Gibran asistió al edificio de gobierno. La secretaria lo acompañó hasta una puerta de cristal que tenía el escudo de la universidad en blanco, lo que dificultaba ver el interior de la sala. Al entrar notó que era una sala de juntas: había una larga mesa ovalada de madera con un mantel dorado. Frente a cada silla habían situado un libro de color azul marino junto a unas hojas de papel y un bolígrafo que no estaba seguro si se podía quedar. En la sala ya había gente sentada y de pie, frente a la pantalla, había un hombre de cabello medio cano con lentes de armazón. Vestía una playera de graduación con unos jeans de mezclilla e inmediatamente supo para qué los habían citado.
Mientras sus compañeros tomaban sus respectivas clases, Gibran había acudido a lo que sería la reunión en donde se informaría todo lo referente a la fiesta de graduación, la toma de la fotografía generacional y demás cosas que se podrían adquirir para llevarse un bonito recuerdo.
Cuando la sala estuvo completa, con todos los jefes de grupo del turno vespertino, la junta comenzó.
Los libros que cada uno tenía en sus lugares correspondían al anuario de la generación pasada: estaba ordenado desde el primer grupo de sexto año del turno matutino hasta el último grupo del turno vespertino. Cada grupo estaba acompañado de la fotografía de todos sus alumnos y al pie de foto se encontraban sus correos electrónicos por si alguien estaba interesado en ponerse en contacto con sus antiguos compañeros, aunque pensó que también sería una manera de contactar con la persona que te gustara si era el caso.
— Tenemos disponibles tres paquetes: el primer incluye la fotografía grupal y el anuario. Es el más sencillo de todos y el más accesible. El segundo paquete, además de incluir lo que ya mencioné, agrega 2 fotografías del tamaño de una hoja carta. Dichas fotos serán tomadas a las afueras del auditorio. Se colocarán dos estandartes de la universidad y la nacional preparatoria y podrán acompañarlos quienes ustedes gusten: amigos, familiares o, si lo prefieren, ustedes solos haciendo la pose que más les guste. El tercer paquete es el más completo, pues además incluye la renta de la capucha de graduación y como obsequio el birrete junto con la toga. Es el más adquirido al ser el más completo y si ustedes gustan, se les toma una fotografía al momento de que se les entregue su diploma. Para eso se les agrega un distintivo en el brazo para que el fotógrafo sepa a quien tomarle la foto y a quién no, pero tendrán qué elegir si se quedan con las dos fotos en los estandartes o cambian una por la foto que se tome en su entrega de diploma.
>>— Para que el anuario quede lo más completo posible necesitamos ayuda de los representantes de todos los grupos, o sea, ustedes. En mis manos — alzó un montón de hojas que había sacado de quién sabe donde — tengo las listas de todos los grupos y se las entregaré a ustedes para que sus compañeros las llenen. Se solicita su número de cuenta y correo electrónico. Muy fácil de llenar, pero lo hacemos con tiempo porque muchas veces no están del todo seguros de querer salir en el anuario. Les pasaremos el formato en un Excel para que lo llenen una vez completado el registro y nos lo hagan llegar a WhatsApp al número que se está proyectado en la pantalla.
>> — Además, contamos con placas de metal con marco de madera para que les dediquen sus logros a quienes ustedes quieran. Bufandas tejidas con los colores de la universidad, chamarras, tazas diseñadas o anillos y pulseras. Si es que alguno se llega a interesar por un anillo, tendrán que acercarse a nuestro stand para que se les tome la medida y mandarlo a hacer. ¿Alguien tiene alguna duda? — Todos respondieron negativamente —. Bueno, eso sería todo de mi parte. Estaré esperando un mensaje de todos para registrarlos y hacerles llegar el formato de su respectivo grupo. Sin más por el momento, que tengan una excelente tarde y nos estaremos viendo.
Al final del día, Gibran redactó un mensaje con toda la información y la mandó al grupo. Aprovechó la clase de tutoría para pasar las hojas y que comenzaran a llenarla con sus datos. Como el organizador lo había mencionado, muchos espacios se quedaron vacíos al no estar completamente seguros de querer formar parte del anuario. Varios compañeros le preguntaron si tenían tiempo para pensarlo, y como no dio una fecha límite, les dijo que sí.
Cada vez que podía preguntaba si alguien estaba interesado en llenar los datos del anuario y a veces alguno que otro se animaba.
Recibió el formato de Excel una semana después acompañado de un mensaje que decía que el tiempo límite de entrega sería hasta terminar esa semana. Las vacaciones de diciembre ya estaban cerca, así que se entendía por qué la urgencia de saber a cuántas personas tendría que fotografiar para distribuirlos por días, las placas, capas y birretes que tendrían que mandar a hacer.
Antes de enviar el Excel lo imprimió y lo volvió a pasar a todos sus compañeros para que hicieran correcciones en caso de que hubiera entendido mal y escrito algo que no era. Había caligrafías horrorosas, pero se esforzó por descifrar el mensaje. Tuvo unas pocos errores, pero los corrigió y nuevamente imprimió el formato y lo volvió a pasar entre sus compañeros para una segunda confirmación. No quería reclamos después.
El día que envió el Excel fue un viernes 30 por la mañana. Antes de dejar el celular para arreglarse e irse a sus clases recibió un mensaje de Messenger que no esperaba por nada:
“Hola, Gibran, ¿tendrás algún suéter que me puedas prestar? Tenía unas cosas que hacer y salí corriendo de casa y no traje nada con lo que taparme y hace mucho frío”