Lejos de casa

~Capitulo 4: Escapa-mos...~

 

Observé a la pobre niña la cual se apoyaba en la pared cabizbaja, llorando silenciosamente.

Tenía tanto miedo como la pequeña, yo seguí tirada, no sabía que hacer. Trataba de no hacer ruido por el simple hecho de que la mujer seguía ahí. Esta me mira y yo muevo la cabeza a un costado, para tratar de no hacer contacto visual con ella y no mirar esa sonrisa la cual pensé que era sincera, y era todo lo contrario.

La mujer se me acerca y se agacha para verme, me toma de la barbilla con suavidad, y me dice:

-Oh niña... de verdad pensaste que alguien te pondría poner atención a ti? No eres más que una sucia y una puta. Esto es lo mínimo que te mereces.- me dijo mirando a sus alrededores.

La niña mira a la mujer con odio y se quita las lágrimas que corrían por su cara, ella se puso a observar una piedra de un gran tamaño a su lado, sin pensarlo dos veces, agarra la piedra y se acerca lentamente, mientras la señora sigue gritándome.

La niña levanta la piedra para pegarle, y cuando da un paso al frente para acercarse, pisa una pequeña ramita que llama la atención de la mujer, al darse vuelta, la chiquilla le pega en la cabeza y se cae al suelo.

Yo me quedo en mi lugar impactada, observando a la mujer en el suelo, y a la niña con manchas de sangre en la cara...

-Wow...gracias...-dije todavía en shock y agitada por lo que acababa de suceder.

La pequeña asustada y llorando, viene corriendo hacia mí, y yo la abrazó lo más fuerte que puedo, mientras intento tranquilizarla.

Al rato, más calmadas, salimos por la puerta, y allí nos encontramos con el auto, y pudimos ver, que el bebé seguía allí dentro, al acercarnos (corriendo por la seguridad del bebé), nos percatamos de que éste era falso, no era más que un simple muñeco, todo tapado, dando la impresión de que es real.

-Ésa mujer está loca...-dije un tanto asustada.

-Si...- dijo la niña en el mismo estado que yo, mientras agarraba mi mano tan fuerte como podía.

Adentro del auto se podía ver un teléfono celular, sin dudarlo, intenté abrir la puerta, pero estaba cerrada. Una vara de madera se encontraba situado en el suelo, la pequeña la vio y la tomo, le pegó un par de veces hasta romperla. La alarma de el coche comenzó a sonar, era insoportable. Destrabe la puerta, y la abrí para sacar el celular de una vez, con el llamé a la policía y le dije la dirección que vi en un letrero, cuando veníamos viajando para acá.

Luego de unos minutos la policía llegó y nos llevaron a la comisaría, dónde nos preguntaron quien era esa mujer, si la conocíamos y quién de nosotras la mató. El silencio de la sala era molesto, casi irritante, ya que ninguna contestaba esa pregunta. La niña me miró y estaba dispuesta a decirlo, pero me levanté y le dije al policía que yo había sido, pero en defensa propia, claro está.
Nos dijeron que lo sabían, que esa mujer tenía un largo historial policial, por lo que nos dejarían ir. 
Preguntaron donde vivíamos, y la niña dijo que no tenía padres, que vivía con una tía, pero que hace poco murió, entonces no tenía a nadie (pobre niña, estaba sola en el mundo como yo), mientras yo le contaba mi situación con mi padre a otro oficial, me dijo que necesitarían pruebas, entonces le mostré mis hematomas y la herida de la nuca. Aceptaron buscar a mi padre y revisar su estado mental, y mientras eso sucede, yo y la pequeña iremos a un orfanato...

                     Al orfanato Howkins...



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En el texto hay: misterio suspenso, violencia, drama accion

Editado: 21.02.2020

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