bastante impresionado...
-Brenda Everlin está lista oficial. - Le anunció pensando en voz alta, con cierto orgullo en la mirada.
En casa de Ashley, Félix la esperaba impaciente en su habitación con su libreta en mano.
-¡Buenas noches!- entró dos horas más tarde, pero parecía que todos dormían. Comió algo en la cocina, se dio un baño renovador y fue a su habitación. Félix dormía en un sillón con su libreta abierta en las manos.
Se acercó a él con la intención de despertarlo pero, primero fue la libreta quien despertó la curiosidad de Ashley. En la hoja decía " Richard Joyce ha vuelto nuevamente a donde su amada trescientos años después, y la historia se repite. (Mostrar a Ashley ) "
Richard Joyce ... Ese nombre lo había escuchado en algún sitio alguna vez, tal vez en la televisión o en boca de alguien, pero no recordaba nada sobre él, no sabía quién era ni de dónde había salido. Lo curioso era que según Félix Ashley tenía algo que ver. ¿La historia se repite? ¿Que habría querido decir? Uno más para la colección de misterios y cosas por descubrir de la mente de Ashley.
En fin. Le preguntaría a Félix al otro día el motivo por el cual había escrito aquello, aunque lo probable era que no lo recordara. A veces la vida parece jugar con sus títeres... "es clarividente y amnésico a la vez ¿Cuál es el beneficio? " se quejaba en voz baja.
Hasta que llegó un punto en que decidió apagar su cerebro y dormir. Pero una llamada entrante en su celular la distrajo antes...
- Habría jurado que no me descubrirías al menos por un largo tiempo... - dijo Chad al teléfono, con su típico tono arrogante, y a la vez desafiando las habilidades ocultas de Ashley, que la transformarían en Brenda Everlin.
Ashley giró los ojos con expresión de fastidio, aunque no pudieran verla.
-Hay algo que ya deberías saber, nada es aquí lo que parece ser.- respondió, devolviéndole sus propias palabras con aires de superioridad.
A lo que Chad río.
-Veo que aprendes rápido, me siento orgulloso de mi aprendiz... O, ¿no habrá sido que transferí mis células de detective a tu cuerpo en alguna ocasión? - y por su tono de voz podría jurar que en ese preciso momento tenía una sonrisa seductora en la cara y una mirada traviesa y divertida, pero no de esas irresistibles para Ashley, sino de esas cargadas de arrogancia y ego que la fastidiaban aún más de lo habitual.
Aunque al mismo tiempo recordaba aquel alucinante beso y se le erizaba la piel... Que fuera de Chad le daba más sentido a todo lo que le había hecho sentir. En el fondo deseaba decirle que le había encantado y deseaba saber lo que él pensaba, pero el orgullo de Ashley no se lo permitiría nunca, y menos el egocentrismo con el que Chad convivía, que la irritaba con una enorme facilidad.
¿Un romántico arrogante? En vano. Inútil combinación que no suma sin restar.
Por su forma de hablar, el beso parecía no haberle importado, más bien había sido una herramienta para probar a Ashley... Para probar sus habilidades de detective, para ponerla a prueba.
-Mm.. no lo creo. - contestó pensativa y en tono algo agresivo. - Si así hubiera sido, primero que nada tendríamos que haber tenido algún contacto pero ...que yo sepa sólo lo he tenido con un desconocido, ridículo y cobarde chico en un festival. Y en el caso de que fueras tú, con ese criterio deberías haberme pasado también todo tu ego que, de hecho no me cabría en todo el cuerpo. Pero no, sigo siendo la hermosa persona que soy, no hay rastros de ti por aquí. - agregó, con voz malhumorada. Trataba de llegar a su altura, pero no lo lograba.
-Ni que fueras tan grande y alta princesa.- dijo divertido. -Bien, ya hemos peleado lo suficiente. - añadió.
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Editado: 21.02.2019