Le Dije Adiós A Las Citas Amorosas

Veinticinco

Este capítulo lo esperan desde hace mucho y ya estuvo, deseo que lo disfruten y le den mucho amor a este capítulo narrado por Mical.

 

Lamento mi tardanza para publicar nuevamente, a las que se preocuparon y estaba al pendiente de la actualización, muchas gracias. Estoy bien, sana, en mi casa y buscando la manera de inspirarme, por que desde el inicio estaba segura del cual sería el final pero al ver los cometarios del capítulo anterior donde pedían que terminen juntos o cada uno por su camino entre como en un bloqueo de tanto pensar... para no hacer más larga la cosas quiero decir las extrañe, las quiero mucho, miles de gracias por la espera y besitos con sabor a chocolate.





 


MICAL ETHRIDGE

Luego de aquella conversación lloré, lloré hasta quedarme dormida en los brazos de mi abuela que me consolo y pidió disculpas por haberme ocultado algo como su estado de salud asimismo por no haberme pedido terminar mi relación con Atesh.

Creo que aunque ella lo hubiese pedido, me hubiera negado en dejar a ese hombre que de a poquito se había ganado mi corazón y mis sentimientos.

Apenas mi abuela fue dada alta antes de salir del hospital apareció el señor Özdemir junto a Athena que me abrazo y pidió disculpas entre lágrimas por haberme ocultado algo que ya no importaba ahora, pues, solo debía velar por que mi abuela sea feliz hasta que aquel día llegue. Luego el señor Hades a su manera me pidió disculpas por su actuar, se notaba que le costaba expresar ciertos sentimientos sino era con su familia o conocidos, de alguna manera lo comprendía, apenas nos conocíamos.

De Atesh, de el solo puedo decir que lo vi un par de veces antes de volver a Inglaterra, las palabras que cruzamos eran contadas con una sola mano. La última vez que nos vimos fue cuando mi abuela dejo este mundo, él junto a su familia llegaron para el velatorio y entierro.

Ya no tenía el cabello largo como cuando lo conocí, lo traía corto y si lo veías de espalda a lado de Alev debías verlos detenidamente por que te confundía.

El proceso de olvidar, de amarme y sanar no fue fácil, tuve mis momentos de querer llamar a Atesh para sólo escuchar su voz sin embargo Raquel venía al rescate con salidas al supermercado o una llamada de Athena para decirme lo difícil y lindo que era ser madre.

Mi especialidad de nutrición la deje por que me di cuenta que no la estudiaba por que me gustaba sino por que buscaba mediante ello ayudarme a mi misma con mi peso cuando podía cuidarme sin necesidad de estudiar esa carrera, por eso me fui por pediatría, en mis idas y venidas del hospital a la Universidad conocí a nuevas personas, grandes amigos y de entre ellos una joven chica embarazada, nos hicimos muy amigas, vivió en mi casa por un tiempo hasta que llego el dia del nacimiento de su bebé donde ella no resistió.

Sin yo saberlo Leonor había preparado un documento dejando a la niña a mi custodia, pues no quería que su hija estuviera con sus padres que no la quisieron ver luego de saber de su embarazo a temprana edad.

Así que sin buscarlo me hice madre de Leonor Şeker, un nombre en honor a su madre y otro en honor a un recuerdo buenos momentos, con la pequeña aprendí muchas cosas y me ayudo a olvidar otras, crecí como persona, como doctora,  como mujer y aprendía todos los días a ser madre.

Así se pasaron dos años y medio, muchas veces Athena con la emoción de contar las cosas me decía información sobre Atesh que yo agradecía, pues después de ese tiempo no había tenido acercamiento con el, también mediante llamadas conocí a Defne que era igual de enérgica y parlanchina que su tía, de Atesh sólo sacó ese lado serio que lo ponía pensar mucho donde al final sonreía al llegar a una solución.

Perdone, me libere de inseguridades siendo ahora una mujer más fuerte y decidida que antes.




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