Cuando Harry llegó al hospital, ya había mucha actividad en las salas de emergencia debido a los heridos que habían ido enviando y a los que llegaban en ese momento, pero se las arregló para encontrar a Ron sin preguntar a nadie, esto no le había resultado tan difícil, ya que lo encontró vociferándole a un Auror para que se quitase de su camino y lo dejase volver.
Si Ron estaba aliviado de ver a su amigo, la expresión del Auror al que Ron había estado gritando, era mucho más jubilosa, porque había recibido órdenes expresas de Bill Weasley en el sentido de hacer lo que fuese necesario para mantener a Ron en el hospital. Bill había hecho aquello porque antes de enviarlo, tuvo oportunidad de determinar que la herida de Ron si bien no era tan grave, necesitaría un tiempo prudencial para sanar del todo, y él sabía que en cuanto recuperase el conocimiento querría volver, de modo que el pobre chico estaba en una pésima posición y no le hacía ninguna gracia tener que utilizar medios violentos para reducir a uno de sus jefes, así que estaba verdaderamente contento de que Harry hubiese llegado librándolo de aquella odiosa y peligrosa tarea.
Después de asegurarse del estado de Ron y viendo que podía moverse sin dificultad, Harry le permitió acompañarlo a él y a Joseph cuando fueron a verificar el estado de los demás Aurores que habían resultado heridos, y luego el de los detenidos. El área del hospital destinada a la atención de los heridos en detención, era realmente una pequeña fortaleza y Jason se había esmerado en ello, algo que le había quedado claro que era en extremo necesario desde la oportunidad en la que el sujeto que había secuestrado a Ginny se les había escapado estando en el hospital, de modo que era algo en lo que había puesto gran interés y dedicación con los resultados hoy visibles.
El ala había sido creada casi aislada del resto del hospital, y para acceder a ella había que atravesar primero un largo pasillo, que por cierto era la única vía para entrar o salir, que aparte de los dos guardias que custodiaban su entrada también estaba protegido por un encantamiento que detectaba la magia oscura y disparaba una ruidosa alarma. No obstante, si alguien pudiese pasar esos dos primeros controles, al otro lado del pasillo había una barrera similar y dos guardias más, que lógicamente serían advertidos si violentaban la primera barrera de seguridad. Suponiendo que fuesen superadas ambas por cualquier método que no incluyese la violencia, aun quien intentase una misión de rescate, se enfrentaba a otro par de problemas, el primero, que nadie podía desaparecerse de allí, y el segundo, que ninguno de los presos podía salir de ese lugar sin la autorización de Jason o Tyler, la misma consistía en un hechizo que solo ellos conocían, se activaba una vez que los detenidos ingresaban y solo ellos podían desactivarlo. De modo que era justo decir que Jason había hecho de aquel lugar un recinto tan seguro como el mismo Azkaban.
A pesar de las terribles noticias con respecto al estado de Dominique, de Anthar y de Eidel, Hermione no había ido a la sala de espera con los demás, sino que se había quedado con Lyra después que Jason había abandonado la sala para ir a atender a Anthar. Como Lyra había sido inmejorablemente atendida en el mismo lugar de los hechos, estaba débil por la falta de sangre, pero no en estado crítico, de manera que Hermione no se alarmó por la demora de Abigail, y en cualquier caso otro par de sanadores se habían encargado de suministrarle a Lyra la poción re abastecedora mientras esperaban por Aby. No obstante, cuando Abigail llegó, después de haberse ocupado de Ben y de Aydan, se sintió muy frustrada, porque no estaba teniendo éxito para cerrar con corrección las heridas de Lyra y estaba mucho más lejos de hacerlas desaparecer. Era cierto que ya no perdía sangre por ellas, pero tampoco cerraban o desaparecían sin importar lo que ella hiciese.
Abigail ciertamente no se esperaba aquello, ya que no parecían mordidas y un millón de posibles horrores pasaron por su mente incluido el hecho de que sabía perfectamente lo que la mordida de un Licántropo producía. Sin embargo, se controló lo mejor que pudo y buscó en su mente que se negaba tercamente a aceptar la situación, las palabras que solían decir a los pacientes que eventualmente les llegaban en esa situación, pero Lyra estaba muy lejos de parecer preocupada y fue ella quien tranquilizó a Abigail en un loco intercambio de roles.
Aunque todos ellos, fuesen familia o amigos, confiaban en las capacidades de Jason, a Hermione nunca dejaba de maravillarla la fe ciega que Lyra siempre había tenido en él sin importar cuan complicada fuese una situación.
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Editado: 27.06.2023