Sus mejillas ardían a pesar del clima friolento y húmedo. Su torso estaba siendo rodeado por brazos largos y empapados a causa de la lluvia. Una cabeza se apoyaba sobre su pecho, empapando este también.
一Hey, hey, no es para tanto. Suéltame 一dijo sacándose de encima al menor一. Diablos, sigues siendo molesto.
一Pero ya somos amigos ¿verdad?
一Hace menos de veinte minutos querías arrancarme la cabeza ¿ahora quieres ser mi amigo?
Todavía no entendía la situación. Había pasado todo tan rápido.
一Tú me llamaste “amigo” en primer lugar.
Touche.
一Bueno 一prosiguió一... Tengo un casco más en mi moto. Podría llevarte a tu casa.
一¿Tú? ¿llevarme? 一el pelinegro se extrañó y a la vez entusiasmó. Jamás había montado una moto.
一Claro, está lloviendo a cántaros y tú sólo te paras debajo de la lluvia… 一se miraron一 podrías enfermarte ¿sabes?
一Qué ternura, Kang Taehyun se preocupa por mí 一el mencionado volteó la cabeza un tanto avergonzado; no frecuentaba ser “caballeroso”. Para cuando quiso verlo de nuevo, ya no estaba: se había subido a la moto一. ¿Qué esperas? ¿y el casco?
A paso rápido se cubrieron la cabeza. Taehyun arrancó la moto y aceleraron por la calle, sin miedo a resbalar por el agua que había en todas partes.
Miles de ferias llenas de alegría, música y colores rodeaban la zona.
一Taehyun… 一dijo el menor, casi en un susurro.
一No. Está lloviendo mucho.
Pero ¿cómo sabía lo que le iba a pedir? Además, un recorrido por la feria no le haría mal a nadie, aún si llueve o no.
一Vete al demonio.
一Luego. Ahora debo dejarte en tu casa ¿recuerdas? 一dijo en tono burlón. Beomgyu se estremeció al ver la pequeña sonrisa que se había formado en el rostro de su contrario.
一sus manos rodearon su cuerpo, encontrando el abdomen del mayor, el cual padeció escalofríos al sentir el repentino tacto一 Solo por seguridad. No quiero caerme.
一De acuerdo 一contestó el otro, sin más.
Luego de unos minutos, la moto estacionó en la puerta de una enorme casa blanca, asemejada a una mansión, con palmeras en el pequeño jardín de enfrente y lindas flores moradas creciendo sobre el césped.
一¿Es aquí, verdad?
一Aquí mismo, sí.
El pelinegro se bajó del vehículo y se quitó el casco. Meneó la cabeza sacándose la humedad restante de encima.
一Hey, yo… Muchas gracias, te debo una.
一el alto le sonrió levemente de lado一 No, está bien, no necesito nada. Gracias de todas formas.
Hizo una reverencia en su lugar y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba acelerando por la mitad de la calle, perdiéndose en la oscuridad de la misma, sin dejar más rastro que el sonido de un motor.
Entró a su casa. Había demasiado silencio, junto con una nota sobre la mesa.
“Come la lasagna del refrigerador.
一Mamá”
一Cenando solo… de nuevo 一murmuró. Toto le había escuchado y ya se dirigía corriendo hacia él, tirándose encima一 ¡Toto! Perro lindo ¿cómo estuviste hoy? 一el animal sólo sabía ladrar, pero lo hacía con entusiasmo. Eso dejó tranquilo al chico, quien le daba caricias en la cabeza y debajo de su mandíbula.
Sacó por fin la cena. La metió en el microondas y puso el contador a un minuto y medio.
Esperó.
Oyeee
21:03 p. m.
Idiotaaaa
21:04 p. m.
Pongo cena en mi
casa ¿vienes?
21:05 p. m.
Obviamente no quería estar solo. Aunque ya estaba acostumbrado, la idea de una casa en silencio y una comida fría le aterrorizaba.
Sacó la comida del aparato. Tomó un plato, lo sirvió, y ya tenía su comida lista. Toda una delicia.
Hoobae><💕
Lo siento, Beomie. Hoy debo
estudiar o mis padres me matarán :(
21:10 p. m.
Descuida, te entiendo
21:11 p. m.
Hasta mañana, Huening.
Lo quiero mucho <3
21:12 mensaje leído
一Bien… No hay nada por hacer 一murmuró nuevamente, mientras veía historias en Instagram. Se decidió por tomarse una selfie. “#CenaSolo” es lo que puso en su foto para subirlo a una historia.
Durante la siguiente media hora no hizo más que revolver la comida.
Y en otra parte, en otra ocasión y con un contexto no tan diferente, dos personas se hallaban discutiendo. Otra vez.
一¿Era él, sí o no?
一Te he dicho que sí, Nana.
一¡No me grites!
一¡No te grité!
Ambos suspiraron. Esto iba a ser difícil.
一¿Para qué quieres que lo invite? No aceptará de todos modos.
一Eso no lo sabes.
Había estado mirando Instagram esa noche. Resulta ser que la anciana, la mayor chismosa del barrio y de los primeros cuarenta kilómetros a la redonda, pasó “casualmente” por detrás de su nieto, y “sin querer” vio a aquel chico Beomgyu en una de las historias. Y “sin intenciones pícaras” le propuso invitarlo a cenar.
Nada totalmente fuera de lo normal.
一Está entusiasmado por ser mi amigo ¿sabes? 一dijo al fin一 Pero no lo sé. Él debe estar ocupado en su vida de adolescente millonario justo ahora, o charlando con sus verdaderos amigos y yo… Sólo soy una especie de adorno en su vida, es todo.
No se habló más del tema. El alto se puso su chaqueta y se fue a buscar a Choi.
Fue la primera vez que la mujer no se preocupó por que su nieto andara en moto o no. Por alguna razón presentía que valía la pena. Y la anciana nunca se equivocaba.
...
Plato lleno, vaso de agua a medio terminar. Un apetito claramente ausente. Solo bastaba con una ducha y se sentiría relajado.