Sarah estaba inquieta.
Nuevamente, Orne la había desobedecido y había ido al bosque aunque afuera estaba helando.
Pero lo que le preocupaba era que la chica no había vuelto del bosque todavía y ya era tarde. Si anochecía y ella no llegaba a casa a tiempo, Sarah no podría hacer nada por ayudarla si ella la encontraba.
Aquella mujer aparecía en todos sus sueños, sus pesadillas e incluso alucinaba con ella. No podía superar lo que había visto en el pasado, simplemente permanecía en su mente como una tormenta constante.
Tocaron a la puerta.
Sarah suspiró de alivio, pero cuando abrió la puerta sintió pavor.
Allí estaba, la persona que había hecho cenizas su vida. La persona más repugnante que había conocido.
— Te ves bien, Sarah— dijo la mujer de cabellos canosos.
— ¿Qué quieres? — preguntó Sarah directa como una bala.
— Has perdido tus modales, mi querida Sarah— dijo la vieja mujer caminando a paso lento— y ya que insistes...— la mujer sonrió y se sentó en una silla de madera que al contacto rechinó— ¿dónde está ella?
— No... por favor, no...— suplicó arrodillándose ante la mujer— ella no... ella e-es todo lo que tengo...
— Pues, ya somos dos, pero a diferencia de ti yo sí llevo su sangre.
— ¿¡Y la abandonó aquí, por veinte años!?— gritó con histeria.
La anciana le miró como su inferior y con petulante voz le dijo:
— Sigues siendo igual... tan débil y frágil... demasiado para este cruel mundo, dime ¿por eso hiciste lo que hiciste?
Sarah no pudo más y empezó a llorar fuertemente.
— N-no s-soy frágil, n-ni d-débil — tartamudeó ella— y no permitiré que me arrebates a mi preciada Orne. Jamás me separaré de ella...
La mujer rió, no podía creerse que Sarah hubiera dicho eso.
— Hablas como su madre.
Sarah se enojó por aquel comentario y se levantó de golpe y iracunda gritó:
—¡No te atrevas a compararme a esa mujer, Clement!
Al oír a Sarah gritar su nombre , Clement sonrió y con paso firme se dirigió a al puerta.
— Que tengas linda noche y — Clement bufó — saluda a mi querida Orne por mí ¿quieres?
Sarah supo entonces que ya era tarde.
Orne ya no estaría a su lado...
Y lo peor es que no podía hacer nada...
Editado: 06.02.2021