El paro estudiantil duró un poco más de tres semanas, regresando a clases a mediados de octubre. La mayoría de los alumnos se relajaron por poder continuar con sus estudios, pero los que exigían que se extendiera más no estaban tan de acuerdo: la directora del plantel se abrió al dialogo y junto con los representantes estudiantiles llegaron a un acuerdo para cumplir con cada punto del pliego petitorio a la brevedad, pero para que pudieran comenzar a trabajar en ello necesitaban que se les entregara el plantel.
Muchos lo vieron como una trampa y que en cuanto estuvieran nuevamente en sus puestos olvidarían el trato, pero les cerraron la boca.
Una semana después de que se reanudaron las clases se comenzaron a ver los cambios y el lento pero seguro cumplimiento del pliego: los baños estaban mucho más limpios, pero no impecables, y eso solo reafirmaba más la teoría de que los alumnos eran quienes daban un mal uso y mientras eso no cambiaran los sanitarios no estarían completamente limpios.
Se abrió un buzón de denuncias de acoso que se colocó en el primer y único piso de gobierno para asegurarse de que no fuera manipulado. Aseguraron comenzar a atenderlas lo antes posible e investigar cada caso a fondo.
Fue con lo que se inició y, según lo que se comentaba en los pasillos, era la primera vez que la directora cumplía con su palabra de hacer cumplir los puntos del pliego, por lo que tenía mediatamente contentos a los alumnos, aunque no se había ganado aún a todos.
El regreso a clases no fue tan catastrófico como pensaron: sí, los profesores se vieron empujados a dar los temas un poco más rápido para cumplir con el temario a fin de año, pero no se sintió tan pesado en todas las materias.
Literatura iberoamericana era interesante y aburrida al mismo tiempo. Se notaba la pasión del profesor Mario en darla y lo mucho que le gustaba la literatura, pero también era un poco filosófico y Gibran no era tan bueno en eso, por ello se le complicó un poco Lógica en cuarto año, pero sabía que podía sacar a flote literatura también con el tiempo.
Estaba muy centrado en el estudio, pero también en su investigación. Consideró integrarse más al grupo de Andrés, César y Carina para tener un pretexto y acercarse más a Alejandro y Sandoval, sin embargo, el plan no lo puso en práctica porque no estaba dispuesto a pasar tiempo con ellos, sobre todo con Carina, y abandonar a Monse y Vianney, aunque fuera por una buena causa, causa de la que estaban informadas y en la que intentaron ayudar.
La única manera de salir de dudas era volviendo a hablar con Alejandro, pero Gibran tenía mucha dignidad y no estaba dispuesto a ceder, aunque fuera la única opción, por lo que imploró para encontrar otro camino.
Y así fue, pero fue un camino que no consideró.
En una de sus salidas con Monse, Vianney, Fernanda, César y Andrés (se apuntaron a último momento: los invitaron pensando que dirían que no, pero dijeron que sí) a Parque Tezontle, hicieron una parada en un Mix Up para ver los discos sin ninguna intención de comprar alguno, pero había muchas ofertas tentadoras y una llamó la atención de Gibran: Reputation, de Taylor Swift, tenía una oferta muy jugosa que aprovechó. Gibran no había llevado su mochila: la había dejado en el aula de psicología junto con la de Vianney y Fernanda, pero Monse sí llevó la suya, por lo que se ofreció a guardar su compra. Al terminar el día ambos olvidaron que el disco estaba en manos de Monse y Gibran no lo recordó hasta que Monse le mandó una foto con el disco diciendo que lo tenía secuestrado
Y lo había olvidado por completo porque Andrés le había confirmado a Gibran que Sandoval y Alejandro eran novios. Llevaban un año juntos y el que se había declarado había sido Sandoval. Todo comenzó en una ida al karaoke en la que coincidieron. Estaban tomando y jugando, pero Alejandro había llamado la atención de Sandoval desde antes. En uno de los retos les hicieron besarse y desde ahí comenzaron a salir por un tiempo, aproximadamente tres meses según lo que comentó Andrés, hasta que formalizaron su relación.
— Son un poco raros. Al inicio daban la impresión de estar muy enamorados y ahora de vez en cuando se demuestran afecto y pasan poco tiempo juntos. Cuando lo están es porque estamos todos reunidos y es una manera de obligarlos y recordarles que son pareja. Ya habían terminado, pero por el poder del amor regresaron.
Gibran estaba muy impresionado por la noticia porque, aunque lo sospechaba, muy en el fondo quería estar equivocado y que estuviera mal interpretando la situación, pero darse cuenta de que no era así le hizo un manojo de emociones en la cabeza, tanto que no sintió el paso de los días y llegó el lunes, el día que Monse le entregaría su disco.
Se lo entregó durante la clase de matemáticas y Gibran lo estaba contemplando por primera vez a fondo. Pensó que no llamaría tanto la atención, pero sintió como alguien se acercaba hasta su lugar.
— ¡Ese disco es uno de mis favoritos de Taylor! — Cuando escuchó la voz de Alejandro dirigiéndose hacia él se quedó congelado unos segundos, pero rápidamente reaccionó para responderle. Alzó la mirada y se encontró con su rostro, más hermoso que nunca y sintió como si hubiera sido la primera vez que lo veía.
Su corazón comenzó a palpitar desenfrenadamente, acompañado de una sensación incómoda pero agradable al mismo tiempo en el estómago. Por primera vez pudo controlarse, pues, de no ser así, se habría sonrojado, pero no sucedió.