Durante las próximas dos horas, los Aurores tuvieron una actividad frenética. Luego de informar a Jason de todo cuanto habían averiguado hasta el momento, y al mismo Harry de algunos detalles que habían omitido, Jason insistió en revisar la residencia de Caroline y el lugar de los hechos, especialmente la habitación y el despacho de la profesora. A pesar de que había dicho que podía hacerlo solo, ellos decidieron ir con él, y como Harry no había tenido oportunidad de hacerlo, pues con más razón. Todo eso fue hecho a un ritmo endemoniado, Sirius, Remus y Bill que eran los que más habían trabajado con Jason dieciséis años atrás, habían olvidado la intensidad que ponía aquel individuo en todo lo que hacía.
En Hogwarts y mientras revisaban la habitación de Doherty, Jason miró a Sirius y elevó una ceja.
Cuando terminaron allí, Jason los guio en el recorrido hecho por la profesora en compañía de los desaparecidos, hasta llegar a las puertas del colegio.
Volvieron a la oficina y Jason volvió a revisar las declaraciones de los compañeros de trabajo de Doherty mientras estuvo en el Ministerio.
A los pocos minutos regresó con el joven Auror, que al verse en presencia de la plana mayor del Departamento se tensó. Joseph lo hizo pasar y una vez que el chico se sentó, Jason se le acercó.
Pero aquello era algo difícil cuando Jason lo estaba mirando. De manera que decidió intentarlo de otra manera, lo miró directo a los ojos y repasó con cuidado la entrevista.
Este último revisó a toda prisa los apuntes, pero no había ninguna referencia a un hombre. Levantó la vista con asombro y negó con la cabeza.
Jason miró a los demás y sin decir nada se dirigió a la puerta.
Todos salieron tras él sin prestar atención a Wilkinson en cuyo rostro se había dibujado una expresión de horror al escuchar el nombre del sujeto que lo había interrogado. Él, al igual que la mayoría de los Aurores más jóvenes, habían crecido escuchando aquel nombre del mismo modo que el de todos sus jefes, con la diferencia de que a Jason Prewet lo rodeaba un aura de misterio, y eran pocas las personas que lo habían visto cara a cara, aunque todos sabían de la peligrosidad de aquel sujeto.
Jason se dirigía a toda prisa a la Oficina de Excusas a los Muggles, seguido por los demás. Una vez que llegaron, los pocos trabajadores de aquel lugar miraron boquiabiertos al grupo, especialmente al individuo que caminaba entre Sirius y Harry, por cuyo aspecto pensaron se trataba de un muggle, ya que como de costumbre, Jason vestía con el más absoluto desprecio por lo que los magos denominaban buen vestir. El jean parecía haber conocido mejores tiempos, y la camisa a juzgar por la indecente abertura, se diría que carecía de botones. Una chica logró reaccionar y se interpuso en el paso.
Sin embargo, la chica seguía mirándolo y preguntándose quién era aquel sujeto que llegaba dando órdenes.
Caminaron por entre los escritorios mientras los demás los miraban, y la chica abrió una puerta.
Él había esperado a ser anunciado con más paciencia de la que solía tener, pero ya había llegado a su límite.
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Editado: 09.02.2023