Lily, Sirius y Sara se recuperaban satisfactoriamente, Anthar pasaba la mayor parte del tiempo cerca de Lily, pero evitaba en forma muy diligente acercársele mucho o permanecer a solas con ella, porque, aunque seguían en la misma Sala y había más personas allí, Anthar no confiaba para nada en él mismo. De modo que, si por cualquier motivo lo dejaban solo al lado de la cama de Lily, buscaba una excusa para alejarse o para llamar a alguien.
Por otro lado, Jason estaba de peor humor cada día, el estúpido tío de Sara iba a diario y él dudaba mucho que lo hiciese porque le interesase tanto su sobrina, sino que lo hacía por ver a Lyra y amargarle a él la existencia, porque aparte de que sus días ya eran malos luchando contra el deseo de abrazarla y no de forma protectora precisamente, cada vez que el infeliz aquel aparecía, su mal humor aumentaba en forma peligrosa para todo el que tuviese la desgracia de estar cerca de él en ese momento.
Jason llegó a plantearse seriamente el dar de alta a Sara con tal de no ver más a aquel desgraciado, pero era demasiado buen sanador para eso, y desechó la idea insultándose a sí mismo en todas las formas posibles.
Si bien sus pleitos con Sirius continuaban, Jason pensaba que la madre naturaleza en serio tenía algo en su contra, porque ahora aparte del padre había venido a sumarse el hijo, ya que Anthar suplía con resonante éxito las horas en las que Jason no tenía a Sirius cerca. Ya todos habían notado que aquel par se había vuelto inseparable, pero parecían perros y gatos, porque normalmente estaban insultándose y molestándose el uno al otro. Aunque había entre ellos una importante diferencia de edad, esta era escasamente notoria, ya que se comportaban con tal similitud, que si sus parientes no hubiesen estado absolutamente seguros de la procedencia de ambos, habrían podido jurar que los dos habían salido del mismo vientre, y en el caso de la mayor parte del personal del Hospital, estaban absolutamente convencidos de que eran hermanos, cosa que ninguno de los dos se preocupó por aclarar, ya que la suprema arrogancia de ambos, hacía que encontrasen innecesario dar explicaciones a nadie.
Mientras tanto, el dolor de cabeza de Jason había decidido escuchar los consejos de su padre, y en lugar de ir a decirle a Jason lo que pensaba o lo que creía sentir, había optado por intentar sacárselo de la cabeza. Sin embargo, su corazón y su razón estaban en constante conflicto, porque mientras la razón le decía que era una soberana idiota, el corazón había comenzado a jugarle malas pasadas y se sorprendía muchas veces mirándolo con deseos de correr a sus brazos, pero en cuanto él giraba la cabeza al sentir su mirada, ella la desviaba a toda velocidad. Y como si esto no fuese ya un real fastidio, cada vez que Abigail estaba cerca, Lyra sentía el irrefrenable deseo de destrozarla, y mejor ni hablar de Dánaee, porque, aunque Jason ni la miraba, Lyra la había sorprendido en más de una ocasión mirándolo ella a él y de una manera que enfermaba a la lobita.
Pero la pobre Abigail, era sin duda la más desafortunada de las criaturas, primero, porque se estaba ganando inocentemente la mala voluntad de Lyra, y era absolutamente injusto, porque la sanadora había aceptado hacía mucho tiempo que el apuesto sanador era tan inalcanzable como la más lejana de las estrellas, y siendo que él nunca la había tratado de otra forma que no fuese como una amiga, ya lo que sobrevivía de aquel amor juvenil, era un gran afecto y admiración, pero, además de Lyra, había cierta rubia explosiva que la miraba cada vez con menos simpatía. La razón de esta nueva amenaza de la que Aby no tenía ni la más mínima idea, era que la joven sanadora pasaba mucho tiempo hablando con Tyler, y en muchas ocasiones el chico se iba con ella y demoraba mucho en volver, hecho este que ya le había valido un día sí y otro también el mal trato por parte de Dominique.
Otro par que había tenido un ligero conflicto, eran Hugo y Fred, lo verdaderamente insólito era el motivo, ya que esto había sido por una chica. A aquellos dos no les faltaban las admiradoras, y mientras que Fred las atraía por su talante bullicioso, extrovertido y simpático, Hugo las atraía por su aspecto soñador, tierno y desvalido, pero, aunque no se podía negar el carácter soñador del chico e incluso la mencionada ternura, ciertamente no tenía nada de desvalido, porque Hugo Weasley era una amenaza potencial del mismo modo que su inseparable primo, y junto con la tercera integrante de ese trío, Roxanne, habían causado una indecente cantidad de problemas a los profesores y estaban a escasísimos pasos por detrás del perseguido y temido grupo de James. El asunto es que, en esta oportunidad, ambos se habían sentido atraídos por la misma chica, lo que en opinión de Roxanne era la máxima muestra de estupidez, porque aparte de que la chica en cuestión estaba fuera de su alcance, le parecía casi pervertido, ya que los dos angelitos habían puesto sus peligrosos ojos en la pequeña y dulce Sara. Cuando los chicos iban al Hospital y luego de saludar de forma fugaz a su prima y a su tío, que por cierto veía el asunto con la mayor diversión para indignación de la volátil Roxanne, se iban derechos hacia la cama de Sara, y no consideraban oportuno apartarse de allí hasta que llegaba el momento de marcharse.
Una noche cuando después de la cena Roxanne entró a la habitación de los chicos y los encontró discutiendo por el mismo asunto, perdió la paciencia.
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Editado: 09.02.2023