Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 101 Primera noche

 

Lo primero que hizo Cassandrea fue buscar a Anteros, pero como no lo encontró pensó que era muy temprano y tal vez por eso no había llegado aún, así que volvió junto a su familia. Sin embargo, comenzó a preocuparse cuando sonó la primera llamada y el chico seguía sin aparecer, así que se alejó buscándolo. En su nota del día anterior que había terminado leyendo esa mañana antes de bajar a desayunar, se despedía diciéndole que se verían allí, así que no entendía qué podía haber sucedido y esperaba que la tía de Anteros no hubiese empeorado durante la noche. Estaba absorta preguntándose por qué no había leído la nota de Anteros la noche anterior cuando escuchó su voz.

  • Geiá sou, bonita
  • ¡Anteros!  --  exclamó ella volviéndose y echándole los brazos al cuello
  • ¡Wow! Si no fuese una tortura estar lejos de ti, lo haría con más frecuencia si este es el resultado  --  agregó, pero se sorprendió más cuando ella se impulsó sobre las puntas de sus pies y le dio un beso

A pocos pasos de allí, Louis estaba hirviendo de furia y considerando diversos cursos de acción, mientras que, en otra dirección, Jason sentía que le estómago se le revolvía y la sangre se le iba a la cabeza. Afortunadamente para Anteros, Cassander no lo había visto, pero Rigel sí y los gemelos la tuvieron difícil para detenerlo. No obstante, sonó la última llamada y Cassandrea corrió hacia sus parientes para despedirse en forma apresurada mientras Anteros la veía y una sonrisa de inmensa satisfacción se había instalado en sus labios. Cuando Cassandrea iba hacia la puerta del expreso, vio una alta figura encapuchada al lado de una columna y enseguida la voz penetró en su cabeza.

  • Sigo cerca, pequeña malcriada
  • Pues peor para ti

En cuanto todos estuvieron a bordo, el expreso partió y cada uno de los chicos se fue a buscar a sus amigos o a sus chicas en el caso de J.B., Antares, los gemelos Black y los gemelos Morgan, mientras que Sandy se fue con Anteros un poco después que su hermano había desaparecido con varias chicas que parecían estarlo esperando.

  • ¿Qué no tendrán otra cosa que hacer?  --  preguntó Arkania a nadie en particular
  • ¿Qué esperabas? Es Sander  --  dijo Becky antes de marcharse con Jacob

Ben y Altair ni siquiera habían alcanzado a llegar al compartimiento con sus familiares, porque apenas se subieron al expreso fueron arrastrados por una nube de jovencitas, mientras que a Aydan y a Arthur los habían perdido desde antes de abordar, razón por la cual Pauline tenía la peor de las caras.

Cuando Vladislav se asomó buscando a Erika y a Fabiana, Geraldine detuvo al chico antes de que se marchase.

  • ¿Dónde está tu hermano?  --  le preguntó
  • En uno de los últimos compartimientos  ¿Quieres que…?
  • No gracias, yo misma puedo ir hasta allá

Geraldine abandonó el suyo y comenzó el largo recorrido hasta el final del expreso, pero una vez que llegó hasta allí, se preguntó qué iba a decirle, aunque no tuvo mucho tiempo para pensarlo, porque en ese momento Iván levantó la vista del libro que había estado leyendo y clavó sus inquietantes ojos negros en los de ella. Lo sorprendente para Geraldine fue la ausencia de burla en ellos, y que después de unos breves segundos él regresó la vista al libro como si no la hubiese visto, de modo que inspiró y corrió la puerta.

  • ¿Hay alguna razón que justifique tu irrupción en este lugar, señorita Black?  --  preguntó él sin levantar la cabeza
  • Te estaba buscando
  • Lo supongo, ya que no hay nadie más aquí, pero eso no contesta mi pregunta

Aquello estaba resultando muy incómodo, porque aparte de que Geraldine no sabía qué decir y ni siquiera estaba segura de la razón por la que estaba allí, él seguía con la cabeza clavada en el libro.

  • Debe ser muy interesante lo que lees ¿qué es?
  • Dudo mucho que mis gustos en literatura sean de tu interés
  • No, pero es grosero que alguien nos esté hablando y…  --  se detuvo cuando él se apartó la cortina de largo cabello colocándola tras su oreja, la miró y se puso de pie
  • Como usualmente nuestros encuentros son la resultante de que hayas estado corriendo o cayendo de algún lugar y termines en mis brazos protestando mucho y enviándome al infierno, comprenderás que es extraño para mí que vengas a buscarme -- pero como ella no dijo nada, él volvió a sentarse y a abrir el libro, pero antes de concentrarse en él, agregó --  Deberías marcharte, señorita Black  
  • ¿Por qué?  --  preguntó sentándose frente a él
  • ¿Por qué estás aquí?  --  preguntó él a su vez
  • Bueno… solo quería… --  pero como en realidad no lo sabía, no tenía idea de cómo terminar
  • Querías ¿qué?  -- insistió él, pero como ella seguía sin contestar, agregó  --  Bien, como no pareces saberlo, entonces márchate
  • ¡Eres muy grosero!
  • Ya lo sé  --  dijo volviendo a su lectura y Geraldine perdió la paciencia arrebatándole el libro de las manos
  • Vine porque quería saber si estabas bien y… ¿sabes qué? Olvídalo  --  dijo lanzándole el libro y abandonado el lugar a toda prisa




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