Las Zapatillas del Doctor

Capitulo 23 "Una Verdad que Curo muchas Heridas"

Isis Pov

—Eso aún no explica muchas cosas, —habla mi abuela por primera vez desde que llegaron— ¿Puedes explicarnos porque tu primo acoso a mi otra hija? —le pregunta mi abuela sentándose en la sala, miro el rostro de William y es de total sorpresa; ahora sé que es mejor ponernos cómodos porque esto va para largo.

— ¿Mi primo? — pregunta William confundido.

—Sí— responde mamá—el que nos presentaste cuando estábamos en el buffet de alimentos, el tal… Marcos; si ese es su nombre real—

—Sí es su nombre real y yo no sabía nada de esto; como ya te dije, cuando me llamaron no tuve cabeza para nada más que no fuera mi familia en ese entonces—responde Papá.

—Si me permiten una sugerencia…—comienza a hablar Max llamando la atención de todos —Lo más conveniente es que la señora Itzámara y el señor William hablen en privado y aclaren todo este tema—

— ¿Y tú quién eres? —pregunta mi abuelo.

Antes de que Max pudiera responder, lo interrumpo...—Es mi novio abuelo—respondo y me da una de esas miradas que cuando era niña y hacia una travesura sabía que me iba a ir mal. Mi madre mira a mi padre y le señala el pequeño balcón que tiene el departamento.

— ¿Estas seguras de esto hija? —pregunta mi abuela antes de que abran la puerta de ese pequeño espacio.

—Lo estoy mamá; hace 22 años abrí este capítulo y me dio lo más hermoso que me pudo haber pasado en la vida—me mira y mi lado sensible se despierta, veo como papá me mira también y la pequeña sonrisa se le escapa. ¿Por qué no tienen piedad de mí?; saben cómo soy de llorona, o bueno al menos mamá lo sabe—y necesito una buena explicación al porque este hombre está de nuevo aquí—mira a papá antes de abrir la puerta y salir. Solo espero que las cosas se solucionen; mamá siempre lo ha querido desde que lo conoció y por el poco tiempo y la manera en cómo se expresa al hablar de ella, sé que aun la ama.
 

En el primer momento que esa pareja cruzó el umbral de la puerta que comunicaba al balcón con el resto del apartamento mil sensaciones los invadieron; por un lado, estaba William; que nunca imagino que el amor de su vida le habría dado una hermosa hija que por desgracia venía a conocer 22 años después. Miro a la mujer que tenía delante de él y una ola de recuerdos lo invadió; la primera vez que la vio al momento de cruzar la entrada del restaurante que tenía el hotel. La mujer más hermosa que se pudo topar en la vida; esos hermosos cabellos castaños, casi rubios, los ojos cafés iguales a los de su hija y esa sonrisa que lo deslumbro.

Lamenta mucho haber perdido una vida junto a la que desde el momento que la vio, supo que sería el amor de su vida. Siempre en él estuvo viva la esperanza de encontrarla y ahora que la tiene justo en frente del sabía que no debía de perder esta oportunidad que la vida le había dado. Se moría por abrazar y besar a Itzámara, pero debía ser paciente; hay un asunto que aclarar y si ya había esperado 22 años podía esperar unos cuantos... ¿Meses? ¿Días?, no lo sabía, pero de lo que sí está seguro es que no descansaría hasta estar de nuevo al lado de esa mujer que lo enamoro con solo una sonrisa de su parte.

Por otro lado Itzámara miraba al hombre que tenía frente a ella, y no pudo evitar compara las diferencia que 22 años habían hecho en él; tenía unas ligeras arrugas alrededor de esos hermosos ojos azules que le recordaban el color del mar, ese mar que guardaba tantos recuerdo de su pequeño romance, su cabello rubio perfectamente recortado pero con unas pequeñas canas casi imperceptibles pero sigue siendo tan atractivo como la foto que guarda de él, esa foto que despierta en ella esos recuerdos de Cancún pero también esa dolorosa verdad que la destruyo por dentro.

Muchas veces quiso tenerlo frente a ella y reclamarle todo... ¿Por qué la había engañado?, ¿Por qué la enamoro para luego dejarla sola y con una criatura en su vientre? Pero ahora que lo tenía delante de ella y saber lo que se enteró hace unos momentos la dejo en blanco totalmente. ¿Sería cierto eso de que después de ella no hubo ninguna otra?, con esa última pregunta Itzámara decidió comenzar a lo que desde un principio habían venido a hacer.

— ¿Qué es lo que tienes que decir? —pregunto Itzámara.

—Desde el comienzo no te mentí, mi segundo nombre es James...—comienza a hablar William, pero Itzámara lo detiene abruptamente.

—Esa parte la ya la sé, lo que me interesa hora es saber porque tu primo nos acosó de tal manera que tuvimos que desaparecer del mapa—pregunto directamente Itzámara. William como desde el principio lo supo, esto no iba a ser fácil pero tampoco imposible ya la conquisto una vez y podría volver a hacerlo.

—Actualmente Marcos lleva recluido casi 22 años en una institución mental en Londres, esta diagnosticado con Bipolaridad; Yo quiero a Marcos como un hermano, al momento de conocernos nosotros estábamos de vacaciones como ya te lo había dicho en esos momentos; lo acababan de diagnosticar con esa enfermedad y estaba bajo medicamentos. Mis padres decidieron que tal ven un descanso lejos de todos y todas las preocupaciones que teníamos en Londres con forme al trabajo le podrían hacer bien y de paso aprender a manejar su enfermedad; ya que de repente explotaba con cualquier cosa o se deprimía sin razón alguna—le explica William esos pequeños detalles que para Itzámara no eran de su conocimiento. William al ver su rostro supo que esos detalles son un shock para ella.

—Eso explica porque no querías dejar solo a mi hermana con tu primo la primera vez que salimos—responde Itzámara y William afirma con la cabeza — Pero también debiste decirnos desde un principio que Marcos era Bipolar—

—Sé que cometí un error al no mencionar su condición desde un principio, pero él no quería ser discriminado como antes le había sucedido y además había estado respondiendo bien al tratamiento que le habían asignado—responde William.



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En el texto hay: hospital, amor, doctor

Editado: 30.11.2021

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