Cap. 41 Lejos de la escuela
Jason estaba martirizándose tanto como le era posible. Se había insultado en todos los tonos después que había dejado a Lyra, y de haber sido posible, probablemente se hubiese lanzado una maldición a sí mismo. Una vez que dejó Hogsmeade, recobró su aspecto habitual y se fue directo al Hospital. Las noticias que recibió al llegar no contribuyeron a mejorar su ánimo, porque los pacientes que estaban en la Sala de Aislamiento habían fallecido. Lo único que podía considerarse beneficioso era que, hasta ese momento, no había ingresado ningún otro caso. De modo que abandonó el Hospital, pero no sabía dónde ir.
- Vete a casa necio, necesitas descansar
Jason arrugó el entrecejo al escuchar la molesta vocecita, pero decidió ignorarla como hacía la mayor parte del tiempo. No quería ir a casa, porque no estaba de humor para soportar a Sirius, y lo más probable era que terminase por darle un buen golpe. Particularmente eso no le habría importado mucho, pero como no quería fastidiarle la noche a Grace, decidió que mejor era permanecer alejado.
- Que considerado te has vuelto -- escuchó de nuevo
Pensó en ir a la casa de Bill, pero Fleur y él nunca se habían llevado muy bien, con razón o sin ella, Jason la encontraba irritante.
- No le perdonas que te haya quitado a tu compañero de juerga, infeliz
- ¡Ya cállate de una vez! -- exclamó malhumorado, pero escuchó una risa sarcástica -- ¿Quién demonios te crees?
- Usualmente se llama consciencia, cretino, pero como te has esforzado en ignorarla, pues lógico que te moleste
Pero Jason pensó que, si aquello era su consciencia, no podían estar más en desacuerdo. Pensó en su próxima opción y fue justo lo que hizo.
- ¡Por las Barbas de Merlín! -- exclamó Charlie que iba saliendo del baño en ese momento -- ¿Cómo demonios entra…? -- pero no completó la pregunta -- Olvídalo, no quiero saberlo ¿Todos están bien? -- preguntó con aprensión después de un momento
- Sí, todos bien
- No quiero parecer descortés, pero…
- Solo quería salir un rato y pensé que tú serías buena compañía
- Me parece genial, pero tú no vendrías a buscarme a mí para una simple salida familiar, de modo que solo puedo concluir que…
- No seas pesado, Charlie, solo quiero distraerme un rato
- De acuerdo -- accedió el chico terminando de vestirse -- ¿Cómo la quieres, rubia, morena…?
- Olvídalo, puedo procurármela yo mismo -- contestó con una sonrisa torcida
- No me cabe ninguna duda, solo quería ahorrarte trabajo, aunque si mal no recuerdo eso no es precisamente un trabajo para ti
Pasaron toda aquella noche de fiesta, pero a pesar de que Charlie era el individuo más apropiado para quien quisiese pasarlo bien, porque parecía nunca preocuparse por nada - lo que le recordaba extraordinariamente a Louis - no dejó de notar que su primo si bien necesitaba distracción, no era menos cierto que algo de muy seria naturaleza lo estaba atormentando.
- Veamos Jason, es evidente que tienes un problema
- ¿Por qué habría de tenerlo?
- ¿Eres sordo? Acabo de decirte que es evidente. Si no quieres hablar de él, bien, pero no puedes evitar que yo lo haga, porque tienes escaso éxito para ocultarlo.
- Charlie, mi intención es…
- Divertirte, ya lo dijiste, pero, aunque te bebas todo el alcohol del planeta, y te lleves a la cama a las más hermosas criaturas, lo cual me parece excelente a título personal, el problema seguirá allí cuando despiertes
- Entonces me ocuparé de él, mañana -- dijo en forma críptica
- A ver, no creo que sea de mujeres, porque es evidente que en esa materia estás a años luz del individuo común. De modo que solo puedo pensar que se trata de trabajo
- Tiene buen instinto, pero no sabe lo equivocado que está, porque el señor <<puedo tenerlas a todas>>, perdió su estúpida cabeza por una niña
- ¡Cállate! -- exclamó Jason y Charlie lo miró
- De acuerdo, solo…
- No hablo contigo -- y ahora Charlie lo miró seriamente alarmado
- Primo, creo que por hoy ya es suficiente de esto -- dijo quitándole el vaso
- No seas necio, Charles Weasley, no estoy borracho
- Bien, no lo estás, pero eso de hablar solo no es buena señal
- No hablo solo, hablo con… mi consciencia
- Ooook -- dijo Charlie, pero al minuto siguiente largó una carcajada -- Podría hacer el esfuerzo de creerte, pero resulta que tú no tienes consciencia, infeliz.
- Casi estoy de acuerdo con él
- ¡Demonios! -- exclamó Jason
- Calma, hasta donde sé, eso nunca te había preocupado mucho
Pasaron toda esa noche y el día siguiente de juerga, y era realmente un misterio cómo lograron llegar hasta la casa de Charlie, pero cuando Jason intentó abrir los ojos, el primer rayo de sol se los hirió de forma salvaje. Lo primero que acudió a su cabeza fue la imagen de Lyra, y acto seguido se incorporó con violencia en la cama y miró a su alrededor. Sin embargo, una vez que verificó que estaba solo, se dejó caer de nuevo.