Leonora H

CAPITULO 14

La llegada de Julián Rostfor hermano de Amelia causó gran conmoción, en especial para Trudy a quién le obsesionaba la perfección de la casa, durante todo un día trajo a Lola, Claudia y Lidia de arriba abajo y hasta Leonora tuvo que ayudarlas en los preparativos.  Por fin el joven llegó, sin duda alguna era tan guapo como su hermana, rubio, alto, delgado, pero lo que más llamaba la atención era lo bien vestido, sus pantalones grises oscuro, botas negras nuevas, un chaleco de ceda azul con dibujos grises, camisa blanca de holanes y una cazadora gris que lo hacían ver realmente elegante.  Saludó a su cuñado con un buen apretón de manos y a su hermana con un fuerte abrazo, se notaba que eran muy cercanos, pero cuando llegó con Hana le hizo una reverencia, le tomó su mano y la besó apasionadamente, el joven Julián había ido a conquistar el corazón de la joven Al Rashid, tal como lo había hecho antes su hermana con Hassan.

En la cocina no se hicieron esperar los cotilleos.

-El joven Rostfor es tan guapo y elegante, al verlo casi me desmayo. – Comentó Lola.

-Ni para que negarlo, es como todo un caballero debe de ser. – Sugirió Claudia.

- ¿Notaron cómo saludó a la señorita? – Preguntó Lola.

-Bueno todos lo notamos. – Comentó el callado de José y si él había visto el cariñoso saludo de Julián todos los demás lo notaron.

-Parece que el joven viene a conquistarla. – Dijo Carlota.

-Estoy segura que tendremos una boda en menos de tres meses. – Comentó Lola, pero justo en ese momento entraba Nathan en la cocina.

- ¿De quién será la boda? – Todos se pusieron serios, ya sabían de los sentimientos de Nathan hacia Hana, pero Lola quien tenía fama de ser directa y sin corazón continuó.

-El joven Julián y la señorita Hana, al parecer viene para conquistarla. – El semblante de Nathan se entristeció, todos pudieron notarlo.

-Yo no lo creo así. - Comentó Lidia, con su vocecita de jovencita, pero con sus pocos años decía cosas que tenían razón.

- ¿A qué te refieres niña? – Preguntó Lola algo exaltada.

-A que a mí me pareció que el joven Julián bajo ese disfraz de caballero es un patán, y la señorita Hana se dará cuenta, entonces Nathan no tienes de que preocuparte. – En los ojos de Nathan brilló un poco de esperanza.

-Como siempre Lidia diciendo tonterías. – Fue lo único que dijo Lola.

En la sala el recién llegado les platicaba las novedades de Londres, mientras tomaban el té.

-La duquesa de Lancaster se comprometió hace unos meses con el magnate Davis y se casaron la semana pasada.

-Vaya no creí que alguien podría casarse con esa mujer dada su reputación. – El comentario le extrañó a Hassan quien empezaba a conocer mejor a su esposa, ya no era la tierna jovencita con la que creyó casarse, había más en su corazón, rencor y amargura.

-Bueno hermana el magnate Davis es estadounidense, es por eso que lo pudo atrapar. – Los dos hermanos rieron, Hassan y Hana se quedaron callados, ya que no sabían de quienes se trataba.

-Querido ya es un poco tarde, te llevaré a tu habitación ¿nos disculpan?

-Si claro. – Dijo Hassan quien comprendía perfecto que su esposa realmente lo que quería era estar a solas con su hermano.

Cuando llegaron a la habitación Amelia le dijo en tono enojado…

-Mírate cómo vienes vestido, seguro has hecho gastar a nuestros padres una fortuna, ya sabes que no tienen dinero, y tú con tus caprichos.

-Despreocúpate hermanita, este atuendo no les ha costado a nuestros padres ni un penique. – Dijo en tono burlón.

-Entonces ¿cómo lo has conseguido?

-La duquesa de Lancaster. – Siguió con su mismo tono, su hermana se quedó boquiabierta.

-No lo puedo creer, no has cambiado nada desde que me casé.

-Bueno que quieres hermanita

, soy irresistible para las damas.

-Si tan solo te consiguieras damas, pero te lías con puras meretrices, como la duquesa de Lancaster. – Seguía en tono enojado.

-Tiene sus ventajas andar con ellas. – Julián arrancó una flor del florero y se la llevó a la nariz, aspirando su aroma.

-No digas más, - Amelia le arrebató la flor muy enojada para que le prestara toda la atención, - gracias a Dios que Hassan no sabe nada de tus devaneos, me he esforzado mucho para hacerte ver como un joven caballero, trabajador he inteligente y no como el parásito que eres, sacando dinero de las mujeres, ¡escúchame! – Amelia explotó – he estado preparando el terreno para que Hassan te acepte como pretendiente de Hana. – Julián puso una cara terrible de desagrado.

-Tu cuñada es una mojigata.

-Si pero una mojigata millonaria – Expresó alterada, - y te vas a casar con ella, entre los dos vamos a exprimir la fortuna de los Al Rashid.-

-Tu postura me da sueño. – Amelia se fue contra su hermano y le tomó por la solapa de la su cazadora.

- ¡Harás todo lo que yo te digo! ¡Por mí, por ti y por nuestros padres!



#2326 en Novela romántica
#842 en Otros
#160 en Novela histórica

En el texto hay: romance, desierto, piramides

Editado: 14.06.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.