Cap. 47 ¿Celos?

Los chicos habían sido trasladados a Grimmauld Place para que se bañaran, comiesen y descansasen algo. Mientras esto sucedía, Bill, Harry y Jason habían ido a Hogwarts a hablar con la directora, y ella los recibió enseguida ya que había estado sumamente preocupada por la salud de Sirius y de Lily.

• Me alegra saber que ya están mejor  --  estaba diciendo Minerva  --  Pero ustedes lucen muy cansados
• No se preocupe profesora, estamos bien  --  le dijo Harry
• Profesora, es importante que se le informe al alumnado que en caso de ser picados por cualquier insecto se dirijan de inmediato a la enfermería  --  le dijo Jason  --  Aunque no hemos podido comprobarlo, es muy probable que el método para contraer este virus sea ese. Le dejaré a Madame Pomfrey el antídoto y en caso de cualquier emergencia, no dude en llamarme.
• Gracias, señor Prewet  
• Profesora, el otro asunto que queríamos plantearle, aunque sabemos que es completamente irregular, es que nuestros hijos no regresaran a la escuela de forma inmediata  --  dijo Bill
• ¿Pero… qué dice?  --  se sorprendió ella
• Las gracias sean dadas a Merlín  --  dijo el retrato de Snape

Suponiendo que en esa conversación hubiese estado incluido Sirius, Ron, Lyra, James, Rowena o Louis, sin duda alguna a la desdichada pintura le habría ido muy mal, pero Snape había escogido hacer su desafortunado comentario en presencia de los tres sujetos a los que no podía importarles menos lo que él dijese. Esto por supuesto ocasionó la ira del retratado, recordándole dolorosamente que aquellos tres portentos de arrogancia nunca le habían prestado ni la más mínima atención.

• Profesora, en las actuales circunstancias, y al menos durante unos días, preferimos tenerlos bajo estricta vigilancia. Las amenazas han sido dirigidas directamente hacia mí y hacia los que me son más cercanos, y hasta que no tengamos la seguridad de que podemos brindarles una protección adecuada, lamento mucho tener que hacer esto  --  dijo Harry
• Aparte de que no habrá forma de que James y Albus regresen sin Lily, ni que los Black se aparten del lado de su padre hasta que éste no se encuentre totalmente recuperado, lo que por extensión aplica igualmente a Lyra y a…
• En ese último caso nos hacen un favor inmenso, porque esa pequeña salvaje…

Lo próximo que se escuchó fue un estruendo ensordecedor, y la desgraciada pintura quedó reducida a cenizas.  Era posible que con su pasado comentario ninguno de ellos le hubiese presado atención, pero Snape no calculó que atacar de cualquier forma a Lyra Lupin en presencia de Jason, era asegurarse de forma directa un muy dramático final. A Harry y a Bill tampoco les había sentado nada bien y tal vez habrían dicho algo, pero, aunque esa hubiese sido su intención, no tuvieron tiempo ni de pensarlo.

La profesora McGonagall se había llevado la mano al pecho y miraba con asombro el estropicio, mientras que Jason había caminado hacia la pintura de Dumbledore donde se había refugiado la chamuscada imagen de Snape, cuya túnica se veía andrajosa y su rostro estaba completamente tiznado.

• Mis disculpas profesor, por proporcionarle semejante acompañante y obligarlo a soportar su desagradable presencia  --  estaba diciendo Jason dirigiéndose a Dumbledore y como si hablase del clima  --  En cuanto a ti, cretino infeliz, de mí puedes decir lo que se te antoje y pregúntame si me importa, pero si vuelvo a escuchar el nombre de Lyra Lupin en tu sucia boca, te perseguiré y te diluiré así tenga que destruir cada pintura de este Castillo
• ¡Mocoso arrogante!  --  escupió Snape con rabia y Jason sonrió con malignidad
• Posiblemente, pero yo estoy vivo y tú no, no eres más que el triste recuerdo del individuo resentido que siempre fuiste, y por tanto puedo destruirte cuando se me de la gana, imbécil.
• ¡Señor Prewet!  --  exclamó Minerva cuando por fin encontró su voz  --  ¿Está consciente de lo que acaba de hacer? Esa pintura…
• Muy consciente, profesora, pero debería advertirle a la estúpida pintura lo desafortunado y peligroso que puede ser meterse con las personas equivocadas. Puede prohibirme la entrada a este Castillo si le parece conveniente y con todo respeto eso no va a servirle de mucho, porque seguiré viniendo si me lo parece a mí. Sin embargo, puedo proporcionarle otro bonito marco para el desdichado ese, solo porque me complace hacerla feliz  --  finalizó con una dulce e inocente sonrisa

Bill cerró los ojos con resignación y meneó la cabeza, porque aquel desvergonzado siempre se salía con la suya, aunque estuviese derrumbando el mundo, gracias a los cielos estaba del lado correcto.

Unos minutos después del espectáculo, llegó Neville y los acompañó primero a la enfermería y luego a la Torre de Gryffindor donde esperaban los amigos de los chicos. En cuanto les informaron que ya Lily y Sirius estaban fuera de peligro, Magenta cayó en el sillón con el rostro entre las manos. Habían pasado las horas más espantosas desde que se habían llevado a Lily, y aunque Neville se había dado a la tarea de informarles cada cierto tiempo, ellos vivieron la misma clase de infierno que habían vivido los que estaban en el hospital. De modo que ahora, escuchando todo lo sucedido y con la seguridad de que ya estaban bien, Magenta se había derrumbado mientras su gemelo le pasaba un brazo sobre los hombros.

• Pero seguro que todos están bien ¿no?  --  preguntó Terry
• Así es, todos lo están  --  le dijo Bill  --  No te preocupes Terry, en cuanto regrese les diré que te escriban y así lo comprobarás tú mismo
• Gracias, señor Weasley