Legión de caidos

OJOS QUE VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE

Apenas había corrido unos minutos, cuando de la nada encontré a mi caballo y al mirar al cielo vi que el sol estaba a punto de ocultarse. ¿Cuánto tiempo he estado en esa casa?, me dije, no lo sabía, pero el tiempo se había esfumado para mí en aquel bosque, así que monte y rápidamente me dirigí a casa.

Me acosté en mi cama muy asombrado por lo que había visto. En mis sueños me parecía verme fuera mi de cuerpo y que algo oscuro me miraba desde el espejo, de pronto una mano oscura salió de el como si tratara de arrastrarme hacia él.

Me desperté muy asustado pensando en lo que había visto, trate de revisar las ventanas y debajo de la cama, pero nada ni nadie había entrado en mi habitación. Por alguna razón tuve la sensación de que debería mirar el espejo, al principio solo me vi a mis mismo, pero con los segundos mi cara fue cambiando, hasta que solo la mitad de mi rostro era mío.

No podía creer lo que veía, una especie de ser oscuro vivía dentro de mí y al parecer compartíamos el mismo cuerpo. Me toque el rostro tratando de sentir alguna marca o herida que me hubiere ocasionado durante mi aventura anterior pero nada.

La mente comenzó a fallarme, creí que me estaba volviendo loco, las manos me sudaban y no podía dejar de pensar en que estaba ocurriendo. En ese momento tocaron la puerta, era mi madre, preguntando si tenía tiempo para decirme algo, le dije que me dejara solo; y aunque ella insistía rogando por unos segundos; en el fondo yo sabía lo dura que había sido conmigo.

Después de unos minutos dejo de insistir y se retiró, luego de algunos minutos salí de mi habitación para buscar a mis padres y escuchar lo que ella había tratado de decirme, pero toda a casa estaba vacía sin un alma.

Empece a buscar pistas para saber a dónde había podido ir todo el mundo, hasta que se me ocurrió entrar a la recamara de mi padre, un lugar al que jamás había entrado. Rebusque en cada rincón, pero solo halle viejos documentos de tierras sin reclamar, así como nuestra línea familiar en un árbol tejido a mano, el cual se hallaba sobre la pared. Lo más entrañable era que mi nombre nunca apareció en él, era como si mi destino dijera que la historia de mi familia terminaría conmigo.

Me recosté en el suelo y me eche a llorar como una niño, pensado que mi nacimiento era lo mas despreciable para mis padres, y que solo era un negocio para aumentar su fortuna, quizá lo más probable fuera que mi esperanza de una familia feliz y del amor que deseaba recibir en ella, nunca llegarían.

Al poco tiempo, en medio de mi cólera golpee fuertemente el retrato de mis padres, en ese momento una carta cayó al suelo, la recogí con mucho cuidado, pues parecía algo vieja y la leí detenidamente. Esta decía:

 

Las personas normalmente estamos acostumbradas a cometer los mismos errores, y yo quiero cortar ese ciclo, quizá cuando encuentres esta carta ya no estaremos para ti hijo, pero recuerda esto, que si tu nombre no aparece en ese árbol; es porque contigo morirá toda una generación de hombres malvados y ambiciosos.

Cuando era pequeño mi sueño siempre fue cambiar el mundo, hasta que mi padre me dio la charla del dinero y el poder; y como no pensar en ellos me arruinaría la vida. Lo más triste fue que le creí, y para cuando me di cuenta de lo que era más importante ya era demasiado tarde; pero aun no es tarde para ti, cuídate y sigue soñando, todo lo que hay en esta casa te pertenece, vive feliz y nunca te arrepientas de vivir una vida haciendo lo que realmente ames.

Con amor tu padre.

 

Las lágrimas que cayeron de mi ojos, eran grandes en comparación con el océano, mi vida se tornaba más complicada a cada paso y no sabía si seguir creyendo que había un Dios que cuidaba de las personas.

En medio de mis penas, del espejo de la habitación una voz me llamo, diciendo:

--- ¿Qué estás haciendo?, grandísimo tonto, acaso no buscas a tus padres.

Mi mirada volteo hacia mi reflejo y este me hablaba como si fuera otra persona, sus ojos eran amarillos y con tono de oscuridad en ellos. Me acerque más hasta que mi mano toca la suya y aunque solo nos separa el vidrio, la conexión entre ambos era fuerte.

Le pregunte su nombre por algo de educación, pero el solo respondió:

--- Eso no importa solo apresúrate, si aún quieres salvar a tus padres.

La conciencia de la realidad volvió a mí al darme cuenta de que aquel ser estaba en lo cierto, pero como podría saber dónde estaba mi padre; él me dijo que cada persona posee un reflejo, el cual se mueve con ellos dentro del mismo, hasta que alcance un espejo. Por esa razón el sabia donde estaba cada persona que desease encontrar.

Le pregunte cómo funcionaba, solo debes desearlo y toca el espejo, me dijo sin mostrar engaño.

Toque el reflejo frente a mí y pensé en ellos, y en un abrir y cerrar de ojos pude ver a mi padre con vestimenta de gala y en una fiesta poco peculiar llenos de personas nobles, pero el estaba amarrado, y todas llevaban mascaras que no mostraban más que el cuello. Al esfumarse la imagen del espejo tome mi caballo, una vieja espada familiar y cabalgue rumbo hacia aquel lugar.



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En el texto hay: fantasia, traicion, sobrenatural

Editado: 30.07.2018

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