A primera hora de la mañana Louis estaba de pie ante la ventana del comedor cuando Lyra entró, y aunque su primera intención había sido asustarlo, él frustró sus planes al desaparecer ante sus ojos.
Cuando Lyra y Louis giraron la mirada notaron que no solo era Alatair quien acababa de entrar, sino que venía en pésima compañía dadas las circunstancias.
De los otros dos individuos que habían hecho acto de presencia, Cassander miraba a Louis con clara expresión de querer sacudirlo, y Ben no sabía muy bien qué pensar, pero de lo que sí estaba seguro era de que la presencia del famoso tío Louis parecía muy propensa a convertirse en una tormenta de grandes proporciones.
Siendo que ya los tres eran jóvenes adultos, Lyra descartó que los mencionados asuntos involucrasen tirar la casa, pero eso lejos de ser un alivio podía significar muchos problemas en otras áreas.
Ben se había llevado la mano a la frente y parecía preocupado, y como Louis ya sabía que con su sobrino y con Cassander la tendría mucho más difícil, lo intentó con él y sonrió con disimulo pensando que Lyra tendría una mañana poco agradable. Altair y Cassander se enfrascaron en una discusión con Lyra de la que Jason no participó hasta el momento en el que se puso de pie para marcharse.
Jason pensó por enésima vez en el transcurso de las últimas horas, que la vida lo castigaba de la forma más injusta, porque primero Sirius y ahora Louis y no estaba para nada seguro de que su paciencia alcanzara para tanto. Cuando entraron, Remus ya estaba allí, ya que, siendo el encargado del refugio, sobre todo en la época en la que los chicos estaban de vacaciones, él solía pasar mucho más tiempo allí. Después de saludarlos los condujo hasta su despacho donde lo esperaba también uno de los asistentes de Hermione como abía quedado pautado, y luego mandó a buscar a Iván.
Jason hizo un rápido examen visual, y aunque Iván conservaba ciertos rasgos de la época en la que lo había conocido, ya era un adolescente de dieciséis años y Jason recordó que cuando lo había visto por primera vez, lo primero que se le había venido a la mente había sido la imagen de su propio hijo, ya que Iván tenía la misma edad de Aydan, pero si bien por aquel entonces el chico estaba en condiciones lamentables no solo por las heridas, sino porque después de seis meses de encierro y casi un año desde que habían comenzado a huir, se encontraba en un estado de suprema delgadez y lógicamente su crecimiento parecía haberse ralentizado por la falta de alimentación adecuada, aire y sol. Sin embargo, ahora tenía frente a sí a un joven alto de complexión atlética, ojos negros y largo cabello del mismo color.
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Editado: 27.06.2023