Lazos Malignos [libro 2] (en Edicion)

14.- Tu y yo, juntos siempre

FAITH.

Me costaba tragar cualquier tipo de comida o líquido, esta cosa me había hecho daño internamente. Apenas mamá me vio pego un grito llamando la atención de papá, quien se había encerrado en su estudio, y Tobías que estaba en el segundo piso. Después de contarles todo lo que había pasado, los cuatro hechiceros se prepararon para hacer un ritual de sanación y limpieza, papá tenía la teoría de que la criatura podría haber dejado parte de su hedor en mí. Me estire sobre el césped del patio, algunas hojas secas estaba a los costados de mi cuerpo mientras veía a mamá y papá caminar en círculos a mi alrededor, Leandra y Tobías estaba a cada lado de mi con las manos estiradas en mi dirección mientras recitaban.

Dominos terrae, súpplices te rogámus, omni malo ad purgandum vestigia nigrae– repetían todos a la vez.

Podía sentir mi cuerpo mucho mas ligero, pero el dolor en mi cuello aun estaba presente. Mi familia termino el ritual, papá me ayudo a levantarme, su mirada estaba fija en mi cuello.

–Estoy bien– le dije, por lo menos mi voz ya era normal.

–No del todo pequeña, tu cuello sigue rojo– explico el pelirrojo.

–Ven, cariño, mejor vamos a vendarte, tal vez mañana amanezca mejor– mamá me miro con dulzura.

La seguí al interior de la casa mientras papá y mis hermanos ordenaban las cosas en el patio. Mamá me llevo a la cocina y me hizo sentarme sobre uno de los taburetes mientras ella buscaba el botiquín entre los cajones del mueble.

–¿Fue muy aterrador? – pregunto.

–No del todo, es triste decir que he visto cosas peores– suspire.

–Mi pequeña valiente– se acerco con la pequeña caja en las manos. –Siempre has tenido una fortaleza admirable, hija. Soportaste tus pesadillas y visiones desde los cinco.

–La abuela me ayudo mucho con eso– sonreí con melancolía. –Extraño poder hablar con ella.

–Todos la extrañamos, era tan ocurrente y divertida, incluso en los momentos más inoportunos.

–Lo recuerdo– note como mamá entristecía. –Se lo que piensas mamá, pero créeme, no va a pasar. La criatura no me ve como a su nueva presa.

–¿Has tenido alguna visión que lo acredité? – negué. –Entonces puede ser una posibilidad.

–Estoy manchada, mi alma y aura han dejado de ser lo que eran, su pureza se está apagando. Hace años deje de ser carnada para seres oscuros, él se encargó de eso.

–No digas esas cosas, Faith. Eres una luz y siempre será asi.

–Sabes que es verdad lo que digo, mamá. A pesar de que duela.

Lydia Lockwood tenia miedo de que la siguiente victima de la criatura fue yo, solo por que mi alma es atrayente a cosas sobrenaturales, pero no soy la misma chica de hace unos años, la maldición a comenzado y me a estado consumiendo desde entonces. La luz que una ves porte ahora se está apagando.

Mamá saco una gaza del botiquín. –Tienes fortaleza, cariño, debes aferrarte a ella con todo para vencer.

¿Vencer?, sabemos que no podría ganarle al demonio dentro de mí, por mucho que todos y yo lo quisiéramos, su veneno me recorre la sangre y su voz está impregnada en mi mente.

–Nunca perderás la fe, ¿verdad?

–Jamás la perderá cuando se trata de mi familia– llevo la gaza a mi cuello, cubriendo la marca roja, la pego a mi piel con cinta médica. –Tu eres mi fe, cariño, eres la prueba viviente de ella.

Suspire. La verdad no quería quitarle la ilusión a mi familia sobre mi maldición, ellos creen que podre ganarle, aunque sea solo un deseo que nunca se cumplirá, ya me canse de intentar que acepten la verdadera realidad. Pronto Faith Lockwood dejara de existir en esta vida y un demonio tomara su lugar.

Papá y mis hermanos entraron en la casa, Leandra y papá se fueron al estudio, de seguro quiere hablar un par de cosas con ella en privado. Tobi se sentó frente a mí con la mirada dolida.

–¿Por qué no me dijiste que irías al bosque?, hubiera ido contigo.

–No estaba en mis planes ir, simplemente actúe. No iba a dejar que los chicos se arriesgaran solos.

–¿Ahora son los chicos?, ¿Dónde quedo eso de los cazadores?

Por los Dioses. –Es difícil de explicar pero me agradan, solo tienes que conocerlos un poco.

–A veces pienso que eres demasiado buena, hermana– el rubio estiro su mano hacia mí. –Y por eso no quiero perderte.

–Linda forma de decir que me quieres, Tobi– le sonreí apretando su mano. –Yo también te quiero.

–Mis bebes– mamá se acercó a nosotros nos abrazó. –No se que seria de mi vida sin ustedes.

Después de ese momento familiar, Leandra y papá aparecieron en la cocina. El hombre parecía inquieto al igual que su hija, como si temieran de algo que paso, papá se acercó a mi acariciando mi cabello para después besar mi coronilla.

–¿Todo bien, Lea?

–Todo bien, Fay.

Hoy cenaríamos pizza, al parecer mamá y papá querían tener uno de nuestros momentos familiares donde nos sentamos frente al televisor para ver programas de talentos, nuestros favoritos. Mamá y papá estaban sentados en el sillón doble mientras Leandra en uno de los individuales de la derecha, Tobi y yo sobre un montón de cojines en el suelo. Parecíamos una típica foto de revisa familiar donde todo parece perfecto, pero nuestra realidad es completamente diferente.

–Esa no es magia real– reclamo mi hermanito. –Solo son simples ilusiones.

–Es mejor para los humanos creer que la magia se basa en perspectivas y juegos mentales– comento papá apoyando el brazo en el sillón, casi rodeando a mamá. –Si se enteraran que dentro de su mundo también esta el mundo sobrenatural, esto se volvería un campo de batalla.

–Que los Dioses nos libren de tales tragedias– Leandra levanto su vaso de Pepsi en forma de brindis.

Seguimos viendo el programa entre risas, charlas y una que otra broma aburrida, como me gustaban nuestros momento en familia, pero al mismo tiempo temía que fuera el ultimo.



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En el texto hay: medium, cazadores, hechiceros

Editado: 06.03.2023

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