Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 42 Situaciones

 

Después del extremadamente anormal desayuno, Jason se había levantado de la mesa y había desaparecido ante los ojos de todos.

  • ¡Son unos necios!  --  había exclamado Becky
  • Si el tío Jey riñe a Sandy, les prometo que terminaran las vacaciones en San Mungo  --  les aseguró Loriana
  • Especialmente tú, grandísimo infeliz  --  dijo Arkania mirando con ira a Sander
  • Están dramatizando, niñas  --  dijo Altair  --  en primer lugar, tío Jey primero se corta una mano antes que hacerle algo a su bebé, en segundo y suponiendo que esté tan traumatizado con lo que acaba de escuchar y cometa la suprema estupidez de hacerlo, sin duda Ben y J.B. se encargarían de enviárselo a papá y a tío Silver, y suponiendo…
  • ¡Cállate!  --  exclamaron todas la niñas

Entre tanto, James y Albus habían sacado a Sirius del comedor, porque en realidad parecía que quien necesitaría un sanador sería él y de hecho estaban pensando en llamar a Tyler. El otro sujeto que había desaparecido tan inopinadamente, ahora caminaba por la orilla del lago en Avalon.

  • Aunque me alegra verte, creo que estás en el lugar equivocado  --  dijo Elaine materializándose a su lado
  • Hola, Elaine  --  saludó él  --  ¿Por qué? Me dijiste que este siempre sería mi hogar y…
  • Es y seguirá siendo tu hogar, pero en este momento deberías estar con tu hija
  • No lo creo, justo ahora lo que quiero es hacer pedazos a ese mal nacido
  • Vaya, vaya  --  escuchó una voz mucho menos agradable  --  siempre tuve mis dudas acerca de que este infeliz hubiese aprendido a controlarse
  • Ahora no, Morgana  --  dijo él
  • ¿Por qué no? ¿Porque no eres capaz de aceptar la realidad? En cualquier caso, nunca lo has sido, porque no hace tanto tiempo que tampoco querías aceptar que amabas a tu mujer

Jason pensó que después de todo Elaine tenía razón y no debería estar allí, porque aparte de lo mal que se sentía, ahora también quería ahorcar a aquella bocazas.

  • Eso no es novedad y estás plenamente correspondido  --  siguió Morgana impertérrita
  • Me marcho
  • ¡Ah! Ahora huirás a otro lugar igualmente inútil
  • ¡Maldita sea!  -- exclamó girándose  --  ¿Quieres callarte de una vez?
  • Si no quieres escucharme entonces evita venir aquí a llorar como un bebé solo porque tu hija está creciendo
  • ¡Es una bebé!
  • ¡Ah sí claro! Recuérdame qué edad tenía su madre cuando te casaste con ella, y qué edad tenía su abuela cuando fue madre
  • Eres… eres…  --  pero no parecía encontrar un epíteto lo suficientemente hiriente  --  ¡No tienes una maldita idea de lo que hablas, no tienes hijos así que no sabes lo que significa!
  • Posiblemente no los tenga, pero no los necesito, porque con ustedes tengo más que suficiente, ya que dan tantos o más problemas que los hijos que no tengo. Sin embargo, al menos sé algo que tú pareces ignorar, y es que los hijos necesitan a sus padres en momentos como este  --  hizo una pausa y se colocó frente a él que hacía lo posible por no mirarla y evitar estrangularla  --  Dime, genio ¿te has detenido a pensar cómo puede estar sintiéndose tu hija? ¿has pensado que en lugar de un padre que se horroriza, necesita uno que esté ahí para escucharla y aclarar sus posibles dudas? No, claro que no, estás muy ocupado sintiendo lástima por ti mismo. Anda, corre a esconderte en lugar de ir a decirle a tu hija que estás y seguirás estando siempre, pase lo que pase.

Jason sintió como si le hubiesen dado con mazo en la cabeza, pero entendió y ahora se sintió miserable, pero por haber sido tan estúpido, de modo que sin despedirse siquiera desapareció.

  • Bueno, tengo que aceptar que tus métodos no son delicados, pero a veces surten efecto 
  • ¡Vamos Elaine! Deberías mostrarte agradecida, porque si no hubiese intervenido, te habrías quedado aquí hasta año nuevo antes de que ese cabeza dura entendiese  --  Elaine sonrió y Morgana agregó  --  Este es de la clase con el que las palabras dulces no funcionan y hay que golpearlo en la cabeza con su necedad lo más fuerte posible. Y ahora si me disculpas, dejé una conversación pendiente por venir a atender al necio este, y con uno que no es mucho mejor.

Elaine sonrió y sintió compasión por Louis, pero luego se dijo que no tenía motivos para ello, porque aquel muchachito podía ser tan irritante como Morgana y generalmente la que salía fastidiada era ella.

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En Inverness, las dulces Victorie y Vivian sostenían una discusión con sus sobrinos, porque mientras ellas estaban arreglando el área del jardín donde se llevaría a cabo la fiesta de cumpleaños de las gemelas y de Alba, ellos a su vez hacían lo posible por desbaratarlo todo.

  • ¡Sèbastien Armand!  --  exclamó Victorie cuando la mesa que terminaba de arreglar fue  volcada  --  Si vuelves a…  --  pero hizo rápido silencio cuando algo parecido a una flecha pasó muy cerca de su cabeza  --  ¡James Brendan!
  • ¡No fui yo!  --  exclamó a su vez el niño, aunque era difícil creerle por la sonrisa que desmentía sus palabras
  • ¡Ya basta ustedes seis!  --  estaba diciendo en ese momento Vivian




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