A pesar de que Altair y Ben se habían preparado para lo peor, nada sucedió, al menos en ese momento, porque, aunque no se enteraron de nada después de que Ben terminó de hablar, y se imaginaban que simplemente los habían aturdido, no sabían cuanto tiempo después fueron despertados por otro cubo de agua helada y ahí sí comenzó de nuevo la tortura. Sin embargo, quizá horas o tal vez días después de muchas sesiones ceñidas al mismo patrón, en algún momento después de finalizar una de las mismas, Raziel volvió y se agachó al lado de Altair.
Ben estaba luchando por mantenerse consciente, pero una vez que Raziel inició su sistemático ataque de nuevo, sintió que caía en el vacío y casi se sintió agradecido. Cuando recuperó la consciencia por el ya familiar método del agua helada, como de costumbre no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero vio al individuo del que aun no sabían el nombre, hablando con Altair.
Lo que acababa de decir Altair con relación a que no sabían quién era, desde luego era cierto, pues no habían mencionado su nombre, pero ellos en realidad ya tenían una idea de su identidad por la forma respetuosa y distante en la que lo trataban los demás con la posible excepción de Raziel.
Aunque en su estado actual, a Ben parecía dificultársele el pensamiento lógico y Jensy lo sabía, se extrañó al no ver muestras de sorpresa o miedo en la expresión del chico, pues estando tan convencido de su propia importancia, esperaba que aquel muchachito mostrase el adecuado nivel terror.
Jensy se había detenido frente a él y Ben enseguida notó lo que quería hacer. A pesar de que él había sido tan bien entrenado como todos sus primos, aquel individuo parecía poseer la habilidad de la legeremancia en grado de exageración, porque por mucho que Ben se esforzó no pudo evitar la irrupción.
Ben era uno de los individuos más sosegado, ecuánime y educado que podía existir, y en opinión de Altair estaba muy lejos de poseer la arrogancia de la que Jesny acababa de acusarlo, pero llevaban no sabían cuánto tiempo allí encerrados y no precisamente tomándose unas vacaciones; apenas les habían dado de beber y menos aún de comer, de modo tenían el cuerpo y la mente exhaustos, lo que lógicamente desmejoraba el humor de cualquiera, de manera que a Altair que ya había recuperado a medias la consciencia, no le sorprendía gran cosa que estuviese contestando de aquella forma.
Altair temió seriamente que aquel individuo comenzase a atacar a Ben, ya que, aunque no lo había hecho hasta ahora, la expresión que se dibujó en su rostro era de mortal odio. Sin embargo, antes de que él pudiese coordinar lo suficiente como para decir nada antes de que Jensy comenzase a atacar a Ben, escucharon pasos y la estancia se iluminó por la cantidad de antorchas que portaban los guardias, haciendo que ellos entrecerrasen los ojos por el repentino cambio de iluminación, pero en cuanto pudieron ver a los recién llegados...
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Editado: 27.06.2023