Después de tres semanas y un poquito más he vuelto a actualizar, disfruten del penúltimo capítulo por que después de este viene el final.
Uno que al parecer nunca quise que llegará. 😭
Bueno sin más que decir, disfruten. ¡Besitos sabor a chocolate!
MICAL ETHRIDGE
Sabía que no iba a poder escapar de un momento así, uno donde estábamos el y yo, solos. No se dio de una manera natural fue algo así como inducido por nuestros amigos para que podamos limar asperezas o aquella rara sensación que sentimos al vernos.
Ahora viéndolo de cerca y teniéndolo de frente me sentía rara, no en un mal sentido sólo que no habíamos terminado bien, las disculpas fueron dadas pero aún tenía una pequeña semilla de rencor hacia él por lo sucedido en ese entonces.
Maldecia haber hecho caso a Raquel para venir al parque, hasta ahora no había conseguido trabajo y me estaba estresando.
Debía ya algunas facturas como de luz y agua, John quería ayudarme pero no me sentía cómoda con recibir su dinero. Mi querida amiga me dio la oportunidad de volver al restaurante a ayudar pero era sólo trabajo de medio tiempo y cuando faltaba alguien al sitio, más cupo no había.
Deje de pensar y prestar atención a la taza de café en mis manos cuando escuche su pregunta, quizá era tonta por que el sabía todo o no sabía casi nada de mi.
—¿Cómo he estado? —hice una mueca pensativa por unos segundos— Físicamente mejor que ayer, emocionalmente de maravilla y si hablamos de familia excelente.
Lo vi ponerse recto sobre su silla al escuchar mi respuesta, al parecer no se esperaba una respuesta así.
Bebió su taza de café mientras al parecer procesaba mi respuesta o pensaba en como seguir con esta conversación que aunque no quisiera ser tosca al momento de responder, lo iba hacer sin pensarlo mucho.
Aún tenía un resentimiento hacia su persona.
Garraspeo luego de dejar su taza sobre la mesa, volvio su vista a mi.
—Me da gusto, bueno, me enteré que estas sin trabajo y...
—No lo voy a aceptar —lo corte sin dejar de terminar su verborrea— Buscaré un trabajo por mi cuenta, no necesito influencia tuya para conseguir un trabajo, soy capaz de valerme por mi misma sin ayuda de nadie.
Recalque la última palabra mirando a sus ojos con desafío, esperando que entendiera y no tocase el tema nuevamente. Si se sorprendió por mi forma de hablarle pues lo tuvo bien actuado por que ni lo noté.
Relamio sus labios, miro hacia la puerta de entrada de la cafetería y luego a mi.
—Tampoco pensaba en ofrecerte un trabajo así de fácil —cruzo los brazos y se apoyo sobre la mesa— Ayrton es el que ha pensado en un proyecto, el te dará el trabajo mediante el nuevo hospital que vamos a construir.
—Con tu dinero.
—Con nuestro dinero. —recalcó aquella frase, lo mire con el ceño levemente fruncido pues aún me costaba comprender.— Ayrton tiene cierto dinero, yo también cuento con el mío para hacer el hospital y mi padre ayudará con otro poco asimismo buscaremos empresas que nos quieran ayudar.
Asenti ante su explicación, según el Ayrton me va a contratar pero por lo que entiendo el mayor accionista será él.
—Por qué dices que Ayrton me va a contratar, cuando tu serás el mayor accionista.
—Puede que sea el mayor accionista, sin embargo, solo seré eso y vendré a supervisar el hospital cada cierto tiempo, mi vida ya está en Turquía.
No supe que objetar ante su cometario hasta que el volvió hablar sobre las proyecciones que Ayrton y el tenían sobre el hospital. Una parte mía se sentía cómoda que hablemos de temas laborales y no así de lo que era más importante, nosotros.
Por que muy a pesar de que habíamos quedado en buenos términos aquel día, aún nos debíamos una última conversación por los buenos momentos.
—No quiero indagar, sobre tu vida familiar sólo espero que seas muy feliz con el doctor John —lo mire atenta por el cambio de tema que estábamos teniendo, así también un poco confundida al verlo sacar dinero de su cartera— Y diré una cosa más, me gustó el nombre que le pusiste a tu hija, Şeker en español es Dulce. Fue una manera muy bonita de cerrar un ciclo.
Mordi el interior de mi mejilla al escucharlo hablar sobre el nombre de mi hija y no se equivocaba, busque tanto en el idioma Italiano como en Turco la pronunciación de la palabra dulce, quería dejar de tener ese recuerdo de el pronunciando la palabra Dulzura para llamarme.
***
—¿De qué hablaron? ¿Te llamo Dulzura otra vez? ¿Por qué me haces la ley del Hielo?
Mire a Raquel por un segundos y aguantando una carcajada continúe con la preparación de la comida en el restaurante, esperaba que al no contarle el día de ayer se rindiera con mas preguntas pero no lo hizo, hoy seguía más preguntona que ayer por la noche.
Solté un suspiro cuando ella me dejó en paz para poder atender a unos clientes que recién habían entrado.
El pensar en la tarde de ayer era complicado por que tuve que lidiar con John que aparecio de la nada cuando ya había terminado de hablar con Atesh y nos encontrábamos vigilando a nuestras hijas en un juego para niños.
—¿De dónde lo conoces? —susurró luego de que Atesh se alejó al parecer para darnos privacidad y ver más de cerca a su hija— La única vez que lo viste fue en el hospital y me he puesto a pensar y preguntar por ahí, me dijeron que el es un ex residente del hospital y tuvo algo contigo
—Es pasado John, Atesh fue alguien importante —murmure viendo directamente a Atesh que cargaba a su hija y la mía en sus brazos.— Y si no confías en mis no hay porque seguir juntos, detesto cuando te pones en ese plan celoso.
—Disculpa, pero veo como el te mira y tu a él.
—¿Con añoranza? —pregunté está vez con la mirada puesta en él— John, seré sincera contigo, Atesh y yo tuvimos algo bonito pero fue hace mucho quedo en el pasado, ahora tu estas en mi presente. Además apenas estamos comenzando una nueva relación de amistad o al menos hacemos el intento por nuestro trabajo.