Las Sombras del lago

Capítulo 1

El cielo de agosto brillaba con un millón de estrellas, y Olivia apenas se dio cuenta. Estaba sentada en el viejo columpio del parque, moviéndose lentamente de un lado a otro, mientras su mirada se perdía en la oscuridad. La última noche del verano siempre tenía algo de magia, y esta vez se sentía diferente, como si algo estuviera a punto de cambiar para siempre.

A lo lejos, las luces del festival se reflejan en el lago, y los sonidos de risas y música llenaban el aire. Pero Olivia no estaba de humor para celebraciones. Su mente estaba atrapada en los recuerdos de los últimos tres meses, una mezcla de alegría y melancolía que no sabía cómo procesar.

"¿Por qué no estás allá con todos?",

preguntó una voz familiar detrás de ella. Olivia giró la cabeza y vio a Max, su mejor amigo desde el jardín de infantes, acercándose con una sonrisa retorcida. Él era la única persona que siempre sabía dónde encontrarla, incluso cuando ella no quería ser encontrada.

"Solo necesitaba un momento a solas",

respondió Olivia, empujando el columpio un poco más fuerte. Max se sentó en el columpio junto a ella, imitando su ritmo.

"¿Estás bien?"

Max la miró con preocupación. Sus ojos oscuros reflejaban la luz de la luna, dándole un aire misterioso que Olivia siempre había encontrado intrigante.

"No lo sé",

admitió ella, finalmente deteniendo el columpio.

"Es solo que... todo está cambiando tan rápido. El verano se acabó, y ahora volvemos al instituto para el último año. Y después de eso... ¿qué?"

Max se quedó en silencio por un momento, como si estuviera buscando las palabras correctas.

"Sé que es aterrador, pero todos pasamos por eso. Creo que lo único que podemos hacer es disfrutar el tiempo que nos queda y no preocuparnos demasiado por lo que viene después."

"Fácil para ti decirlo",

murmuró Olivia.

"Tú siempre pareces tenerlo todo bajo control."

Max soltó una risa suave.

"Ojalá fuera cierto. Solo soy bueno fingiendo."

Olivia sonrió, pero su preocupación no desapareció del todo.

"¿Alguna vez has sentido que estás perdiendo algo, pero no puedes decir qué es?"

Max la miró, sus ojos llenos de una mezcla de comprensión y algo que Olivia no pudo descifrar.

"Sí", dijo finalmente. "Y creo que es porque estamos creciendo. Las cosas que eran importantes para nosotros cuando éramos niños ya no lo son, y es como si parte de nosotros se estuviera quedando atrás."

"Sí... algo así." Olivia suspiró, dejando que el silencio se asentara entre ellos por un momento. "Pero no quiero que cambien. No quiero perder lo que tenemos ahora."

Max se levantó del columpio y extendió una mano hacia ella. "Ven conmigo. Hay algo que quiero mostrarte."

Olivia tomó su mano, permitiendo que él la ayudara a levantarse. Caminaban juntos hacia el borde del lago, donde las luces del festival se reflejaban en el agua. La música y las risas parecían lejanas ahora, como un eco de otro mundo.

Max la llevó hasta un pequeño muelle de madera que se adentraba en el lago. Se sentaron en el borde, con los pies colgando sobre el agua oscura. El aire estaba fresco, pero la calidez de la mano de Max en la suya la mantuvo anclada al momento.

"¿Recuerdas cuando éramos niños y solíamos venir aquí todas las noches de verano?", preguntó Max, rompiendo el silencio.

"Sí", dijo Olivia, sonriendo ante el recuerdo. "Solíamos quedarnos hasta que nuestras mamás venían a buscarnos."

"Este lugar siempre me ha hecho sentir que todo estaba bien, sin importar lo que pasara", dijo Max, mirando el reflejo de las estrellas en el agua. "Y creo que eso es lo que tenemos que recordar. Las cosas pueden cambiar, pero siempre tendremos estos momentos, y siempre tendremos este lugar."

Olivia asintió, comprendiendo lo que él estaba tratando de decir. El verano estaba terminando, y el futuro era incierto, pero había cosas que nunca cambiarían. Su amistad con Max era una de ellas.

Se quedaron en silencio por un tiempo, observando las estrellas y el suave movimiento del agua. Finalmente, Olivia se inclinó hacia Max, apoyando su cabeza en su hombro.

"Gracias", susurró.

Max sonrió, apretando su mano con suavidad. "Para eso están los amigos."

Y así, en la última noche de verano, mientras el mundo cambiaba a su alrededor, Olivia se dio cuenta de que tal vez, solo tal vez, el futuro no era algo a lo que temer. Mientras tuviera a Max a su lado, todo estaría bien.




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