Ashley había salido de su casa en Estados Unidos convencida de su objetivo. Encontrar a la Sirena negra y hacer justicia por la muerte de su madre y de todos lo que habían muerto de la misma forma. Pero en medio de lo que iba a ser un misterioso viaje de investigaciones, al parecer descubrió que su misma madre era quien se hacía llamar Sirena negra, su misma madre a la que tanto quería y anhelaba era la asesina a la que tanto odiaba. Y para rematar, estaba viva. Ésto parecía completamente absurdo, Ashley era muy pequeña en aquel entonces, pero su padre le había contado que habían hecho el funeral, y evidentemente su cuerpo teníá que estar ahí, todos los presentes lo debían haber visto. Había constancia de que Kayla estaba muerta, y sin embargo, Ashley no era la única que la había visto viva por las calles australianas.
Si realmente estaba viva y no era un fantasma de sus cabezas, ¿por qué abandonaría a su familia? No era ese tipo de personas... ¿Cómo ni Andrew el padre de Ashley, ni nadie se habría enterado de que no murió sino que huyó? ¿A caso Andrew le había mentido toda su vida? No podía ser posible y menos con algo así. Pero tampoco podría ser posible que estuviera viva, y sin embargo lo estaba.
Todo era demasiado alocado, extraño e increíble. Ahora su objetivo se volvía borroso en su mente, no podía ver con claridad lo que debía hacer, lo que quería hacer. Ni si quiera podía asimilar ni asegurar lo que estaba pasando. Pero aún con la cabeza llena de dudas e incertidumbres, debía seguir hasta el final. Debía enfrentar, y a fin de cuentas hacer lo que había venido a hacer desde un principio, investigar. Bajo toda su armadura estaba tiritando de frío y de miedo, toda la situación la aterraba, pero con o sin miedo debía llegar a la verdad. Era la única forma de terminar con todo de una bendita vez.
Durmió toda la noche y todo el día siguiente hasta que al fin despertó más repuesta del abrumador secuestro que había vivido. Bajó a desayunar a la hora de la cena, y en el camino la encontró el Comisario Brown.
-Buenas noches, agente Everlin.-se detuvo a saludarla y a chequear su estado.
-Buenas noches Comisario.- contestó enseguida, impregnada de miedo y rogando para sus adentros que Patrick no hubiera mencionado nada sobre su verdadera identidad.
-¿Cómo se encuentra? ¿Se está reponiendo bien?-preguntó, con la seriedad que le es propia pero con amable intención.
-Sí, gracias, estoy mejor.-sonrió.
-El subcomisario McCarthy me contó todo lo que le has dicho acerca de Patrick Kidman tu secuestrador, esposo de la difunta Hanna Col.
-¿Sí?- los nervios le revolvían el estómago sin parar.
-¿No mencionó en ningún momento que hizo con el arma homicida o dónde podría estar, cierto?
-No... pero está en su poder. Deberían ordenar un allanamiento, seguramente esté escondida en algún lugar de su casa o, en aquel galpón. Tenía muchos recovecos y escondites.
-Bien, ¿y a cerca de la difunta Kayla Collinge? ¿Dijo algo más?
-Dijo que había fingido su muerte pero que vivía en Australia hacía al rededor de diez años, que era una gran surfista, y una asesina. Mas precisamente la Sirena negra. -se le erizó la piel al decirlo. -Dijo que conocía a su esposo y que había encontrado en su casa entre las cosas de Kayla el arma homicida. -agregó. -Y que él había robado la bala de la escena del crimen, afirmó que no murió asfixiada, sino que le dispararon y su cuerpo cayó al agua.
-Todo ésto es muy extraño, no puede estar viva, tenemos todos los registros de su muerte. Yo mismo estuve en la escena del crimen cuando ella murió, yo estuve presente cuando sacaron su cuerpo sin vida del agua. -reflexionó.
Ashley quedó sin palabras. El Comisario Brown había visto más que Andrew de la muerte de su madre. Él sí podía afirmar haberla visto muerta. Y sin embargo Ashley la había visto viva... Algo andaba mal.
-Creo que Patrick nos oculta algo más, y lo averiguaremos. Gracias agente Everlin.- se dirigió al restaurante del hotel.
-¿Usted no cree que sea cierto entonces?- lo detuvo.
-Kayla Collinge murió en febrero del 2001 en Estados Unidos. Patrick miente, seguramente nos estuvo tendiendo alguna trampa para encubrirse de algo o para salirse con las suyas.-explicó dogmático el Comisario, y se marchó.
Pero Ashley sabía que Patrick no mentía. Ésto ya estaba yendo demasiado lejos, era hora de salir en busca de la verdad.
Se dirigió al restaurante detrás del Comisario, se ubicó en una mesa y encargó su plato.
De pronto apareció Chad, observó a Ashley y se dirigió hacia su mesa cuando el Comisario Brown llamó su atención.
-¡McCarthy! Prepare todo para el interrogatorio de Patrick Kidman, hay que hacerlo cuanto antes.
Ashley escuchó y le lanzó una mirada nerviosa. Chad se llevó las manos a la cabeza y fingió peinarse el cabello pensando en alguna excusa para posponerlo. Estaba nervioso.
-Lo haré mañana, prefiero encargarme personalmente Comisario... tengo mis años y mis trucos.-entró el agente David Sullivan a la conversación desde otra mesa. Le lanzó una mirada curiosa a Chad e inclinó la cabeza señalando el patio del hotel. Se levantó y salió. Chad fue disimuladamente detrás de él.
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Editado: 21.02.2019