Sábado, 16 de enero de 2021.
Termino de trenzarme el cabello, ya me sobrepasa la cintura, al parecer es algo de este mundo porque me crece con más rapidez de lo habitual. Estoy frente al espejo observando a la nueva Kolie Zavet. Mi rostro, ese que ahora lleva una máscara con una sonrisa mientras por dentro mis labios no son más que una fina línea de dolor. Un par de ojos verdes sin brillo, esos que una vez deseaban comerse al mundo, hoy solo quieren llorar sin que nadie los vea. Sí, aunque todos crean que estoy esplendorosa, nadie puede ver mi reflejo tal y como yo lo veo. Un cuerpo sin alma, una vida sin dueño.
¿Reina? La realeza no es alcanzar la vida perfecta. Si cuando cumplí dieciocho años me quejé por asumir una simple empresa terrestre, ahora que tengo veinte dirijo todo un universo mágico y no sé dónde meter tanta responsabilidad. La mayoría de los jóvenes de mi edad, incluyendo los egresados de la Academia Kusmet, apenas están iniciando sus vidas. Algunos cursan la universidad, otros buscan trabajo, incluso intentan crecer profesionalmente o forman una familia.
Familia, ahora mi familia abarca todos los reinos del Mundo Armin. La sangre ya no define quien me importa y quien no, porque todos son de mi incumbencia. Hasta los monstruos, los asesinos sin alma están bajo mi corona. Esa que creí que era un simple tozo de metal ahora pesa como un montón de rocas sobre mi cabeza.
—Su majestad —llama Kate a mi puerta. La observo a través del espejo, su rostro está contraído y la mirada gacha.
Viste su uniforme de guardiana. Un conjunto de camisa de mangas largas pegada a su cuerpo de cuero, reforzado con hechizos para que sea resistente y no trasmita calor a la piel. Un pantalón con tiras cruzadas donde ella esconde polvos y medicina, un par de botas del mismo material donde guarda dos dagas pequeñas que le sirven para luchar en un ataque sorpresa. Está bien equipada mi guardiana. Su poder de dominar los cuatro elementos se encuentra en apogeo debido a que siempre esta alerta y dispuesta a combatir.
—Kate, ¿qué ocurre? —Me pongo de pie y camino hasta ella.
—Tenemos un problema en el continente medio que se ha extendido a la tierra —informa de golpe.
El continente medio posee la línea divisoria más fina de todas, un par de árboles separan el universo mágico del mundo mortal. Es peligroso porque lo habitan mayormente vampiros y hombres lobos, ambas criaturas mortales para los humanos.
—¿Aún no tienes seleccionados a los guardianes de allí?
—Tengo algunos en mente, pero... —suspira y se enfrenta a mi mirada—. Kolie, ninguno de ellos sigue al Gobernante.
—¿Ese es el problema? Si no siguen al gobernante, pero a ti te parecen buenos solo debemos adelantar la prueba de selección. Tal vez ese hombre no es el indicado a pesar de que lleve tanto tiempo en el puesto.
—No, el problema es otro.
—Ya me tienes nerviosa —la hago pasar y cierro la puerta—. Acaba de decirme qué ocurre —me cruzo de brazos.
—Me llegó información anónima de que el gobernante está formando un ejército de vampiros a nuestras espaldas. Esto no es algo nuevo, dicen que hay un grupo de chicos que frenan sus planes y por eso no se ha extendido por completo. Llevo meses como guardiana principal y ahora es que me entero, soy un fracaso —su voz se fractura y una lágrima corre por su mejilla, la abrazo.
Realmente nos ha sido difícil remediar el caos en Lyuvov y el resto de los continentes. A pesar de que aparentemente todo era calma poco a poco descubrimos de que no era para nada así. Lo peor del caso es que las figuras más poderosas de este mundo al parecer conspiran contra mi corona.
—En todo caso el fracaso sería yo, la reina —limpio con mi dedo pulgar su mejilla—. Kate es cierto que llevamos meses intentando devolver el orden a este mundo, pero esa no es una tarea que logremos en unos meses. Una sociedad lleva años en estabilizarse, más una como la nuestra que lleva tanto tiempo sin un líder oficial que las una. Los continentes están divididos, es nuestra responsabilidad volver a unirlos.
—Estamos dando todo Kol. He dejado mi piel en cada entrenamiento —da unos pasos dentro de la habitación—. Me molesta que ese vampiro se crea con el derecho de mezclar las cosas y afectar vidas inocentes. Me encantaría saber qué motivo tiene.
—Solo hay una forma de saberlo. Pienso que el Monte Kristall nos espera —sonrío, esta vez plenamente.
Necesito una aventura y este acontecimiento es mi oportunidad de salir de la rutina, eso sin contar que el nombre de ese lugar es exactamente igual a una de las locaciones que inventé para mi libro, ando ansiosa por saber si existe alguna similitud mucho más allá del nombre.
—¿Estás segura? ¿Irás conmigo? —Su rostro se ilumina aunque no llega a sonreír.
—¿Piensas quedarte con toda la diversión? —Le guiño un ojo.
—Gracias —se abalanza sobre mí y me aprieta en un abrazo al punto de cortarme la respiración—. Supuse que te decepcionaría. Gracias por ser tan comprensiva.
—Nunca pienses que me decepcionas, he visto tu esfuerzo y apoyo incondicional. Me costó mucho perdonarte a ti y a Josh, pero guardar rencor en mi alma solo me hace más infeliz. Eres mi mejor amiga, Kate, y debo confiar en ti para no perderme en mi propio abismo.
—¡Qué poética andas!
—Llama a Andrea y Marie para que se encarguen de la ciudad en mi ausencia, recuerda que Ilenna está complicada con la batalla Tempo.
La batalla Tempo es nuestra principal lucha, todo universo tiene un contrincante fuerte e implacable. El nuestro es el Universo Tempo, que se extiende por el Mundo Armin, la tierra y cinco planetas más. El tiempo es un enemigo poderoso e indestructible, luchamos nada más para mantenerlo al margen. Destruirlo no es una opción, ya que no tiene forma corpórea.
—Prepararé todo para salir cuanto antes —asiento con la cabeza ante su afirmación y ella sale sonriente de mi recámara.