Al día siguiente Yasu y Alysson llegaron a la escuela. En el pasillo que recorrían cada día hacía su salón de clases, recibieron una cantidad de miradas sugestivas por parte de hombres y una que otra mujer. Yasu se sintió incómoda. No le gustaba ser el centro de atención y mucho menos si se trataba de un tema sexual, pero no iba a permitir que Alysson se quedara sola. Yasu había experimentado ser excluida por vivir su vida. Desde que ella declaró sus sentimientos hacia Violeta, cuando apenas tenían quince años, su vida escolar y social se vieron vulnerados por la que alguna vez fue su mejor amiga.
— ¿Estarás bien? — le preguntó Yasu a su nueva amiga cuando llegó a la entrada de su aula. La situación la ponía un poco sensible y una sensación conocida, pero desagradable, se acomodó en su estómago.
— Si, no te preocupes. ¿hoy vamos a Miéko? — susurró Alysson.
— Claro. Nos vemos por la noche.
— Está bien. Mándame la ubicación del café y tu horario, paso por ti.
— Te lo mando cuando esté ahí. Adiós, cuídate —. Yasu se dirigió a su aula preocupada por lo que podría pasar durante las próximas seis horas.
Yasu entró a su salón y notó que Ethan llevaba una sudadera negra, tenía la capucha puesta por lo que no podía ver su rostro.
— Hola, ¿por qué no viniste ayer? — Yasu se sentó de manera que veía a su amigo, el cual había levantado su rostro. Ethan tenía algo diferente. La zona debajo del ojo derecho se veía un poco más pálida que el resto del rostro. — ¿Qué te pasó en el ojo?
— ¿Qué? Nada —. Tardó unos segundos en responder, por lo que Yasu concluyó en que su amigo le mintió. Desde el ángulo adecuado se veía que tenía maquillaje mal aplicado.
— Haré como que te creo. ¿Quieres ir al bosque después del trabajo? —. Cambió de tema para no incomodar a su amigo, pero eso no significaba que no iban a tener una conversación.
— Si, está bien. ¿Paso por ti?
— Nop. Alysson va a pasar por mí. Nos podemos encontrar en mi casa.
— ¿Quién es Alysson? — preguntó confundido.
— Es una nueva amiga. Quiere ir a Miéko con nosotros. — Ethan asintió y de sus labios se asomó una sonrisa. Estaba feliz que Yasu tuviera más amigos.
El día pasó normalmente. Yasu no fue hostigada, todos estaban hablando del tema de Alysson. Yasu escuchó muchos comentarios tan asqueros hacia su amiga que el dolor de estómago aumentó. Su jornada de trabajo fue normal, hasta que cerca de las seis de la tarde Alysson llegó.
— Espérame unos minutos. Tengo que terminar unas cosas — avisó Yasu. Atendió a una pareja y marcó su hora de salida. — Listo — anunció después de cinco minutos.
Las chicas se dirigieron al subterráneo de Isema y comenzaron su viaje hacia los suburbios de la ciudad. Cuando llegaron a la casa de Yasu, Ethan ya se encontraba ahí, jugando en el pasto con Ryu.
— Supongo que tú eres la nueva amiga de Yasu, ¿verdad? Me llamo Ethan — se presentó mientras se levantaba del suelo. Yasu los dejó mientras se presentaban y se adentró a su cuarto para buscar su mochila de expediciones.
— Mamá voy a Miéko — avisó Yasu cuando salió de su habitación.
— No te quiero muy tarde —. Fue lo último que escucharon antes de que se cerrará la puerta.
— ¿Es tuya? — preguntó Alysson al ver la camioneta de Ethan, el cual asintió orgulloso. Los tres jóvenes subieron a la camioneta verde y emprendieron su viaje al bosque Miéko. El cual estaba vacío porque era martes. Yasu guió a sus amigos hasta el pequeño lago que encontró con Ethan días antes, pero no había anotado bien la ruta que hicieron esa vez.
— Yasu, ¿por qué venimos hasta aquí? Creí que sabías dónde se han avistado las criaturas marcadas en tu mapa.
— La verdad es que no he logrado descifrar el mapa. De acuerdo con las notas que he leído, las zonas que he explorado con Ethan son las reales, pero la brújula está dañada o algo.
— Ah... ¿han escuchado hablar sobre Elysium? —. Los amigos negaron con la cabeza. — También es conocida como la morada de los muertos por la leyenda que dice que ahí sucedió una batalla. Tengo la sensación de que ese es el lugar que estamos buscando, pero según la leyenda siempre está en movimiento.
— ¿Tienes una idea de dónde está ahora?
Alysson asintió y los guió por la arboleda. Llegaron a una zona que los amigos habían visitado días antes, solo que en ese momento se veía diferente. La zona se veía con más vida y colores que antes. Había una cantidad incontable de especies de flores, que Yasu les tomó foto para luego dibujarlas. No había fauna a la vista, mas que las luciérnagas, pero escucharon movimiento que atribuyeron al viento. Los amigos se acomodaron en un pequeño llano cercano al lago, ya que iban a estar bastante tiempo esperando que sucediera algo.
— Es increíble que no haya ido un día a la escuela y Yasu tenga otra amiga, ¿cómo se conocieron?
— En el baño, Alysson me saco platica y nos dimos cuenta de que tenemos cosas en común — explicó Yasu rápidamente.
— Si, fue eso. ¿Ustedes cómo se conocen? — Alysson desvió la conversación ya que no estaba lista para tocar el tema.
— Somos vecinos. Antes vivía en un pueblo a las afueras de Isema, pero después de que mi papá se fue, mi mamá decidió mudarse a los suburbios y a unas casas vive Ethan por lo que no quedaba de otra más que hablarnos — contó Yasu.