Capítulo 27: Respuesta insatisfactoria

Agito el pie en un movimiento constante mientras mantengo el codo apoyado en el reposabrazos del sofá y sostengo mi cabeza al tener la mano debajo del mentón, en esa posición estoy al mismo tiempo que veo cada una de las presentaciones de los demás participantes.

Hasta ahora los mejores de la noche han sido Javier y Estela, los primeros dos jueces les dieron una puntuación de nueve puntos, así que eso les da un total de dieciocho. Hemos tenido la peor calificación y estamos empatados con otra pareja que lleva acumulado la misma cantidad que nosotros, es decir, trece.

Solo falta una pareja por bailar, si superan esa puntuación significa que quedaríamos amenazados y tendríamos que ir al duelo de baile para no ser eliminados.

Vero continúa sentada a mi lado con su cabeza recostada en mi hombro, no ha dicho ni una sola palabra, lo único que me hace saber que sigue ahí, es sentir como suspira con fastidio cada cierto tiempo. Con lo mal que nos fue esta noche he estado distraído acerca de lo que dijo ante el público.

—Vero —muevo mi brazo.

—¿Qué? —escucho como apenas abre los labios al hablar.

—¿Por qué dijiste en el escenario que somos novios? —bostezo.

Se encoge de hombros —fue lo primero que se me ocurrió.

Bufo —dime la verdad.

Suspira —bueno siguiendo tu teoría con respecto a que la historia triste nos hará ganar, yo pensé que si decía que éramos novios el público nos amaría y votaría por nosotros.

Qué respuesta tan insatisfactoria.

Suelto una risilla —¿Y tú piensas que estamos en “Los juegos del hambre”?

Ríe —no, pero tienes que admitir que tengo razón.

Me muerdo el labio inferior —quizás, pero entonces tendré que decir que estás embarazada.

—Si lo estuviera no podría bailar, así que descarta esa idea.

Asiento —entonces ahora que somos novios tendrás que empezar a tratarme mejor.

Despega su cabeza de mi hombro y me observa —¿Y cuándo te he tratado mal?

Me mira con seriedad y yo trago en seco —esta semana me tratas bien y después no, no sé qué te pasa, pero pareciera que me odiaras.

Arquea una ceja —sí, te odio tanto que te llevé el papel higiénico el otro día.

Tuerzo los labios —buen punto, pero aun así tienes que admitir que has actuado de forma extraña.

Se recuesta de nuevo a mí —he actuado normal —abro la boca para decir algo más, pero ella me interrumpe —y no quiero hablar más del tema.

—Está bien —acomodo mi posición y la rodeo con mi brazo —gracias por apoyarme en esta locura.

Se acomoda bajo mi costado y ríe —siempre te apoyaré.

Esas últimas palabras han hecho reaccionar a mi cuerpo, cada fibra de mi piel se eriza mientras que el corazón se me acelera y la rodeo con mi brazo apretándola con más fuerza contra mí. Doy una sonrisa de boca cerrada y continúo viendo la presentación de la última pareja, ya los están evaluando.

La puntuación de ellos suma doce puntos, es decir que la pareja que los enfrentará está entre nosotros y Ricardo y Liana. Claro, lo sabremos con certeza al final cuando revelen nuestro puntaje secreto y se conozca la cifra total.

Noto que Javier nos está observando con una sonrisa de imbécil, inclino un poco mi cabeza y me doy cuenta de que Verónica le está respondiendo de la misma forma. No sé qué se traen estos dos, pero no me gusta ese lenguaje secreto que mantienen.

Toso —Verónica, ¿Qué sientes tú por mí?

Nunca me he sentido tan vulnerable ante una respuesta, pero necesito saber la verdad y prefiero preguntar a seguir en este jueguito. Mi corazón salta en mi pecho igual que un personaje de una caricatura, tiemblo y siento como ella guarda silencio mientras juega con sus dedos.

—Carlos…

Antes que pueda terminar la frase, Irene entra a la habitación hablándonos y llamando la atención de todos. Era el momento perfecto para salir de dudas, pero la salvó la campana.

Por ahora temo que la respuesta a mi pregunta tendrá que esperar, me armaré de paciencia y aguardaré el momento oportuno donde nadie nos interrumpa, en el que las excusas no sean su arma de escapatoria y la acorrale hasta tenerla entre la espada y la pared.

Irene ha hablado, pero mis pensamientos no me permitieron prestarle atención al resto de sus palabras, solo sé que todos se levantan y que debemos ir al escenario donde revelarán la puntuación total de cada pareja para poder realizar el duelo de baile.

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Ya en el escenario nos encontramos todas las parejas en una hilera en el orden en que nos presentamos esta noche, parecemos una formación militar a punto de ir a la guerra. Vero y yo estamos tomados de la mano que comparten el sudor al tener contacto la una con otra, entonces mis ojos la siguen de pies a cabezas y puedo notar como sus piernas tiemblan.

Aprieto su mano haciendo que su cabeza gire hacia mí, dándole una sonrisa, espero que haya entendido el mensaje, ella no está sola. Los nervios están a mil cuando una música de suspenso comienza a sonar y la luz del reflector se detiene sobre Damiano, el conductor.

—La pareja cuya presentación fue la mejor de esta noche —hay una pausa y replican unos tambores —son Javier y Estela.

El público ovaciona mientras ellos se separan del resto de los participantes y caminan al centro del escenario acercándose a Damiano con una enorme sonrisa en sus rostros. Javier no me cae bien, pero tengo que admitir que la coreografía que realizaron fue impecable.

Luego de ser felicitados salen del escenario perdiéndose entre la oscuridad al bajar las escaleras a la derecha.

—Ahora la primera pareja amenazada de esta noche, quienes deberán luchar por su puesto en esta competencia con un duelo de baile, son —hay una pausa dramática —Mateo y Judite con una puntuación final de veinte puntos —la puntuación aparece en la pantalla gigante —debo pedirles que pasen al centro del escenario y se coloquen a la derecha —ellos siguen sus instrucciones —suerte chicos.