Le Dije Adiós A Las Citas Amorosas

EPÍLOGO


¡POR FIN!
Después de mucho tiempo logré escribir el último capítulo y darle un final al libro que ame y muchas de ustedes lo amaron. 

Gracias por su paciencia, gracias por sus mensajes, votos y comentarios en cada capítulo. 

Psdt1: Voy a editar el libro, me tomaré mi tiempo.😁

Psdt2: Habrá un par de capítulos extras, serán lo que sucedió en ese intervalo de años que pasaron y unos después del nacimiento de los bebés.

Ahora disfruten la lectura. 
¡Besos sabor chocolate!

 

 


 


 


 

.
Años más tarde.
 

 

ATESH 
De adolescente nunca me cuestioné porque era tan necesario como el agua tener una pareja, al menos entre amigos siempre están esas preguntas ¿Conseguiste una nueva cita? ¿Cómo se llama la chica con la que estás saliendo? ¿Es tu novia?  Entre otras miles de preguntas que tu entre risas e insinuaciones respondes ya sea con la verdad o mentira lo comentas entre tu grupo de amistades, de alguna forma se convierte en competencia o curiosidad por saber qué se siente tener un novio o una novia.

No he sido el chico de las mil novias pero puedo contar el número de ex que he tenido si pasar los diez dedos, muchas de ellas en la etapa escolar donde haces cada inmadurez producto de la falta de conocimiento y ese ego masculino que no dejamos que se quebrante, sin embargo nunca es malo dejar que un par de veces sea desplomado y luego sea armado con mejores cimientos. Recuerdo que a los dieciséis me uní a un grupo de lectura por que estaba Ece Eroğlu, era una de las chicas mas hermosas de la secundaria y con mis amigos nos anotamos ahí solo por que estaba ella y su grupo de amigas que también estaban hermosas. De solo recordar me hace notar lo idiotas que solemos ser con respecto al amor, lo que implica esta pequeña palabra, es un compromiso que no todos están dispuestos a  cumplir.

Muchas veces es vista como un juego.

Ahora siendo un adulto creo poder comprender aquella primera cita que los lleva al largo camino de una relación, es verdad que algunos amores solo necesitan de unos meses para luego ir al altar y jurarse amor eterno, sin embargo hay otros que les lleva más tiempo y puedo comprobarlo por mi mismo. 

La argolla  en mi mano no lo comprueba sino lo confirma, se celebra mi quinto aniversario de boda el mismo día que el hospital cumple su séptimo aniversario en Londres. Sí, no pude esperar un par de años más para tener a mi esposa conmigo, era difícil tenerla lejos, decisión apresurada pero valió la pena porque así como creció el hospital fuimos creciendo con él.

Hospital HAYAT, aquel nombre nos valió grandes dolores de cabeza a todos, a pesar de ser mi padres uno de los mayores inversionistas del hospital nos prohibió colocar el apellido. 

— Mi única idea tu padre la mandó por el caño —se quejó Ayrton de mala gana mientras supervisamos como va la construcción, ya había un gran avance según mi parecer pues al no saber nada de montar un edificio, era lo que parecía.

— Hola chicos, lamento la tardanza Defne no quería soltarme porque apenas escuchó que hablaba con ustedes quería venir. 

Nos acusó dándonos una mirada acusadora pero sus ojos expresaban mucho, lo único que atinamos hacer mi amigo y yo fue sonreír en disculpa en lo que dejábamos al arquitecto trabajar haciendo lo que mejor sabía, mientras nosotros volvíamos al problema que teníamos desde hace días, el nombre del hospital, no fue hasta que Mical con voz tímida sugirió.

— ¿Qué opinan de Hayat? significa vida, es en turco… yo pase toda la noche tradujeron algunas palabras y pues.

Y la verdad es que el nombre quedó más que perfecto. El hospital Hayat con el tiempo se creó una reputación, muchos de nuestros amigos comenzaron a trabajar con nosotros en el hospital así también damos espacio a nuevos jóvenes doctores para hacer su internado o su pasantía por las diferentes áreas que ofrecía el hospital.

El hospital era lo que habíamos soñado desde los cimientos, era estable, cálido a su vez imponente y llamativo, confortable con un trato cordial a los pacientes, mirar a los doctores yendo y viniendo era una manera interesante de festejar un aniversario más.

— Buen provecho. —Aquello logró sacarme de mi burbuja de pensamientos, Ayrton tenía unas ojeras que no estaban lejos de ser como las mías.

— Gracias ¿Qué te trae aquí, amigo? 

Le di una mirada en lo que bebía mi té turco, oh sí, me traje te turco a nuestro hospital es lo que lo hace aún más único de lo que ya es.

— Por fin ha terminado mi turno, deseo dormir sin interrupciones hasta la hora de la celebración —gruñó dando una mordida a su emparedado, yo sólo sonreí porque hay deseos imposibles como el suyo.

— Sabes que es más fácil que tu nuevo romance termine hoy ¿No?

Lo acusé a sabiendas de que podría ganarme un golpe u otro gruñido, Ayrton me regaló una mala mirada seguido de un golpe con la punta de su zapato en mi canilla, una pequeña señal de que su romance había caído en tiempo récord.

— ¿Sabes? Es hora de dejar el hospital estás últimas jornadas no nos hacen nada bien. 

Sorprendido por su respuesta me apoyé en la mesa y lo miré extrañado, era algo inusual su respuesta ya que él siempre se exaltaba o respondía con sarcasmo.

—¿Estás bien? 

— Estaré bien. Paga mi desayuno, nos vemos en la noche, Özdemir.

Lo mire con cierta pena al verlo salir de la cafetería del hospital, después de haber terminado su relación con la mejor amiga de Mical por razones de matrimonio e hijos, no lo había visto en otra relación seria desde ese entonces.




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