~Capitulo 3: Sin escapatoria...~

Mis muñecas me apretaban, y mis ojos comenzaron a acostumbrarse a la luz tenue de la lámpara que colgaba del techo. Me estremezco del frío que hay en este lugar y cierre mis ojos para la veracidad de la situación.
De fondo se escucha el ruido de una puerta cerrándose.

Y al momento de abrir mis ojos despierto en la lona de aquel parque junto a la señora, cuyo rostro preocupado se encontraba delante mío.

Me asusté y me eché hacia atrás.

- Solo fue un mal sueño...- dije en mi cabeza tratando de tranquilizarme.

Cuando al fin lo logré, noté como la mujer se alejaba lentamente de mí.

- Bueno... Ejem... ¿Necesitas que te lleve a algún lugar?-Me preguntó con cierto aire de esconder algo, pero lo dejé pasar.

- De hecho sí, gracias- le dije.

Ella asintió con la cabeza y comenzó a recoger todas sus pertenencias. Ya cuando tuvo todo en sus manos me guío hasta donde se encontraba estacionado su auto.

Al llegar a éste ella puso todo dentro de él maletero y al cerrar, me abrió la puerta de atrás para que pasara.

Entré y ella comenzó a conducir.

Le dije que si por favor me podía alcanzar hasta la comisaría para denunciar a mí padre. Claro está que eso último no se lo dije.

Ella asintió con la cabeza y trabó las puertas, manejando a gran velocidad.

Desde ese momento no sabía que hacer...

Tenía a su bebé en el asiento delantero, por lo tanto yo estaba en el trasero, me pareció un tanto raro pero no le dí importancia y me concentré en observar el paisaje por la ventana del lado derecho.

Después de un rato la mujer se da vuelta y me dice:

-Llegamos...- lo dice con una voz apagada, que me da un poco de miedo.

Pero cuando observo hacia afuera, puedo ver una casa casi derruida.

La mujer se baja del coche y me abre la puerta, tardé un poco en salir, ya que no estaba segura de lo que hacíamos aquí. Al terminar de salir, siento un fuerte golpe en mi cabeza que me deja inconsciente.

Al despertar, veo que me encuentro en ese horrible lugar de mi sueño.

La puerta de la pequeña habitación donde me encontraba se abre de par en par dejándome ver a la "amigable" señora entrar con una niña de más o menos de unos 10 años.

La niña llorando le suplica que la deje. Pero está en vez de eso, le pega una gran cachetada, haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo, provocando un gran estruendo al pegarse con una caja de madera.

La niña se retuerce en el suelo del dolor, llorando y pidiendo piedad.

La mujer hace oídos sordos mientras le escupe y le grita:

-¡¡¡CALLATE ZORRA, Y ASÍ TALVEZ NO TE VENDAMOS COMO ESCLAVA!!!-

La pequeña temerosa se calla y se arrastra como puede hasta la pared que la detiene...

Holis devuelta, soy A.G.🖤✨ y ahora paso para desearles un muy buen fin de año, lleno de abrazos, cariños y risas. Disfruten, con mucho cariño su escritora favorita, jajajaj, ok, no, ya sé que no lo soy, pero algún día me gustaría serlo. Bueno ahora sí me despido por hoy, pásenlo hermoso. 

La humilde escritora que los ama,~A.G.🖤✨~