Lazos Oscuros [libro 1]

Especial de Halloween: “Dulce o travesura sobrenatural”.

AMELIE💥

—Benditos Dioses, Amelie, quédate quieta.

—¿Es necesario toda esta parafernalia?

—Pues si, y si te quedaras quieta no tendríamos tanto problema— la pelinegra tomó el pincel del delineador.

Decidí obedecer esta vez y dejé que Janett hiciera su voluntad con mi rostro, después de todo, ella es la anfitriona de esta fiesta y mi mejor amiga.

La druida había planeado por semanas esta fiesta de Halloween, sobre todo porque todos vendríamos a ella, inclusive nuestros nuevos amigos de Melrose. Este seria nuestro primer reencuentro de todos desde que tomamos caminos separados, a pesar de seguir en constante comunicación. Al fin estaríamos juntos.

Pero no estaríamos realmente todos.

—A veces me pregunto para que me esfuerzo tanto con maquillarte— la chica cerró el delineador —, siempre te ves como una diosa.

—Gracias por el cumplido— le sonreí—. Y tú te ves impresionante, ¿planeas romper corazones o conquistar a alguien?

—Tal vez, puede ser— se sonrojó.

Ya sabía que Janett tenía un "algo" con un chico misterioso, pero se ha negado a hablar de ese tema, pues según ella hablar de alguien que no es oficialmente tu pareja no es un buen augurio.

—¿Y que hay de ti?, ¿Todo bien en tu vida de casada que no está casada?

Reí. —Todo va como el maldito paraíso, Janie.

Desde nuestra partida a la universidad, Rainer y yo hemos avanzado bastantes pasos de nuestra relación; desde vivir juntos en un lindo departamento con Dunkel, hasta aprender a organizar nuestros tiempos para repartirlos entre nosotros, nuestras obligaciones universitarias y nuestras vidas sobrenaturales. La verdad no podría estar más agradecida con los Dioses por haber puesto a semejante chico en mi vida.

Rainer y yo nos pertenecíamos el uno al otro, y eso nadie lo cambiara.

—Me alegra oírlo, aunque no lo dudaba. El amor que ustedes comparten es tan raro como extraordinario que nada lograría romperlo— soltó la pelinegra—. Pero recuerda que aun somos muy jóvenes, Am, no queremos sobrinos tan pronto.

Otra vez ese tema. —Respira tranquila, que no hay planes de ello.

—¿Estás segura? — curioseó—. Que los dos se veían bastante cómodos con el bebé del otro día durante la videollamada.

—Es el hijo de una de mis compañeras y lo cuidamos de vez en cuando, ni te emociones, Janett Donovan.

La chica levantó los brazos en rendición. — Mejor sigamos con nuestros disfraces.

Me levanté de la silla del tocador de la druida y caminé hacia la cama, en ella descansaban los disfraces de ambas.

Janett había decidido ser una estudiante del mundo de Harry Potter, y que mejor casa para representarla que Ravenclaw, mientras que mi disfraz es una completa adulación y alegoría hacia mi novio: un ángel, solo que más sexy y atrevido. Cada una se puso su respectivo disfraz, ayudándonos con los detalles como los fueron el nudo de su corbata azul y mis alas de ángel, cuando estuvimos completamente disfrazadas, maquilladas y peinadas, salimos de la habitación de la ojigris.

Janett reside en una gran casona cerca de la universidad en Vancouver, vive junto a dos chicas más; ambas druidas, y las tres se animaron a hacer esta gran fiesta de Halloween para humanos y sobrenaturales pertenecientes a su universidad, pero ella convenció a sus compañeras de aceptar a unos cuantos invitados de fuera de campus; a todos nosotros. El principal problema era la distancia y los cambios de horario, pero no fue nada que la magia no pudiera solucionar, ¡Benditos sean los hechizos de transportación y los portales!, algunos de nosotros ya están aquí, mientras otros llegaran un poco más tarde.

La casona está decorada en su totalidad con adornos tenebrosos, telarañas bastante realistas y sangre falsa con forma de manos y garras cubriendo algunas paredes. Habían sacado todos los muebles de la enorme sala de estar para que fuera la pista de baile y en el recibidor hay largas mesas repleta de comida con decoración de la temporada y la temática. La música de Calvin Harris inundaba cada espacio de la casa y el inconfundible olor a alcohol dulce y tabaco se esparció en el aire.

Muchos invitados ya habían llegado y estaban disfrutando de la música y bebidas tanto dentro como en el patio, me parecía escuchar que algunos estaban dentro de la piscina.

Al llegar a las escaleras, vimos a Diana y Kendrick hablando animadamente. El hechicero chifló al vernos.

—¿Te dolió la caída, Amelie? — comentó.

—Muy gracioso, Ken— observé su disfraz de los años 80 —. Acabo de hablar con Slash, quiere que le devueltas su pelo.

—Auch— el chico se llevó la mano al pecho fingiendo dolor. Reí.

Kendrick parecia una versión demasiado ochentera del guitarrista Guns N' Roses, mientras que Diana está de infarto con su disfraz de Kill Bill, la verdad es que todos nos habíamos esmerado bastante en nuestros disfraces. Después de estar un rato adulándonos entre nosotros bajamos a la fiesta, Kendrick fue el primero en desaparecer de nuestro lado.

Todos estaban rebosantes de alegría y diversión, la energía que transmitía toda la fiesta te daba tal recepción que solo podías pensar que hoy sería una de las mejores noches del año. Entre todo el gentío comencé a buscar con la mirada a mi novio, moría por verlo y por qué me viera.

—¿Dónde demonios te metiste, Rainer? — susurré entre dientes al no dar con mi objetivo.

—Debe estar afuera— declaró Diana parándose a mi lado—. De seguro está con Cam y Josh, esperando a que llegue Kendrick con ellos para planear una locura.

La verdad aún se me hace un poco raro que Rainer y Josh hayan logrado llevarse bien, entiendo que en el principio el foco principal de sus problemas era yo, y gracias a los Dioses, lograron superarlo, pero eso no quita que a veces no sea extraño ver lo bien que se llevan ahora.




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