El viento circulaba cerca de su rostro, acompañado del sol pegándole en la nuca. Estaba en presencia del día más importante y que -muy seguramente- le daría un nuevo rumbo a su vida.
Sus padres, importantes empresarios, estaban tan ocupados en papeleo y trabajo que no se dieron cuenta de la reciente ausencia de su único hijo… y de la banana en el refrigerador, que estaba terminando de ser devorada por el anteriormente mencionado.
Hasta su desayuno era genial. No podía ser un día mejor.
一¿Desayunando, Choi? 一una voz de tono burlón salió de la nada.
一¡Ah! 一el menor dio un salto, aterrorizado一 Diablos, Yeonjun, casi me matas del susto.
一Eres un pequeño bebito, Beomie 一dijo un chico rubio, haciendo ruidos de bebé en gesto burlesco.
一Mira quien habla, el dongsaeng del grupo.
一Cállate, conejito.
一Cállate tú, polluelo.
En forma de tradición, este grupo de amigos iban juntos a la escuela desde siempre, provocándose entre ellos con bromas e insultos.
De repente, el sonido de una motocicleta acabó con las risas. Luego dos motos más salieron por detrás de la primera, y al final, la última salía por detrás de las demás, a toda prisa, como si quisiera alcanzarlas. La calle se llenó de ruido y carcajadas ahogadas, con gritos de diversión. Una ola de humo atravesó las fosas nasales de los chicos, causandoles leves arcadas.
一Ugh. Ahí vienen 一espetó Kai, tosiendo exageradamente.
La moto superior, Kim Taehyung. Líder del grupo ‘black horse’. Como co-líderes, Jung Hoseok y Black Sugar. Y en la última moto se encontraban Jeon Jungkook junto con Kang Taehyun. Todos se encontraban mirando al frente, riendo y molestandose entre ellos mientras aceleraban cada vez más.
Intercambió miradas con Taehyun, serios pero notoriamente sorprendidos por la repentina conexión visual.
Beomgyu se sintió pequeño, con cierto remordimiento.
一Oigan, dejen de ver a esa cuadrilla de tontos. Llegaremos tarde a clase 一Yeonjun, quien jamás es tan responsable, animó a los demás para seguir con su camino y llegar al instituto.
…
一el sonido de un silbato retumbó en el lugar一 Bien, quiero que hagan equipos.
一No podríamos simplemente… ¿mirar? Mierda…
Soobin estaba dramatizando un poquito acerca de la clase de deportes. Debían jugar basquetbol pero era muy flojo para eso.
一Anímate, Soo 一insistió Yeonjun一. Verás que será divertido, además, ¡haces que parezca que este es tu drama con tanto lloriqueo! así que vamos.
一Oigan ¿esa frase no les dio un déjà vu? 一dijo Kai. Todos lo miraron raro.
一Hey, le pedí permiso al profesor para quedarnos en las gradas por hoy 一dijo Beomgyu mientras llegaba corriendo hacia sus amigos一. ¿Van a venir, o…
一¡Voy corriendo! 一Choi Soobin tomó la delantera, yéndose a sentar en una banca del respectivo lugar一 ¡Abran paso, perras, aquí llegué!
Todos reían ante la escena.
Se sentaron todos por igual a esperar por el partido de la semana, que empezaría luego del calentamiento, que era muy aburrido.
一Lo hicieron muy bien, muchachos. Es hora del partido contra la secundaria Greenwold, de Canadá. ¡Esfuércense, vamos! 一el profesor Pericles se encontraba ahora con el silbato en su mano, siguiendo con la mirada a los jugadores de su equipo rival clásico.
El silbato suena. El juego empieza.
一No sé a quién alentar. Todos me caen mal.
一Todo el mundo te cae mal, Soo.
一No exageres, algodón de azúcar. Tú eres un ablandado ¿verdad?
A Kai no le gustaba que le dijeran así. Comenzaron a pelear entre ellos… de nuevo.
Beomgyu estaba ocupado viendo jugar al equipo de Kang Taehyun, su jugador estrella. Se veía perfectamente como, en el momento justo, encestaba un punto al aro, con un salto y movimiento tan neutro que parecía una pluma; ligero y hábil a la hora de moverse en la cama.
Cancha. Quiso decir “cancha”. Por el básquet ¿entienden?
No pudo evitar sonrojarse. ¿Qué mierda le pasaba por la cabeza? Controla tus hormonas, Choi, y piensa en cosas menos perversas, por amor a waeng.
Su mirada seguía fija en el varón. De un segundo a otro, ambos se estaban mirando. Y a partir de ahí, todo fue en cámara lenta, como una novela.
Estaba brillando, por su increíble forma de llevar a su equipo a la victoria. También por el sudor en su rostro, brazos y piernas, en su pelo el cual se movía de un lado a otro por los bruscos movimientos. Sus ojos. Uno de ellos guiñó junto con una sonrisa aparentemente dulce, pero él sabía que sólo era penetrantemente escalofriante. La cámara lenta se fue y todo perdió su magia cuando el jugador continuó con el partido. Encestó un último punto, el cronómetro sonó y festejó felizmente con su equipo. El partido había terminado, y su equipo había ganado.
一Beomie ¿estás bien? 一preguntó Kai.
一el mencionado se sobresaltó. Con mirada serena, se limitó a soltar un:一 Lo estoy.
Estaba rojo, sudando y sonriendo como un bobo. ¿Qué podía pasar?
De nuevo se sintió pequeño.
…
一Hey, ardillita. Te vi en la clase de deportes hoy.
Paró en seco.
一¿De qué estás hablando? 一dijo volteando, viendo a su compañero.
一Vi como le guiñabas el ojo a Choi. No soy tonto ¿sabes?
Mierda ¿de nuevo?
一Solo lo hice porque me di cuenta que me estaba mirando, eso es todo.
一Pero tú también lo mirabas.
一Hum, no. Claro que no.
一Si no es así, pues ¿cómo supiste que te estaba mirando?
Tenía sentido.
一maldijo en un suspiro一 Que sea gay, Suga, no significa que vaya a estar tratando de tirarme a cada chico que vea por ahí. Te lo he dicho mil veces...
一¡Te dije que no me digas así! Por algo me cambié el apodo, bobo.
一Bueno, Black Sugar, tú me ofendiste primero. Ahora no te ablandes ¿bueno?
El bajito suspiró. Se despidieron en un choque de puños y cada uno se fue a su casa.
Dios, qué difícil es ser gay y sumamente sensual al mismo tiempo.