Legendhill "Un Secreto en la noche escondido"

CAPÍTULO XXX "La Nueva Era" (Sin editar)

Con los ojos cerrados Emriss extendía una oración al universo, estar en un cementerio no era una tarea fácil con lo sucedido con su madre un año antes, sabía que en ese momento debía ser fuerte y seria el apoyo que Kendra necesitaría, así mantenía los ojos, enfocándose en los sonidos y los susurros que a lo lejos escuchaba, sabía que no estaba solo, Kendra y su familia asistieron también a la sepultura de la difunta madre de Kendra, la que junto al cuerpo de Annia descansaría en paz por la eternidad, aquella mujer que hace unos dias se había sacrificado heroicamente para defender a su hija, el aroma a flores daba la tranquilidad y la calma del momento, para Alicha Bennet la muerte llego trágicamente, pero eso sería solo el inicio para lo que a su linaje se le aprontaba.

Ya reunidos gracias a los dones otorgados a Emriss y a la paciencia de Elizabeth para con Emriss el que a través de meditación logró que todos pudiesen juntarse en la casa Krein para establecer un nuevo plan, dado los acontecimientos, sabían que la única ventaja del grupo en contra de John y Darío era Avalon y que a toda costa debían evitar que Erikson y el Anderson malvado se juntaran, era peligroso que aquellos establecieran contacto, más aun cuando John solo necesitaba el cetro de Emriss para encontrar el Santo Grial y Darío tenía en su poder aquel pergamino que condenaría a los Anderson y pondrían en peligro a Legendhill por segunda vez.

Ahora todo en la casa Krein sabían que debían detener de una u otra forma a los Clutterbuck, en la batalla de dias antes gran parte de aquellas brujas habían tenido bajas importantes, arrasando casi la mitad de los clanes enemigos, ahora sabían que era la hora de que otro tipo de criatura atacara, los lobos nunca tomaban partido si no era estrictamente necesario, pero, los Murphy eran despiadados y su historia en Legendhill hace muchos años que dejaba mucho que desear, incluyendo en su larga lista aquellos desastres que un grupo de hombres lobo ocasionaron en la ciudad hace sesenta años, una historia en la que por primera vez, un grupo de humanos se enfrentaron a los demonios de la noche a punta de pistolas y balas de plata.

Un nuevo eclipse se aproximaba, todos sabían que la energía que emanaría ese dia el sol seria mágica, para la familia Anderson se conmemoraba una vez más el eclipse que fue ocupado por la familia Bennet para maldecir sin querer a la suya. Cada 44 años los hermanos Anderson perdían sus poderes, mientras Legendhill se oscurecía por la umbra y la penumbra de aquel evento astrológico, esta vez Valentín sabía que era la única forma de vencer a Darío y lograr detener de esa forma a la familia Clutterbuck, todos sabían que Darío conocía la ubicación de la casa Krein, por lo que deberían salir de ahí, fue cuando Safira entendió que debía utilizar aquel árbol en la casa de Emriss para crear un porta que les permitiera llegar a su instituto en un instante, mientras Kendra por otro lado alzo la voz y dijo que ella conocía la forma perfecta de esconder un instituto, tal como lo hizo con su casa por muchos años, juntos se dispusieron a salir dela casa Krein, mientras Kendra y Emriss se dirigieron a la casa, los demas caminaron en dirección al puente Legendhill, cerca de la casa de Kendra, ya que en ese lugar la energía era la suficiente para esconder un portal de tiempo y espacio.

Al llegar a la casa Kendra tomo su varita y apuntando a la runa dibujada en el árbol abrió el portal, que las brujas de Rusia normalmente utilizaban para sus viajes, Emriss no sabía que noche a noche Esther lograba visitarlo y que aquel gato que se posaba bajo el umbral de la ventana solo era una de las formas en que Esther podía transformarse, pues en el libro de las sombras que le entrego a Safira tenían toda la informacion para poder hacerlo.

Kendra y Emriss entraron a la portal ya sin miedo y tomados de la mano, se sentían protegidos, pero con un poco de nervios, ya estando en la luz penetrante de aquel lugar una voz llamo la atención de los dos.

— Hola hijo mío — dijo una mujer con una voz dulce.

Mientras Emriss con sus ojos desenfocados por la luz aun no lograba ver quien estaba hablando. 

— Sabía que lograrías encontrar este camino, por mucho tiempo te mostré señales de tu vida real, señales que con el tiempo entenderías, este es mi árbol, herencia de mi linaje de brujas desde la creación del mundo.

Emriss logró enfocar su mirada y soltando la mano de Kendra corrió a los brazos de aquella mujer con las mejillas mojadas con lágrimas sin decir una sola palabra, Kendra sabía que esa mujer no era Esther, por lo que entendió que era el espíritu de la que fue la madre que por tanto tiempo crio a Emriss.

— Por qué te fuiste, ¿quién te hizo esto? — dijo Emriss tratando de responder preguntas que no habían quedado claras para él.

— No puedo decírtelo hijo, creo que ya sabes quien fue, solo debes buscar en tus memorias, ve a mi cuarto, en el sobre suelo debajo de la cama hay una tabla suelta, allí encontraras la varita que Esther me obsequio cuando tu naciste, es una varita de roble blanco con empuñadura de canelo y con centro de corazón de dragón, la varita mas poderosa del mundo y quero que la unas a tus habilidades.




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