—¡Thomas! —escuchó a su amigo Jax.
El chico abrió lentamente los ojos, todavía no podía coordinar bien sus movimientos por lo que torpemente se fue incorporando, hasta que logró enfocar a su amigo quien lo veía con preocupación.
—¿Estás bien? —interrogó Jax al cabo de unos pocos segundos, seguía agarrándole por el hombro.
—Uhm, sí —respondió con la voz ligeramente enronquecida y luego la aclaro—. ¿Por qué preguntas?
—Te quedaste dormido de repente y balbuceaste algo que sólo yo escuché —contestó Jax.
—¿Ah sí? —Thomas viró la mirada para no ver a Jax—, y según tú, ¿qué dije? —cuestionó sin mirarlo todavía.
—Mencionaste "el oscuro" —Jax gesticuló las comillas con los dedos.
Thomas de inmediato miró a su amigo con ojos bien abiertos, impresionado de que Jax lo haya escuchado, una fría sensación le erizó la piel al recordar a ese ser oscuro que se convirtió en un enorme pájaro que parecía devorarlo.
—Oh, supongo que fue un mal sueño...
—¿Acaso no dormiste bien anoche? —Jax seguía escudriñándolo con la mirada.
—Ah sí, eso es lo que pasó, me quedé viendo videos escalofriantes en youtube en la noche y eso es lo que me provocó malos sueños —se excusó Thomas mientras sonreía.
—Qué miedoso eres —al parecer Jax le creyó y sonrió.
Los dos prestaron atención al maestro antes de que este se diera cuenta y los regañara frente a los demás compañeros.
• • •
Los tres amigos iban por el pasillo, Thomas había dejado de escucharlos desde que salieron del salón, estaba muy distraído pensando en el extraño sueño que tuvo en la clase y ahora que se encontraba en el pasillo era como revivirlo. Suspiró hondamente y fue como si sus oídos se hubieran destapado porque escuchó la voz de Jax y Emma que iban hablando.
—El buen Thomas va a ir a la fiesta —dijo Jax poniéndose atrás de su amigo para luego poner las manos en los hombros del chico y agitarlo levemente.
—¿En serio? —Emma no creía aquello, lo demostró al enarcar una ceja—. Miren que falta mucho para el día de los inocentes.
—En serio, Emma —Jax sonrió ampliamente y se puso al lado de Thomas—. Nuestro pequeño Thomas al fin ha crecido y se ha vuelto un rebelde.
—Sigo sin creerlo —la chica ya estaba sonriendo.
—A lo mejor no se trata del Thomas que conocemos, puede ser un clon como los de Star Wars o esos Doppelgangers de Diarios de Vampiros. Uno nunca sabe —bromeó el muchacho, ganándose una mirada de fastidio por parte de Thomas, mientras que Emma estaba riendo.
—Pero ellos no eran malos —comentó Emma al dejar de reír—. El malo era Silas.
—Es sólo un decir —respondió Jax, retomando el camino—. Sería genial ser un vampiro, ¿no lo creen?
Los tres entraron en la clase de Algebra la cual era la 101, buscaron asiento y antes de sentarse Emma dijo:
—¿Por qué ser vampiro sería genial?
—Porque puedes hacer muchas cosas —respondió Jax—. No mueres nunca, te mantienes joven y guapo, además puedes hipnotizar a cualquier chica que te guste y que caiga rendida a tus pies, lo que sería genial.
—Con que no brilles a la luz del sol y te confundan con una bella hada de tamaño natural —bromeó Emma, pero su tono de voz se escuchó amargo.
—No, gracias —negó Thomas riendo ante la broma de su amiga—. Prefiero ser un humano normal.
—Sí, eso es mejor —concordó Emma, sentándose frente a Jax.
—Aburridos —les dijo Jax antes de que el profesor de matemáticas entrará en la clase.
Thomas sacó su cuaderno de matemáticas, era mejor que prestara toda su atención, así alejaría por un momento todo lo que estaba calentando su cabeza respecto al Oscuro. En cuanto el profesor empezó a explicar, él se limitó a tomar nota. La puerta se abrió mientras escribía y volteó a ver sólo para saber quién había llegado tarde, pero no entró ningún estudiante, la clase estaba completa y la mayoría de sus compañeros se encontraba prestándole atención al maestro, sin embargo, vio una sombra demasiado oscura pasar por el pasillo y de repente, la puerta se cerró, haciendo que respingara en su asiento.
—¿Todo bien, Thomas? —le preguntó el profesor.
—Eh, sí, profesor —respondió el aludido.
El maestro continuó explicando, así que Thomas se dijo así mismo que aquello había sido producto de su imaginación.
Ir a la fiesta esa tarde lo ayudaría a distraerse.
• • •
Thomas se bajó del carro de Jax luego de que este se estacionará cerca del lago, allí es donde hacían todas las fiestas de la escuela, eran un lugar muy popular entre los estudiantes, pues aparte de que era un lugar bastante agradable y bonito, contaba con aguas cristalinas y una enorme roca de la cual muchos se animaba a dar clavados para nadar. La gente solía hacer días de campo, pero en esa época casi no iban porque había muchos insectos molestos, así que para los estudiantes era ideal, pues eso significaba ser molestados y se encargaban de llevar repelente.
Ya había varios de sus compañeros en el lugar, seguro se habían ido antes de que terminaran las clases para empezar la fiesta y armonizarla.
Jax les pasó a él y a Emma un bote de repelente el cual se echaron en la piel expuesta.
—Dijiste que no iba a ver bebidas alcohólicas —le hizo ver Thomas a Jax cuando en una mesa de plástico vio varias cajas de cerveza.
—Ay no —Jax gesticuló molestia—, les dejé muy claro que no quería que trajeran bebidas alcohólicas.
—Tan sólo no bebas y ya —aconsejó Emma acabando de tajo el dilema entre sus amigos.
—¿Ves? Por eso ella es nuestra mejor amiga, siempre tiene una respuesta a todo —señaló Jax y se encogió de hombros—. Hay refrescos y jugos también.
Los tres se dirigieron hacia donde se encontraba el resto de los chicos, algunos recién llegados los rebasaron, corriendo y quitándose las playeras para saltar al agua.