Veintiséis

¡Hola chocolatitos!
La espera ha terminado, gracias a cada uno de los que ha estado pendiente de cuando actualizó y en especial por su paciencia, se que me he tomado mucho tiempo en actualizar pero la espera ya acabo.
Así que disfruten el capítulo, dejen sus estrellas y comentarios que nos estamos leyendo.❤




 

ATESH ÖZDEMIR

El viaje había sido un poco largo, pero ya estábamos pisando suelo inglés junto con mi hija.

Acepte la propuesta de Ayrton de venir unos días a Inglaterra no sólo por las conferencias donde me quería como expositor de algo que estaba estudiando sino para visitarlo ya que hace mucho no lo hacia además había algo importante que el iba a hacer donde requería de mi ayuda.

Era un proyecto entre ambos.

Paseabamos por el hospital universitario que era donde seguían trabajando mi mejor amigo y era el director de una de las alas del hospital, me mostraba la infraestructura mientras Defne estaba en mis brazos, pues se había aburrido de estar en el jardín de niños donde la deje apenas puse un pié en el hospital. Mi hija apenas comprendía el idioma y a pesar de que entre los niños no suele haber barrera de idiomas cuando están pequeños y buscan jugar, Defne era muy tímida cuando quería.

Así que mientras Ayrton me daba un Tour por el hospital donde un tiempo hice mis prácticas Defne venía con su barbilla apoyada en mi hombro jugando con unos mechones de mi cabello que volvía a crecer.

—Papi, mira es mi amiga se llama Şeker —comento en turco mi hija emocionada jalando mi cabello hacia donde ella miraba.

Solte un quejido ante su insistencia y decidí prestarle atención por que si no seguiría jalando y ya no hablaría, está vez gritaria por atención. Le pedí a Ayrton un momento el cual concedió divertido por la escena que recreabamos mi hija y yo.

—Defne que hablamos sobre jalar mi cabello. —me quejo con un deje de regaño hacia ella.

—Pero papi, ven vamos a conocer a mi amiga y su mamá antes que se vaya —agarro mi rostro entre sus dos manitos e hizo un puchero que me derritio la seriedad que poseía en ese momento, asi que no me negue, ante de llegar donde la mujer comencé a darle ciertas recomendaciones.

—Bien, cuando estemos frente a ellas te debes comportar y...

Maldición.

Sí, maldición.

Me quedé estático al darle rostro a la mujer que me daba la espalda, mis ojos no perdieron la posibilidad de admirarla, de ver que seguía hermosa, más o igual desde la última vez que la vi. Cuando hizo el pequeño movimiento que ha no me dejó admirarla caí en cuenta que estaba acompañada aparte de la niña que llevaba en brazos, era un hombre que no conocía.

Mical tiene una hija y un hombre a su lado. Pensé.

No pude reaccionar por el shock del momento y solo la vi alejarse junto a él que rodeaba su cintura con cierto recelo.

Este raro reencuentro no era como alguna vez lo plante en mi mente cuando no podía dormir, me sentía raro, Ayrton me había omitido esta información y no sabía como sentirme al respecto, creo que el shock de verla con alguien hubiera sido menos doloroso de lo que es justo ahora.

Me contuve de hacer reclamos hacia mi mejor amigo en ese momento, mi hija estaba conmigo y lo que menos quería era que viera como molia a golpes a su tío de cabellos bonitos como ella solía llamarlo algunas veces.

No supe que me choco más en ese momento, haberla visto antes de lo que esperaba o el hecho de que tenga una pareja, algo que Ayrton me había omitido. Me sentía entre feliz y triste; una rara combinación donde la felicidad predominaba o eso quise hacerme creer en aquel instante que nuestros ojos conectaron por milésimas de segundos.

Fue duro contemplarla con una familia y que no fuese yo.

Ella no se veía feliz en ese momento pero tampoco deseaba quebrar mi cabeza con cuestiones, Mical tenía derecho a rehacer su vida así como Alev intento ser de ayuda en lo de rehacer mi vida pero no le funcionó. Al final se terminó rindiendo quejándose con Allah por lo cabeza dura que a veces soy, quede sólo con la mujer de vida en ese entonces y que continuara para siempre, Defne.

Mi pedacito de luz.

Apenas recorrimos un par de calles en el auto de Ayrton y mi pequeña princesa quedó dormida en mis brazos, creí que al llegar a nuestro edificio se despertaría pero no, siguió durmiendo plácidamente en mis brazos, podría decir que si un terremoto pasa, ella ni cuenta. Además adora dormir en mis brazos, es algo que ella siempre menciona frente a para chicas "Sólo yo puedo dormir el los brazos de mi papá, es mi almohada favorita".

Me despedí de mi amigo y para quitar la tension de músculos que sentía decidí que subir hasta mi piso era mejor por las escaleras.

Estando frente a mi puerta me mantuve en silencio observando la misma, quizá en espera de algo pero nada sucedió, cuando puse un pie dentro del lugar note que casi nada había cambiado y todo seguía igual desde hace tres años y un poco más.